Conoce a los papables: Fridolin Ambongo Besungu
S.E.R Fridolin Ambongo, cardenal y arzobispo de Kinshasa (Congo)

Figura muy destacada de la Iglesia en África

Conoce a los papables: Fridolin Ambongo Besungu

El cardenal Fridolin Ambongo Besungu, O.F.M.Cap, arzobispo de Kinshasa (República del Congo), es una de las figuras más destacada de la Iglesia en el continente africano. Firme opositor a la bendición de parejas del mismo sexo a la vez que defensor del celibato. Apoya el rito congoleño y el diálogo interreligioso. Aunque se muestra a favor de la sinodalidad, rechaza el sínodo alemán. Al parecer se muestra conforme con el diaconado femenino.

(InfoCatólica) El arzobispo de Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo, proviene de una familia humilde y numerosa. Entró en la orden de los Capuchinos con menos de veinte años, estudió Moral en la Academia Pontificia Alfonsiana de Roma y posteriormente fue profesor en diversos lugares hasta que Juan Pablo II le nombró obispo en 2004. Es un cardenal joven, de 65 años, que en el último pontificado ha tenido una carrera vertiginosa: fue hecho arzobispo por el Papa Francisco en 2018, cardenal en 2019 y miembro de su Consejo de cardenales al año siguiente.

En general, es conocido en Occidente porque, con ocasión de Fiducia supplicans, lideró la oposición a la bendición de parejas del mismo sexo entre los obispos africanos, afirmando que los obispos africanos consideraban que «las bendiciones extralitúrgicas» propuestas en el documento «no podían llevarse a cabo en África sin riesgo de escándalo». Esto, unido a su defensa del celibato sacerdotal, le ha proporcionado una cierta aura de obispo tradicional.

Conviene tener también en cuenta, sin embargo, que es favorable al diaconado de las mujeres (posibilidad con la que en África no tienen «ningún problema», según declaró en una ocasión). A eso se suma que, si bien ha recordado en muchas ocasiones la necesidad de evangelizar a los miembros de las religiones tradicionales africanas, en relación con los musulmanes y los protestantes parece apostar más bien por el diálogo interreligioso, al igual que el Papa Francisco: «somos católicos y queremos ser católicos. Que los protestantes sean protestantes y los musulmanes sean musulmanes. Trabajaremos con ellos, pero cada uno tiene que mantener su propia identidad». Asimismo, afirmó, de forma algo oscura, que la Iglesia debía «acompañar» y «llevar a todos los hombres y mujeres a su destino celestial, al margen de su cultura o denominación religiosa».

En particular, el cardenal Ambongo destaca por ser uno de los más sinceros partidarios de la sinodalidad, tan querida para el Papa Francisco, con la que la Iglesia «avanza» y se expresa con el «estilo de los jóvenes», aunque guardando un «contenido serio». En cierta ocasión comentó que debíamos «combatir al Maligno usando las armas de la sinodalidad». Aun así, no está claro del todo lo que entiende por sinodalidad y, de hecho, parece ser que su principal objeción al proceso sinodal alemán es que tiene lugar a nivel nacional y no mundial.

Buena parte de sus intereses son de carácter político y es conocido por los numerosos encontronazos que ha tenido con los gobiernos de su país. La justicia social es uno de los temas más presentes en sus intervenciones públicas. Está preocupado por los fenómenos migratorios, pero más bien porque suponen un «desangramiento» de los países africanos que por el efecto que puedan tener en los países de destino. El cambio climático también le preocupa, lo considera una «estructura de pecado» ocasionada por la avaricia, defiende la necesidad de la transición a las energías renovables y ha hablado del «grito de la tierra» que deben escuchar los gobernantes.

Durante sus años al frente de la archidiócesis, las vocaciones a la vida religiosa y al sacerdocio han caído mucho y el número de sacerdotes y religiosos se ha reducido casi a la mitad. A ese respecto conviene tener en cuenta, sin embargo, que el Congo vive desde hace años una difícil situación de enfrentamientos militares e inestabilidad política.

En cuanto a la liturgia, es ajeno a las preocupaciones relacionadas con la liturgia tradicional, más propias de los países occidentales, y es un fervoroso promotor del Uso Congoleño (o zaireño, según su nombre original), que es una variante del rito romano que se aprobó para su uso en el Congo en 1988. Este uso incorpora algunas costumbres africanas, como la invocación de los antepasados de corazón recto después de los santos en las letanías, una cuasidanza procesional litúrgica, un aumento del número de bendiciones y algunas diferencias en los ornamentos y otros gestos.

Recemos por él.

1 comentario

Rodrigo
Gracias por la información. No tenía idea de sus desviaciones doctrinales.
De ser elegido, quizá veremos por primera vez a un Papa bailar en Misa.
30/04/25 5:37 PM

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