(Efe) Las fuerzas de seguridad intervinieron para proteger el templo y dispersaron a los manifestantes con gases lacrimógenos, en unos incidentes que se saldaron con ocho heridos y once detenidos.
Todo comenzó esta semana con las informaciones sobre la desaparición de una musulmana de 21 años y las acusaciones contra una familia cristiana de haberla forzado a convertirse y facilitado su viaje a Turquía con un hombre copto.
Algunos grupos islamistas locales dieron a dicha familia cristiana de plazo hasta hoy, viernes, para que devolviera a la joven.
Las fuerzas de seguridad se han desplegado para proteger las iglesias de la ciudad, mientras que muchos comerciantes, sobre todo los joyeros cristianos, han cerrado sus tiendas ante el temor de nuevos ataques.