(La Razón/InfoCatólica) Por otro lado, antes del rezo de la oración mariana, el Pontífice ha apuntado que en este primer domingo de Cuaresma como cada año se proclama el evangelio de las tentaciones de Jesús en el desierto.
En esta línea, el Papa ha destacado que el diablo ha propuesto a Jesús diversas falsas imágenes de Mesías y ha apuntado que “estas tentaciones son también falsas imágenes de hombre que en cada tiempo insidian a la conciencia, vistiéndose de propuestas convenientes y eficaces, incluso buenas”.
Del mismo modo, ha agregado que el núcleo central de las tres tentaciones narradas en el Evangelio son “instrumentalizaciones de Dios para los intereses propios, al dar más importancia al éxito o a los bienes materiales”.
Además, Benedicto XVI ha remarcado que “el falso bien hace creer que las verdaderas realidad son el poder que satisface las necesidades primarias” y ha añadido que de este modo, “Dios se convierte en secundario, se reduce a un medio y en definitiva se convierte en irreal, desparece”.
Al respecto, el Papa ha apuntado que “en los momentos decisivos de la vida y en cada momento surge la disyuntiva entre seguirse a uno mismo o a Dios, entre el interés individual o el verdadero Bien, lo que es realmente el bien”.
También el Papa ha recordado que los Padres de la Iglesia indican que “las tentaciones forman parte del descenso de Jesús en la condición humana, en el abismo del pecado y de sus consecuencias” y ,citando a San Agustín, ha señalado que Jesús ha tomado las tentaciones, para donar la victoria a la humanidad”. Por ello, ha señalado no tener miedo de enfrentar las luchas contra el espíritu del mal”.