(Luis F. Pérez/InfoCatólica*) Monseñor José Cardoso Sobrinho explicó que en relación al aborto llevado a cabo en la niña de 9 años, él no podía excomulgar a nadie, pues la excomunión viene dada por el canon 1.398 del Código de Derecho Canónico, el cual "está en las librerías para cualquiera que quiera leerlo". En ese sentido, el arzobispo explicó que se militó a decir "tomen conciencia de esto", "pues cualquier persona en el mundo entero que practique el aborto está incurriendo en esa pena".
Ante la pregunta de por qué a Iglesia no excomulga también a los que cometen estrupo, monseñor Cardoso replica que la Iglesia condena todos los pecados graves: "El estupro es un pecado gravísimo para la Iglesia, así como el homicidio. Ahora bien, la Iglesia dice que el aborto, es decir, el acto de acabar con la vida de un inocente indefenso, es mucho más grave que el estupro y que el homicidio de un adulto. Cualquier persona inteligente es capaz de comprender eso. No estoy diciendo que el estupro o la pedofilia sean cosas menores. Pero el aborto es mucho más grave y por ello la Iglesia ha estipulado esa pena automática de excomunión"
Preguntado de nuevo por la actitud de la Iglesia ante el caso de la menor embarazada por su padrastro, monseñor Cardoso reiteró el apoyo total que la iglesia local prestó tanto a la niña como a su familia para lograr salvar la vida de la pequeña y de sus dos hijos. El arzobispo explica que mantuvieron todo tipo de reuniones para impedir el aborto y asegura que no toda la familia estaba a favor de que la niña abortara. Además, don José informó de que la menor, que en ningún caso ha sido excomulgada, va a ser recibida en su parroquia para recibir instrucción religiosa. Ante la pregunta de qué haría si se encontrara con el padrastro que violó a la cría, el arzobispo respondió que intentaría obrar con él como con todos los pecadores, buscando su conversión a Cristo, ayudando a pedirle perdón sincero a Dios.
Monseñor Cardoso, en definitiva, explica que todo lo que estaban haciendo era intentar que se cumpliera el quinto mandamiento del Decálogo: No matarás. El arzobispo recordó que ni siquiera es lícito matar dos vidas para salvar otra, ya que el fin no justifica los medios, pero además la ciencia médica podía salvar perfectamente a la niña y los gemelos.
Ante las críticas que está recibiendo, monseñor José Cardoso Sobrinho, tras decir con rotundidad que tiene su "conciencia tranquila", aseguró que no podía prever semejante reacción a nivel nacional e internacional, pero que más remordimiento habría sentido si hubiese permanecido en silencio: "Humanamente hablando, es más cómodo cruzar los brazos o cerrar los ojos. Yo estoy tranquilísimo. Espero que los fieles católicos se conciencien de la gravedad del aborto".
El arzobispo de Recife insistió en la gravedad del aborto: "Sabemos que en el mundo entero se producen 50 millones de abortos al año. En Brasil, un millón. Quiero recordar lo que aconteció en la II Guerra Mundial. Hitler quiso eliminar al pueblo judío y dicen que llegó a matar a 6 millones de judíos. No podemos olvidar ese delito. Ahora, yo pregunto: ¿por qué vamos a permanecer en silencio cuando se están llevando a cabo 50 millones de abortos en el mundo? Yo llamo a eso el Holocausto silencioso. Y nosotros, los cristianos, no podemos quedarnos quietos."
Enlace a la entrevista en la revista Veja, en portugués