El Papa aprecia el ejemplo de fidelidad de los católicos lituanos durante las persecuciones del siglo XX

«Tened memoria. Sois hijos de mártires»

El Papa aprecia el ejemplo de fidelidad de los católicos lituanos durante las persecuciones del siglo XX

El papa Francisco destacó la constancia y fidelidad de los sacerdotes y fieles católicos de Lituania durante las persecuciones religiosas emprendidas por los regímenes totalitarios nazi y soviético que ocuparon el país en el siglo XX.

(Aci Prensa) En un encuentro mantenido en la catedral de Kaunas, Lituania, durante su viaje apostólico a los países bálticos, el Santo Padre señaló que «la violencia ejercida sobre vosotros por defender la libertad civil y religiosa, la violencia de la difamación, la cárcel y la deportación no pudieron vencer vuestra fe en Jesucristo, Señor de la historia».

Por eso, «tenéis mucho que decirnos y enseñarnos, y también mucho que proponer, sin necesidad de juzgar la aparente debilidad de los más jóvenes».

«Mirándoos, veo detrás de vosotros muchos mártires. Mártires anónimos. En el sentido de que tampoco sabemos dónde están sepultados. También algunos de vosotros, he saludado a uno, sabe lo que es la prisión», reflexionó Francisco.

El Papa invitó a no olvidar la memoria de esos mártires: «No os olvidéis. Tened memoria. Sois hijos de mártires. Esa es vuestra fuerza. Que el espíritu del mundo no venga a deciros otra cosa diferente de esa que han vivido vuestros antepasados. Recordad a vuestros mártires. Tomad ejemplo de ellos porque no tuvieron miedo».

Anhelo de Dios

El Papa Francisco planteó ante sacerdotes, religiosos, consagrados y seminaristas la necesidad de tomar conciencia de lo que los fieles esperan de ellos y afirmó que deben dar respuesta al gemido del pueblo que busca a Dios.

El Papa recordó a sacerdotes, religiosos, consagrados y seminaristas la necesidad de la oración diaria, del diálogo constante con Dios para poder escuchar el gemido del pueblo que anhela a Dios: «Escuchar la voz de Dios en la oración nos hace ver, oír, conocer el dolor de los demás para liberarlos».

Además, afirmó que la oración también debe servir para ser conscientes de cuándo el pueblo ha dejado de buscar a Dios y a descubrir el por qué.

«Nos debe impactar cuando nuestro pueblo ha dejado de gemir, ha dejado de buscar el agua que sacia la sed», explicó Francisco. «Es un momento también para discernir qué puede estar anestesiando la voz de nuestra gente».

El Papa hizo esta reflexión a partir de la Carta de San Pablo a los Romanos, donde, además de hablar de ese gemido del pueblo de Dios, habla también de constancia: «constancia en el sufrimiento, constancia para perseverar en el bien. Esto supone estar centrados en Dios, permanecer firmemente arraigados en él, ser fieles a su amor».

A los sacerdotes más jóvenes sugirió que «cuando ante pequeñas frustraciones que os desalientan tendáis a encerraros en vosotros mismos, a recurrir a estilos y diversiones que no están acordes con vuestra consagración, buscad vuestras raíces y mirad el camino recorrido por los mayores».

«Son precisamente las tribulaciones las que perfilan los rasgos distintivos de la esperanza cristiana, porque cuando es solo una esperanza humana podemos frustrarnos y aplastarnos en el fracaso. No sucede lo mismo con la esperanza cristiana, ella sale más nítida, más aquilatada tras pasar por el crisol de las tribulaciones».

 

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