(Kath.net/InfoCatólica) En su mensaje de Pascua, el Patriarca Bartolomé de Constantinopla ha destacado la «gran fuente de alegría pascual» que representa el hecho de que, este año, las Iglesias de Oriente y Occidente celebren la Resurrección de Cristo en la misma fecha. Esta coincidencia se produce, además, en un año especialmente simbólico para la cristiandad, al cumplirse el 1.700º aniversario del primer Concilio Ecuménico, celebrado en Nicea en el año 325.
El Patriarca ha señalado que aquel concilio supuso el inicio de una nueva etapa en la historia sinodal de la Iglesia, marcando el paso de una sinodalidad local a una de carácter universal. A su juicio, las celebraciones actuales en torno a este aniversario no representan una mera mirada al pasado, sino que reflejan una realidad viva: «El espíritu de Nicea forma parte inseparable de la vida de la Iglesia, cuya unidad depende del recto entendimiento y desarrollo de su identidad sinodal».
Fecha común
Bartolomé ha vuelto a defender con firmeza la necesidad de que todas las confesiones cristianas celebren la Pascua en una fecha común. Recordó que ya en el Concilio de Nicea se abordó esta cuestión y que sus participantes expresaron que no era adecuado que existiesen diferencias en una celebración tan sagrada: «No es digno que haya disparidad en una fiesta tan santa».
Para el Patriarca, la persistencia en las fechas distintas —originada en la adopción de calendarios diferentes por parte de las Iglesias orientales y occidentales— constituye un problema que requiere solución urgente, tanto por fidelidad al concilio como por respeto al testimonio común del Evangelio.
La Resurrección es el núcleo del Evangelio
La Resurrección de Jesucristo, afirmó, es el núcleo del Evangelio, el punto de referencia esencial de todos los textos del Nuevo Testamento, así como del culto litúrgico y de la espiritualidad ortodoxa. En la confesión «Cristo ha resucitado» se resume toda la teología de la Iglesia. La experiencia de la victoria sobre la muerte es, según el Patriarca, fuente de una alegría indescriptible, «liberada de toda limitación de este mundo». «La Pascua es para el ser humano una fiesta de la libertad. (...) No hay libertad verdadera sin Resurrección, sin la perspectiva de la eternidad», concluyó.
Aunque habitualmente las Iglesias celebran la Pascua en fechas diferentes, como consecuencia de distintos métodos de cálculo y calendarios —juliano en el Oriente, gregoriano en el Occidente—, en ocasiones coinciden. Además de este año 2025, también ocurrió en 2014 y 2017. La próxima coincidencia será en 2028.