«El católico no practicante no existe», por Adolfo Ivorra

La categoría «no practicante» es una manera de aliviar el golpe, de crear una ficción necesaria: la apostasía de las masas.

Eso de ser y no ser nunca ha podido ser. O se es o no se es. En cualquier tratado de metafísica queda claro. En las encuestas suele haber esta categoría: «practicante/no practicante». El primer problema de esta calificación es que reduce la práctica al culto. La práctica de la moral ni se plantea. El segundo problema es que esta manera de pensar nunca ha sido cristiana. Podemos engañarnos diciendo que claro, como el bautismo es «para siempre», siempre se es cristiano. Aquí estamos atribuyendo, quizás de forma inconsciente, una cierta teología del sacramento del orden -y la teoría del «carácter» sacramental- al bautismo. La apostasía formal, esa que ahora vuelve a estar de moda como si en la práctica sirviera para algo, nos muestra que se puede dejar de ser cristiano.

La categoría «no practicante» parte de un supuesto de la Ilustración, que además de crear el concepto moderno de religión -hábilmente «liberado» de toda participación en la vida pública de la ciudad-, concibe el cristianismo como una serie de ideas, convencimientos. Pero las «religiones» nunca fueron sistemas de pensamiento. Fueron sobre todo historia, tradición, culto, vivencia comunitaria.

La categoría «no practicante» es una manera de aliviar el golpe, de crear una ficción necesaria: la apostasía de las masas. Ya sea por razones de impuestos, de no negarse a sí mismo la capacidad de participar en los sacramentos -hasta aquí la reciente cuestión alemana-, o simplemente el querer decir que alguna confesión cristiana tiene algo que decir, es «importante», queda claro que el número real de cristianos es infinitamente inferior del estadístico. También por eso se introduce esta categoría de «no practicante»: para tratar de conocer la influencia real de una confesión religiosa.

Hay más de mil millones de católicos. ¿Católicos reales? Pues un pequeño porcentaje. Si la «religión» no es de suyo un sistema de creencias sino una experiencia de vida, es difícil justificar que no se «practique» dicha fe unos minutos a la semana en un día como lo es el domingo, libre de trabajo en la mayoría de las naciones. ¿Qué decir del que viene a la iglesia una vez al año por semana santa, o por la fiesta del patrón de la comunidad/pueblo? Pues que no es católico. El bautismo es pertenencia a la Iglesia. Si no se participa de la vida de la Iglesia en algo tan angular para ella como la celebración de la resurrección de Cristo, ¿cómo se puede decir que se pertenece a la misma? El sacramento de la penitencia no es en este caso un «método» para regularizar a un cristiano a medias. No se trata de perdonar la no asistencia a los «oficios religiosos», sino también de reparar la falta de pertenenciareal, efectiva, a la Iglesia.

Decir que un «no practicante» no forma parte realmente de la Iglesia no es violentar el principio de que en la Iglesia conviven justos y pecadores. Desde este principio veríamos en el no practicante a alguien que ha quebrantado un precepto -asistir a misa los domingos-. Pero cuando esta «falta» es continuada durante meses o incluso años, no se puede hablar de una «falta» sino de una realidad: el inconsciente abandono del rebaño de Cristo.

Si fuéramos más conscientes de esto, no hablaríamos de «alejados» sino de lo que son realmente: los que han abandonado la Iglesia. Y lo de «formalmente» es eso, una «formalidad» para no tener terrores nocturnos. También en la manera de abordar esta cuestión se vuelve a contemplar la manera tan servil que tiene el cristianismo de hoy de obedecer las ideologías y patrones de conducta. Si el pensar el cristianismo como un conjunto de ideas es algo que nos viene de la modernidad, de la posmodernidad nos viene el relativismo como hijo primogénito del pacifismo actual: el evitar el conflicto, el ser aséptico, el relegar todo lo religioso a lo privado. El seguidor, fan o «fanático» de un deporte, cuando le aburre o le deja de entusiasmar, cuando no se siente identificado con ningún equipo -llamémoslo 'iglesia' para comprender mejor la metáfora-, simplemente dice que ha dejado ese deporte: de «practicarlo» o de ser aficionado. Los clubes deportivos no se rasgan las vestiduras, no lo cuentan como fan, si pertenecía como asociado lo dejan de contar (entre otras cosas, porque no paga: bienvenidos al mundo «real»).

La pastoral hacia los «de dentro» no puede estar condicionada por los que vienen de vez en cuando, se sientan y se van. La pastoral litúrgica no puede siquiera plantearse este «colectivo». Con ellos sólo hay un tipo de pastoral: evangelización. Distinguir los distintos niveles de transmisión del mensaje es fundamental. Porque si no se hace así, se está predicando «a medias» a los que pertenecen realmente a la Iglesia, esto es, les estamos dando menos de lo que necesitan. A los que no pertenecen los estamos tratando como si fueran en realidad cristianos: no se enteran de la mitad de lo que les decimos.

Lex credendi, lex orandi y lex vivendi o agendi. Si falta una, no se es católico: si no se cree, lo demás es teatro (en la liturgia) y estoicismo (en la moral). Si no se vive, lo demás son opiniones (en lo que decimos creer) y tradiciones o costumbres (en la liturgia). Si no se «practica», celebra, lo que se cree es ideología y lo que se vive, si es que se ve, es también una ideología más o menos llevada a cabo.

 

Adolfo Ivorra

Publicado originalmente en lex orandi

 

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9 comentarios

pedro de madrid
Lamentablemente conozco una persona que estudió en los salesianos y se dice católico "no practicante" (soy jugador de futbol pero no juego, entonces no eres nada) Dios quiera que en donde hubo fuego el rescoldo prenda nuevamente.
10/12/12 3:36 PM
José Luis
El no practicante es una persona que se despreocupa de los intereses de Cristo, ni reza ni deja rezar.

Los que verdaderamente practica de verdad la fe, son aquellos que dicen Jesús, sobre los verdaderos adoradores (cfr. Jn 4, 23-24), pues los cristianos carnales, aunque comulgen y luego dedican parte de su vida a las vanidades y entretenimientos mundanos, sería tanto como si no practicasen, pues lo que hacen no es para la vida espiritual, pues mundo y espíritu son incompatibles,nada el uno con el otro. Pues no sé si hemos aprendido algo (Cfr, Tt. 2, 11-14)
16/12/12 6:36 PM
Rafael
He leido el articulo con atención y aunque en un principio estoy completamente de acuerdo con el, no ha parado de venirme a la cabeza,mientras leia, la parabola del hijo prodigo. Cuando el autor opina que hay que distinguir entre lo que se ofrece a los "verdaderos" catolicos y a los practicantes "a medias" me da la sensación de que va a contracorriente de esa historia relatada por Jesus. No soy quien para interpretar las intenciones de Dios, pero atendiento al evangelio parece que se le presta mucha mas atencion a recuperar al que abandono el redil que al que esta pacifica y estolidamente en el.
1/04/13 10:40 PM
María del Carmen
el texto está clarísimo, opino lo mismo.a la gente le gusta rezar en la casa ,no van a misa porque les falta fé, y crean su propia religion.lo veo a diario y me lo dicen,ES UNA LÁSTIMA!!!y es gente buena pero yo siento impotencia,es dificil entrar en el corazón de las personas, oremos por ellos!!!!
28/09/13 5:29 PM
manolo camacho
esto me hace pensar en la urgencia que se tiene por evangelizar a todos una gran tarea desde evangelizar a las personas que solo son tradicionalista o religiosidad popular, pero ahi es donde tenemos que enfatizar mas la evagelizacion utilizar la religiocidad popular para evangelizarlos llevandolos poco a poco en sus costumbres que sean mas cristianas, y orientadas hacia la persona de Cristo centrarla en su persona y eo es tarea de toda la iglesia quienes formamos parte de ella desde el bautismo, animpo si se puede quizas no podremos salvarlas a todas pero si tu ya estas convertido comvierte a otro y cada quien que haga lo mismo,hay que sembrar la semilla el Señor hara l demas.
28/09/13 7:02 PM
JC
Bravo
28/09/13 9:34 PM
clara pacheco
OREMOS POR QUE CADA VEZ SEAMOS MAS LOS
CATOLICOS PRACTICANTES QUE DEMOSTREMOS NUESTRO AMOR A DIOS CON NUESTRAS OBRAS
1/10/13 1:06 AM
Lucia Goytizolo
comparto tu opinión,no se puede ser un católico de mercado escogiendo que me agrada creer y que no,por simples conveniencias.O acepto o rechazo a Dios.Pues los tibios serán vomitados de la boca de Dios.DIOS NOS QUIERE SANTOS!!!.
2/10/13 7:40 AM
carlos reyna cuellar
ser católico es un plan de vida.
8/10/13 7:14 PM

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