(InfoCatólica) Periódicamente aparecen estudios intentando mostrar que el origen de la Sábana Santa es «medieval», un periodo artificial de la historia de más de mil años. El último ha sido el de Cicero Moraes. Las fechas estivales hambrientas de noticias con las que ocupar espacio le han dado cierta difusión. Según Moraes, que afirma haber realizado pruebas a partir de una lámina bidimensional y de una estatua, «el patrón de contacto generado por el modelo en bajorrelieve es más compatible con la imagen del sudario, mostrando una menor distorsión anatómica y una mayor fidelidad a los contornos observados». Una técnica, afirma mientras promociona su software gratuito y accesible, que era común en la época medieval.
El Cardenal Repole, Custodio Pontificio de la reliquia, recuerda que numerosos estudios físicos y químicos ya han descartado esta última propuesta en un comunicado.
«Una vez más asistimos al lanzamiento de nuevas 'revelaciones' sobre la Sábana Santa y sus misterios. Hoy se trata de la hipótesis de que el Sudario no se extendió sobre el cadáver de un hombre, sino sobre un «modelo» artificial que reproduciría las características de la imagen»; así comienza el comunicado de prensa del arzobispo de Turín y del obispo de Susa, cardenal Roberto Repole, sobre el caso del Sudario según el artículo «Image formation on the Holy Shroud – A digital 3D approach» (Formación de imágenes en la Sábana Santa: un enfoque digital en 3D) de Cicero Moraes, agosto de 2025.
Según el arzobispo de Turín, no hay motivo para «entrar en el mérito de las hipótesis formuladas libremente por científicos más o menos acreditados... Si bien no es de extrañar el revuelo que ciertas 'noticias', verdaderas o verosímiles, nuevas o antiguas, pueden suscitar en un circuito mediático que ahora es global e instantáneo, sigue preocupando la superficialidad de ciertas conclusiones, que a menudo no resisten un examen más detenido del trabajo presentado. Y queda por reiterar la invitación a no perder nunca de vista la necesaria atención crítica a lo que se publica con tanta facilidad».
El autor del artículo, de hecho, ha creado modelos 3D de un cuerpo humano y un bajorrelieve, utilizando software de código abierto y simulaciones físicas para analizar los puntos de contacto de una tela con las superficies. El resultado indica que los puntos de contacto entre la tela y el bajorrelieve corresponden a una imagen menos deformada que los puntos de contacto con un cuerpo tridimensional, ya que este último genera el efecto de deformación conocido como «máscara de Agamenón», bien conocido en la literatura.
En otras palabras, en la figura 6 del artículo, el autor confirma un resultado conocido desde los primeros estudios de Vignon y Delage en 1902, según el cual la imagen del Sudario se configura como una proyección ortogonal. No se aprecia ningún elemento nuevo en esta conclusión del artículo. Además, a partir de los estudios in situ del grupo STuRP (1978) y de los posteriores análisis químico-físicos, se ha descartado la formación de la imagen mediante pintura, frottage con bajorrelieve o contacto con una estatua/bajorrelieve calentado.
En resumen, el resultado del artículo en cuestión sobre la ausencia del efecto «máscara de Agamenón» y la proyección vertical de la imagen del Sudario ya se conoce desde hace más de un siglo, y la hipótesis del autor sobre el origen pictórico o por contacto de la Sábana Santa sobre un bajorrelieve ha sido ampliamente refutada por numerosos estudios físico-químicos, en primer lugar por STuRP, y confirmada por mediciones más recientes, sobre las que existe una amplia bibliografía en revistas científicas acreditadas.
Por esta razón, el Centro Internacional de Estudios sobre la Sábana Santa (CISS) ha reiterado la importancia de un enfoque riguroso e interdisciplinario, que distinga claramente entre datos ciertos e hipótesis, integrando los resultados de todas las disciplinas involucradas: «Las herramientas y formatos utilizados en el artículo en cuestión se encuentran entre los que se emplean comúnmente en el modelado 3D. Blender, por ejemplo, es un software fiable para la producción de contenidos multimedia y recreativos, pero no está diseñado específicamente para fines científicos. El motor físico utilizado para simular el comportamiento de la tela en el modelo tridimensional actúa según modelos que imitan la gravedad y la adaptación del tejido a una superficie, representada por el cuerpo 3D».
En su análisis, el CISS ha destacado las dificultades de uso de esta herramienta: «Esta configuración supone que la tela se ha colocado sobre el cuerpo, pero el modelo digital no prevé una superficie de apoyo: debajo del cuerpo hay un vacío, como si estuviera suspendido en el espacio. Esta condición influye en el comportamiento simulado del tejido y no se corresponde con un contexto físico real. La inclusión de una superficie rígida sobre la que se apoyara el cuerpo habría modificado significativamente el resultado.
La herramienta «OrtoOnBlender», utilizada para generar el bajorrelieve, es descrita por el autor como fundamental en el proceso. Experiencias anteriores (Balossino - Rabellino) con tecnologías similares han puesto de manifiesto resultados sensibles a las propiedades del tejido simulado, que varían de un comportamiento «rígido» a uno «blando» en función de los parámetros establecidos.
La replicabilidad de un procedimiento es una condición necesaria, pero no suficiente, para validar su corrección: un aspecto en el que insiste el artículo, pero que por sí solo no garantiza la validez científica de las conclusiones. Este tipo de simulaciones, aunque interesantes y potencialmente eficaces en el ámbito divulgativo o multimedia, presentan dificultades significativas para ser consideradas pruebas científicas, y mucho menos concluyentes».
Todo ello no excluye los análisis físicos y químicos: «El debate propuesto se inscribe en un tema conocido y aún abierto: la naturaleza de la proyección de la imagen del Sudario. El paso de una proyección cilíndrica (paño envuelto alrededor del cuerpo, con inevitables deformaciones laterales, ausentes en el paño) a una ortogonal (transferencia vertical de los detalles, con mínimas distorsiones, pero incapaz de explicar la presencia de la imagen en las partes que no están en contacto) tiene implicaciones significativas para las hipótesis de formación. Los modelos digitales pueden contribuir a la reflexión, pero no sustituyen al análisis físico y químico del hallazgo, que hasta ahora ha descartado la compatibilidad de la imagen con métodos pictóricos, contacto con bajorrelieve o quemadura por bajorrelieve caliente».
Por ello, desde el punto de vista metodológico, el CISS considera fundamental que sea necesaria «la distinción rigurosa entre datos contrastados e hipótesis, evitando presentar como ciertas afirmaciones no demostradas. La colaboración interdisciplinar, que integre y respete los resultados de todas las disciplinas implicadas, evitando interpretaciones parciales o sectoriales».







