(InfoCatólica) El disidente católico Jimmy Lai, de 78 años, fue declarado culpable el 15 de diciembre de múltiples violaciones de las leyes de seguridad nacional de China, poniendo fin a varios años de lo que los defensores han descrito como un juicio-espectáculo motivado políticamente contra el popular editor de Hong Kong. El empresario converso católico, anciano y enfermo, se enfrenta ahora a una posible cadena perpetua.
Un veredicto que marca el final de años de persecución
El régimen comunista chino declaró a Lai culpable de los delitos de sedición y de conspiración en connivencia con fuerzas extranjeras. Su sentencia se dictará en una fecha posterior, pero con una tasa de condenas cercana al 100% en los casos relacionados con la ley de seguridad nacional, las perspectivas son sombrías.
Sus abogados con sede en el Reino Unido, del despacho Doughty Street Chambers, calificaron el veredicto como «una mancha en un sistema legal de Hong Kong que antes era envidiable». La abogada principal, Caoilfhionn Gallagher, describió a Lai como «un hombre valiente y brillante de 78 años» condenado en un «veredicto vengativo y sumamente injusto».
«Tras cinco largos años de encarcelamiento, que violan el derecho internacional, es hora de poner fin a este proceso fraudulento y liberar al señor Lai», declaró. «Si China no lo libera de inmediato e incondicionalmente, la comunidad internacional debe pedir cuentas a China».
La reacción de la familia: dolor pero no sorpresa
El hijo de Lai, Sebastien, calificó el fallo como «un día oscuro para cualquiera que crea en la verdad, la libertad y la justicia». «Mi familia y yo estamos entristecidos, pero no sorprendidos, por el veredicto de culpabilidad en el caso de mi padre», declaró. «Siempre hemos sabido que mi padre estaba siendo procesado únicamente por su valiente labor periodística y su inquebrantable compromiso con la democracia».
La hija de Lai, Claire, señaló que el veredicto «demuestra que las autoridades siguen temiendo a nuestro padre, incluso en su estado debilitado, por lo que él representa». «Mantenemos su inocencia y condenamos esta injusticia», afirmó, haciendo un llamado a Estados Unidos para que «siga ejerciendo presión para que mi padre vuelva con nuestra familia y pueda recuperarse en paz».
Un defensor de los derechos humanos convertido al catolicismo
Lai, que se convirtió al catolicismo en 1997, fue conocido anteriormente como uno de los defensores de los derechos humanos más francos de Hong Kong. Durante varias décadas estuvo al frente de un pequeño imperio mediático que incluía Apple Daily, un tabloide abiertamente prodemocracia en un entorno político fuertemente controlado por el Partido Comunista de China.
Arrestado en 2020, Lai fue acusado de violar la entonces nueva ley de seguridad nacional de Hong Kong. La medida de seguridad fue considerada ampliamente como un medio para que los líderes del Partido Comunista ejercieran un mayor control sobre la región administrativa especial, particularmente después de las extensas protestas en favor de los derechos humanos de 2019.
Lai está detenido desde 2020 bajo acusaciones que sus defensores califican como fabricadas por las autoridades de Hong Kong para hacerle encajar en la ley de seguridad nacional que entrega a Pekín toda la autoridad sobre la ex colonia británica. No se le acusa de nada más que de ser un defensor de la democracia y el Estado de derecho, un periodista dispuesto a decir la verdad al poder y un hombre de conciencia decidido a denunciar las violaciones de los derechos humanos.
El deterioro de la salud y la fe como refugio
A sus 78 años, Lai padece varios problemas de salud, entre ellos diabetes. En el verano de 2024 se desmayó en el tribunal y posteriormente tuvo problemas cardíacos que le obligaron a implantarse un monitor cardíaco. El impacto de una detención prolongada en régimen de aislamiento está bien documentado: pone a prueba cuerpo y alma.
En sus primeros años de prisión, a Lai también se le negó la Santa Comunión, se le privó de la expresión de su fe y de la fuerza y el consuelo que le habría dado el Sacramento. Claire describió su reacción al enterarse de que su padre se había caído en prisión un día y no podía levantarse: «Cuando eres hija... y escuchas historias como esa, desearías poder tú misma levantarlo físicamente cuando está sufriendo de esa manera».
Sin embargo, Lai, según se informó, rezó a la Santísima Virgen al caerse, momento en el que pudo volver a ponerse de pie. «Encuentras un gran consuelo en el hecho de que Nuestra Señora lo está protegiendo», comentó Claire.
Apoyo internacional y reconocimientos
La difícil situación de Lai ha generado apoyo y acciones de defensa en todo el mundo, incluso por parte de líderes y organizaciones católicas. En 2021 recibió el premio Christifidelis Laici de los organizadores del Desayuno Nacional de Oración Católica de Estados Unidos, mientras que al año siguiente se le otorgó un título honorario por la Catholic University of America.
En 2023, Lai fue nominado al Premio Nobel de la Paz junto con el Cardenal Joseph Zen y numerosos otros por su labor en la promoción de los derechos humanos en Hong Kong. Ese mismo año, casi una docena de obispos y arzobispos de todo el mundo pidieron la liberación de Lai y criticaron la «crueldad y opresión» a la que había sido sometido durante años.
El encarcelamiento y los juicios de Lai incluso han suscitado el apoyo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. En agosto, el presidente republicano dijo que tenía la intención de hacer «todo» lo posible para liberar a Lai de prisión. Posteriormente, Trump habló con el presidente chino Xi Jinping en octubre, instándolo a liberar a Lai.
Condena internacional al veredicto
El 15 de diciembre, la ministra de Asuntos Exteriores del Reino Unido, Yvette Cooper, dijo que el gobierno condenaba el «proceso judicial motivado políticamente» que dictó el veredicto. «Jimmy Lai ha sido blanco de los gobiernos chino y de Hong Kong por ejercer pacíficamente su derecho a la libertad de expresión», declaró, añadiendo que los líderes británicos «seguirán pidiendo la liberación inmediata del señor Lai, todos los tratamientos necesarios y pleno acceso a profesionales médicos independientes».
Las peticiones para la liberación de Lai han llegado desde el Reino Unido, país del que es ciudadano, desde Estados Unidos, Canadá, Australia, Francia, Italia, la Unión Europea, las Naciones Unidas, líderes católicos, activistas, directores de periódicos y antiguos presos de conciencia. La suya es una causa verdaderamente bipartidista e internacional.
Un llamamiento desesperado
Sebastien Lai, uno de los tres hijos de Jimmy Lai, había escrito recientemente un emotivo llamamiento en el que expresaba su esperanza de que «este sea el último año de persecución para él, para que en la Navidad de 2026 pueda volver a abrazarlo». El hijo del disidente señalaba que «cada año comienza con esperanza, cada año termina con tristeza».
«Si China quiere conservar un mínimo de credibilidad en la escena mundial, debe liberar a mi padre antes de que sea demasiado tarde. Es un hombre inocente que ha resistido hasta ahora gracias a su fe, pero el tiempo se acaba», advertía Sebastien antes del veredicto.
La iniciativa «"Support Jimmy Lai"» afirma que Lai ha pasado algo más de 1.800 días en prisión. Además de sus otros galardones, a Lai se le concedió en octubre el premio Héroe Mundial de la Libertad de Prensa 2025 del Instituto Internacional de Prensa. Este año, la Fundación Bradley también lo nombró receptor honorario de su Bradley Prize.
