Nunca un católico puede justificar el aborto -I

Vivir en gracia es el estado más grande para dar gloria a Dios. En este caso por lo tanto nunca un católico puede justificar el pecado del aborto. El Amor de Dios no excluye la Justicia de Dios, puesto que amor y mentira nunca pueden ir juntos. El amor y la verdad son la armonía de lo auténticamente justo

1.- La Iglesia con su enseñanza y con el servicio que tiene de ser portadora del mensaje de Jesucristo indica y orienta al pueblo cristiano. De ahí que hay normas y orientaciones claras tanto desde el punto doctrinal como moral. El Código de Derecho Canónico es el instrumento que la Iglesia tiene para indicar el camino de fe y costumbres en los miembros de la Iglesia. Señala el canon 1398 que “quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión latæ sententiæ”. Es este un delito que se comete siempre que se realiza una acción dirigida directamente a matar el feto, bien en el vientre de la madre, o bien fuera de él; y se consigue su efecto. 

Respecto al concepto penal de aborto, el Pontificio Consejo para la Interpretación de los Textos Legislativos, ha respondido que se ha de entender por tal la muerte provocada del feto, de cualquier modo que ésta se produzca, desde el momento mismo de la concepción. Los que cooperan o colaboran de forma directa o apoyando incurren en el mismo delito. Los católicos sabemos que el Papa Beato Juan Pablo II confirmó que “la eliminación directa y voluntaria de un ser humano inocente es siempre gravemente inmoral” (Enc. Evangelium Vitae, n. 57). El Concilio Vaticano II nos advierte que “la vida, desde su misma concepción, se ha de proteger con sumo cuidado; el aborto y el infanticidio son crímenes nefandos” (Gaudium et Spes, n. 51). 

Queda excomulgado y no puede acercarse a recibir la Comunión sacramental quien haya incurrido en este pecado. Comulgar en pecado mortal es un sacrilegio como bien dice San Pablo: “Por tanto, quien coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor” (I Cor 11,27). De ahí que se requiera la conversión en el que quiera acercarse al banquete de la Eucaristía. La misericordia del Señor no contradice la necesidad de conversión. Una vez arrepentidos y confesados se nos abren las puertas a la recepción de la Eucaristía. 

A veces se suele decir: “Pero no debemos juzgar”. Es cierto que no se puede juzgar la conciencia de otro. Pero sí debemos saber claramente lo que significa ser católico y lo que se requiere para comulgar. El católico cree que Dios ha revelado la Verdad en materia de doctrina y moral y que esta es enseñada por el magisterio de la Iglesia. Por lo tanto la conciencia del católico se forma a la luz del magisterio de la Iglesia. La Iglesia no obliga a creer ya que la fe es un don de Dios. Pero enseña que debemos ser consecuentes como católicos. Quien no cree en las enseñanzas de la Iglesia no tiene autoridad para decir que es un buen fiel católico.

2.- ¿Qué decir sobre el derecho de los fieles a recibir la comunión? El mismo Derecho Canónico en el canon 915 advierte que: “No deben ser admitidos a la sagrada comunión los excomulgados y los que están en entredicho después de la imposición o declaración de la pena, y los que obstinadamente persisten en un manifiesto pecado grave”. Se requiere una dignidad y estado de gracia para recibir la Sagrada Comunión. Hay unos principios generales como expresaba en una nota el Cardenal Ratzinger al Cardenal de Washington. 

– Presentarse para recibir la Sagrada Comunión debería ser una decisión consciente, basada en un juicio razonado respecto de la propia dignidad para hacerlo, según los criterios objetivos de la Iglesia, haciéndose preguntas como: “¿Estoy en plena comunión con la Iglesia Católica? ¿Soy culpable de algún pecado grave? ¿He incurrido en una pena (p. e. la excomunión, el entredicho) que prohíbe que reciba la Sagrada Comunión?” La práctica de presentarse indiscriminadamente a recibir la Sagrada Comunión, simplemente como consecuencia de estar presente en la Misa, es un abuso que debe ser corregido (cf. Instrucción Redemptionis Sacramentum, n. 81, 83). 

– La Iglesia enseña que el aborto o la eutanasia son pecado grave. La Carta Encíclica Evangelium vitae, respecto de decisiones judiciales o leyes civiles que autorizan o promueven el aborto o la eutanasia, declara que existe “una grave y clara obligación de oponerse por la objeción de conciencia. En el caso de una ley intrínsecamente injusta, como una ley que permite el aborto o la eutanasia, nunca es lícito por tanto obedecerla, o participar en una campaña de propaganda a favor de tal ley o votar por ella’” (n. 73). Los cristianos tienen “una grave obligación de conciencia de no cooperar formalmente en prácticas que, aún permitidas por la legislación civil, son contrarias a la ley de Dios. En efecto, desde el punto de vista moral, nunca es lícito cooperar formalmente con el mal. Tal cooperación nunca puede ser justificada invocando el respeto a la libertad de otros o apelando al hecho de que la ley civil lo permite o lo requiere” (n. 74). 

– Aparte del juicio de un individuo respecto de su propia dignidad para presentarse a recibir la Santa Eucaristía, el ministro de la Sagrada Comunión se puede encontrar en la situación en la que debe rechazar distribuir la Sagrada Comunión a alguien, como en el caso de un excomulgado declarado, un declarado en entredicho, o una persistencia obstinada en pecado grave manifiesto (cf. canon 915). 

– Respecto del grave pecado del aborto o la eutanasia, cuando la cooperación formal de una persona es manifiesta –entendida, en el caso de un político católico, como hacer campaña y votar sistemáticamente por leyes permisivas de aborto y eutanasia–, su párroco debería reunirse con él, instruirlo respecto de las enseñanzas de la Iglesia, informándole que no debe presentarse a la Sagrada Comunión hasta que termine con la situación objetiva de pecado, y advirtiéndole que de otra manera se le negará la Eucaristía. 

– Cuando “estas medidas preventivas no han tenido su efecto o cuando no han sido posibles”, y la persona en cuestión, con obstinada persistencia, aún se presenta a recibir la Sagrada Comunión, “el ministro de la Sagrada Comunión debe negarse a distribuirla” (cf. Declaración del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos “Sagrada Comunión y Divorcio, Católicos vueltos a casar civilmente” [2002], n. 3-4). Esta decisión, propiamente hablando, no es una sanción o una pena. Tampoco es que el ministro de la Sagrada Comunión esté realizando un juicio sobre la culpa subjetiva de la persona, sino que está reaccionando ante la indignidad pública de la persona para recibir la Sagrada Comunión debido a una situación objetiva de pecado. 

Profesar la fe y ser católico es un compromiso muy importante. Vivir en gracia es el estado más grande para dar gloria a Dios. En este caso por lo tanto nunca un católico puede justificar el pecado del aborto. El Amor de Dios no excluye la Justicia de Dios, puesto que amor y mentira nunca pueden ir juntos. El amor y la verdad son la armonía de lo auténticamente justo. A los santos siempre, desde los primeros tiempos, se les ha llamado JUSTOS.

 

+Mons. Francisco Pérez González

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10 comentarios

Chabe
Excelente!
26/08/12 12:33 AM
Ricardo
Excelente!
Ricardo
26/08/12 3:31 AM
David
Como bien sabemos, algunos párrocos no están legitimados para instruir a nadie en las enseñanzas de la Iglesia ya que ellos debieran adoctrinase en primer lugar y en segundo lugar, convencerse de la validez de la doctrina como forma de vida. En cambio ocurre, que a diario vemos como se permiten instruir de forma totalmente opuesta a la doctrina eclesiástica, claro está, porque se les consiente.
26/08/12 5:06 PM
Juan Mariner
Me gustaría que esto de que un católico no puede justificar jamás el aborto se hiciera saber a los cargos del Partido Popular y demás partidos que se declaran católicos en público para conseguir votos.
27/08/12 10:32 AM
Noel
¡Excelente!
Gracias por tan importante información y enseñanza.

¡Dios los bendiga a todos/as, hermanos!
27/08/12 4:41 PM
Luis
Eso que se lo explique MONS. Rouco cuando dé de comulgar a los proaborto del PP, a ver si nos aclaramos todos. O que se diga en las misas, y en todas partes a quienes exactamente NO se les puede votar, ni apoyar. En lugar de andarnos con medias tintas y eufemismos.
27/08/12 5:07 PM
Andrés -Eduardo Luis
Quien sabe más que yo, dice: ”los textos de la Sagrada Escritura (SE), nunca hablan del aborto voluntario y, por tanto, no contienen condenas directas y específicas al respecto”. Pero los textos de la (SE), a su modo, si hablan de la vida humana como sagrada e inviolable en cada momento de su existencia. Así, en la historia de Onán, claramente se ve la importancia trascendental que tiene el medio para que pueda desarrollarse la vida. Hoy por los métodos de la ciencia se conoce que, en determinados casos, el útero no es el “lugar” donde se encuentra el medio apto para el desarrollo de la vida y ésta, irremediablemente en ese “lugar”, es exterminada. A pesar de ello, se da más trascendencia a ese “lugar”, aunque sea de exterminio, que a otro, p. ej. FIV homóloga, con el medio adecuado donde la vida pueda expresar su información genética. Expresar la información genética es la característica esencial que el Creador puso en cualquier forma de vida que además de permanecer en la existencia le permite evolucionar y esto ocurre desde el origen de la vida en la Tierra.
28/08/12 6:25 PM
Javier
¿Alguien entiende lo que dice Eduardo?
28/08/12 6:28 PM
Andrés -Eduardo Luis
Al ser bastante limitado no escribo bien, pido perdón especialmente a Javier. En consulta de fertilidad, por laparoscopia, se ve que ovario glandular nada fibroso, o sea, perfectamente funcional está separado de trompa de Falopio por lo que los ovocitos que liberan sus folículos jamás pueden ser recogidos, de forma natural, para ser fecundados. No puede haber fecundación si en el medio no se pueden encontrar las células germinales.
29/08/12 10:53 AM
pedro de madrid
A pesar de la claridad de la postura de la Iglesia sobre el aborto, de vez en cuando sale algún eclesiástico o religiosa, con grandes o pequeños rodeos, justificándolo.
30/08/12 12:30 PM

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