(CNA/InfoCatólica) Más de 400 hombres recibirán el sacramento del orden sacerdotal este año en Estados Unidos, y en promedio comenzaron a considerar esta vocación a los 16 años, según revela una encuesta nacional publicada por el Center for Applied Research in the Apostolate (CARA).
El informe, correspondiente a 2025, se elaboró en colaboración con el Comité para el Clero, la Vida Consagrada y las Vocaciones de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB). Entre el 10 de enero y el 20 de marzo, 309 de los 405 seminaristas próximos a la ordenación respondieron la encuesta.
Más del 80 % de los futuros sacerdotes serán ordenados para una diócesis o eparquía, y en promedio vivirán 17 años en esa jurisdicción antes de ingresar al seminario.
En cuanto al inicio del llamado vocacional, el estudio indica que, en promedio, comenzaron a considerar el sacerdocio a los 16 años, aunque un 35 % manifestó haber sentido esa inquietud desde la escuela primaria, entre los 6 y 13 años. La edad media de ordenación este año será de 34 años.
La encuesta destaca el papel fundamental de la familia y la formación inicial en el camino vocacional. La mayoría de los ordenandos señalaron que fueron criados por ambos padres biológicos y que estos eran católicos durante su infancia. El 95 % dijo haber crecido con sus padres durante las etapas más formativas de su niñez.
El 92 % fue bautizado en la Iglesia Católica siendo niño. Entre quienes ingresaron a la Iglesia más tarde, el promedio de edad de conversión fue de 22 años.
En cuanto a la vida parroquial previa al seminario, el 50 % participó en grupos juveniles parroquiales, el 35 % en la pastoral universitaria y un 23 % perteneció a los Caballeros de Colón o a los Caballeros de San Pedro Claver. También se destaca que el 21 % fue miembro de los Boy Scouts.
Una gran mayoría (73 %) sirvió como monaguillo. Además, el 46 % ejerció como lector, el 34 % fue ministro extraordinario de la Sagrada Comunión, y el 32 % enseñó catequesis.
Un dato relevante es que muchos seminaristas fueron animados a considerar el sacerdocio por alguien cercano. El 31 % tiene o tuvo un familiar sacerdote o religioso que influyó en su discernimiento. No obstante, un 43 % también declaró haber recibido algún tipo de desánimo al plantearse ingresar al seminario, en la mayoría de los casos por parte de amigos o familiares.
En cuanto a la distribución geográfica, la región del Medio Oeste sigue siendo la preferida, con un 37 % de los seminaristas estudiando allí. Le siguen el Sur (29 %), el Noreste (16 %) y el Oeste (13 %). Solo un 5 % estudia en seminarios fuera del país.
En el ámbito espiritual, la adoración eucarística fue la forma de oración más frecuente entre los encuestados antes de ingresar al seminario, con un 78 % de participación regular. También destacaron el rezo del rosario, el estudio bíblico y la práctica de la lectio divina.
La educación también desempeñó un papel importante. Entre el 36 % y el 46 % asistió a escuelas católicas durante la educación básica y/o universitaria. Más del 15 % fue educado en casa en algún momento de su vida. El 58 % participó en programas de educación religiosa parroquial durante un promedio de seis años.
Antes de ingresar al seminario, muchos de los ordenandos ya contaban con formación académica y experiencia laboral. El 63 % completó estudios universitarios o de posgrado. Las áreas más comunes fueron filosofía, ingeniería, negocios, ciencias y matemáticas.
El 66 % reportó haber trabajado a tiempo completo antes de comenzar la formación sacerdotal, incluyendo un 6 % que sirvió en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos.
Aproximadamente una cuarta parte de los encuestados nació fuera del país. De este 26 %, la mayoría proviene de México, Vietnam y Filipinas.
En cuanto a la diversidad étnica, el informe señala que el 69 % de los futuros sacerdotes son blancos; el 12 % hispanos o latinos; otro 12 % asiáticos, isleños del Pacífico o nativos de Hawái; y el 6 % afroamericanos.
Este estudio anual de CARA ofrece una visión alentadora sobre las nuevas vocaciones sacerdotales en Estados Unidos, subrayando la importancia del acompañamiento, la vida parroquial y la formación familiar en el camino hacia el ministerio ordenado.