Diseño Inteligente: ¿algo más que ciencia?

Recuerdo, cuando estudiaba Filosofía, el interés que despertó en mí el movimiento del Diseño Inteligente. Con argumentos que pretenden ser científicos – y no directamente religiosos – quienes sostienen esta visión defienden que es posible detectar en la naturaleza huellas de un “diseño inteligente”. El estudio de este diseño formaría parte de las ciencias naturales.

Conviene ser muy preciso y distinguir, desde el comienzo, dos niveles del discurso: el filosófico y el científico. Filosóficamente, y hasta podríamos decir que desde el punto de vista del sentido común, no es ningún disparate admitir un diseño; un plan superior que ha proyectado los vivientes. Desde la perspectiva teológica, así se admite al reconocer el papel creador y providente de Dios.

Pero otro nivel del discurso, diferente, aunque no necesariamente opuesto, es el de la ciencia natural. La ciencia no alcanza lo metafísico ni lo teológico. La ciencia es metodológicamente naturalista – aunque algunos científicos son, además, ideológicamente naturalistas - . La ciencia en sí misma no habla de Dios – ni para afirmarlo ni para negarlo - , ni habla de la espiritualidad del hombre, porque estas realidades escapan al experimento, no se dejan ver en un microscopio, no son manejables en un laboratorio.

También es cierto que la ciencia es provisional. Nada más interesante, a este respecto, que leer libros de historia de la ciencia; especialmente sobre Geología y Biología en los siglos XIX y XX. O leer a los filósofos de la ciencia, como Thomas Kuhn, con su brillante teorización sobre el progreso científico. La ciencia no es definitiva. Una acumulación de evidencias puede llegar a hacer caer un paradigma y a alumbrar otro nuevo, sin que esta sucesión deba llevarnos a profesar el relativismo gnoseológico.

Los partidarios del Diseño Inteligente no quieren, no obstante, hacer Filosofía, ni tampoco Teología. Quieren moverse en los parámetros definidos de las ciencias naturales. Así, por ejemplo, el bioquímico Michael J. Behe, en su célebre libro “La caja negra de Darwin”, aporta como confirmación empírica de sus hipótesis los sistemas naturales que presentan “complejidad irreductible”; es decir, sistemas a los que, si les falta una sola de sus partes, no pueden funcionar. Así, sostiene, sucede con el flagelo de las bacterias, un sistema compuesto de una serie de componentes unidos de forma que, a falta de uno de ellos, el flagelo no funciona. Estos sistemas mostrarían la imposibilidad, al menos en estos casos, de una acumulación de sucesivas variaciones heredables por mutación y por selección. También William A. Dembski insiste en la necesidad de una inteligencia diseñadora que dé cuenta de las estructuras complejas en los seres vivos.

Todo ello es muy interesante y sugerente. La duda es si se trata, propiamente hablando, de ciencia en sentido propio. ¿Puede la ciencia observar un diseño inteligente? ¿O más bien, esta hipótesis es, en sentido estricto, una postura que, con base en la ciencia, va más allá de ella, para adentrarse en el terreno filosófico y metafísico?

Tampoco acabo de entender que no se pueda conciliar, en pura teoría, la evolución y el diseño inteligente. Yo no veo que su compatibilidad sea imposible. Desde el punto de vista teológico conviene recordar que la postulación de una Inteligencia que diseña la marcha de los vivientes no equivale, sin más, a postular la existencia de Dios. Y menos aún de un Dios Creador, en el sentido cristiano del término. Ni es tampoco imposible conciliar la acción del creador con una cosmovisión evolutiva – pero de esto ya he tratado en los anteriores posts - .

El tiempo, la ciencia y la filosofía nos irán aclarando el enigma. Desde la fe, podemos estar muy tranquilos. Las teorías pasan. La fe es estable.

Guillermo Juan Morado.

13 comentarios

  
Joaquín
Las llamadas teorías del "diseño inteligente" (intelligent design) son aún más pantanosas que las creacionistas.

Sería largo distinguirlo del argumento tomista del orden observado en el cosmos (un orden requiere un ordenador).

Un ejemplo clásico de estructura compleja es el aparato de visión: el ojo. Sin embargo, los biólogos hoy afirman que el ojo del lince, o el ojo humano, no son más que refinamientos evolutivos de estructuras rudimentarias que ya se encuentran definidas genéticamente en organismos vivos más simples.

Todo lo más que puede decirnos estas estructuras biológicas complejas es que la naturaleza es "inteligente", está trabada íntimamente, como lo está la estructura interna de los átomos.

Pero últimamente las teorías del diseño inteligente pecan de la misma grosería intelectual que el creacionismo: pretender dictar a la ciencia lo que esta deba postular, en congruencia con una lectura literalista, fundamentalista, de las Escrituras.
18/09/08 11:13 PM
  
Guillermo Juan Morado
El argumento tomista se plantea en el plano filosófico. El ID pretende situarse en el plano científico. Aunque no está claro que se trate de pura ciencia. En esto coincido contigo.
18/09/08 11:15 PM
  
Joaquín
Un comentario muy ilustrativo sobre el tema del DI (con enlace):

"En consonancia con el espíritu que anima el creacionismo científico en las últimas décadas ha surgido en Estados Unidos un nuevo movimiento partidario de lo que denominan: el diseño inteligente (DI). Según estos autores en la naturaleza existirían estructuras complejas que serían irreductibles; o lo que es lo mismo, no podrían haber surgido por evolución biológica de otras estructuras anteriores que paulatinamente se han ido transformando hasta dar lugar a una estructura compleja actual. Si estas estructuras irreductibles no han podido surgir de un proceso de evolución biológica entonces ¿cuál es la causa de su existencia? Según los partidarios del DI dichas estructuras habrían sido diseñadas por un Diseñador Universal Inteligente. Según Ayala: “sorprenderá a muchos de mis lectores, tanto creyentes como científicos, que el tema central de este libro lleve a la conclusión de que la ciencia, y en particular la teoría de la evolución, es compatible con la fe cristiana, mientras que el diseño inteligente no lo es” (...)

"El capítulo octavo trata sobre el fundamentalismo creacionista de los Estados Unidos. Para empezar Ayala resalta la idea de que, curiosamente, los defensores del DI coinciden con los científicos y los filósofos materialistas más de lo que ellos se imaginan, pues todos ellos comparten la idea, errónea, de que existe una incompatibilidad entre la afirmación de la teoría científica de la evolución y la existencia de un creador divino. A este respecto Ayala deja bien claro que: “la conclusión que desearía extraer es que el conocimiento científico y las creencias religiosas no tienen que estar en contradicción (...) Únicamente al hacer afirmaciones que están más allá de sus fronteras legítimas, es cuando la teoría evolutiva y la creencia religiosa parecen ser antitéticas”.

Reseña de la obra de Francisco J. Ayala Darwin y el diseño inteligente. Creacionismo, cristianismo y evolucionismo Alianza Editorial: Madrid, 2007. 231 págs.
Carlos A. Marmelada

http://www.unav.es/cryf/darwinydi.html
18/09/08 11:25 PM
  
Guillermo Juan Morado
Francisco J. Ayala es un biólogo evolucionista, absolutamente contrario a todo lo que suene a creacionismo científico:

http://www.fecyt.es/entrevistas/fyala/entrevista1.html
19/09/08 12:44 AM
Por poner un ejemplo de la ciencia "sabia" que esta de moda dice: "1)si captamos con nuestros radiotelescopios señales complejas que vienen del Cosmos, a bien seguro existe allá arriba una inteligencia". "2)la celúla animal es un sistema muy complejo de mecanísmos indescriptibles y no hay duda de que se ha creado por evolución, sin haber sido diseñada". Como vemos ésta es la "ciencia" de hoy que ataca furibundamente contra el Creacionismo, élla misma se retrata de estúpida.
19/09/08 9:26 AM
Ya me diréis si esta teologia no es admirable, teología en nada anticatólica, muy cristiana y científica segun el cristal como se mire

http://www.answersingenesis.org/espanol/docs/10peligros.asp
19/09/08 9:33 AM
Respondiendo al título del artículo: El Diseño Inteligente es más que ciencia, ya que se le suman dos cosas, la religión y la ciencia, y dos cosas son más que una sola. Por poner otra "perla" de la Ciencia en mayúscula, referente a los grandiosos cañones que existen en el planeta Marte, la Ciencia dice que se formaron por una catástrofe de agua, y referente al Cañon del Colorado EEUU, la Ciencia dice que se formó lentamente en millones de años por desgaste del Rio Colorado. Quienes no admiten a Dios se retratan de estúpidos y a pesar de éllo una multitud los aclama.
19/09/08 10:11 AM
  
Alberto
El DI "huele" a "creaccionismo moderado" o creaccionismo encubierto". Me gustaría poner otro tema que no he leído sobre la mesa y que, creo, es más inteligente que el DI. Me refiero al "principio antrópico", desde el que sí cabe un diálogo entre la teología y la ciencia, cada una en su ámbito. Porque a estas alturas, negar dogmáticamente los estudios ciéntíficos es comulgar con ruedas de molino.

Joaquín, muy acertado en tus posiciones.
19/09/08 11:58 AM
  
Santi
Remito una vez más a los libros que señalaba en el post anterior. Dembski responde muy bien a las objeciones que se hacen a la teoría del diseño inteligente.
También podéis descargaros el vídeo "La clave del misterio de la vida".
El evolucionismo, entendido como especies surgiendo de otras, no tiene ninguna evidencia científica. Pero es tabú cuestionarlo.
Saludos.
19/09/08 5:07 PM
  
RNA
Alberto: El DI es Creacionismo puro y duro y algo, pro poco, encubierto.

Y, sobre todo, como ilustra Joaquín, es menos compatible con la fe que el evolucionismo.

Repito: ¡¿qué falta nos hace empequeñecer a Dios con creacionismos mítico-mágicos si el evolucionismo nos muestra la mano de Dios -a quienes ya tenemos fe de entemano, claro- conduciendo el cosmos hasta la imago dei que somos?!
19/09/08 9:50 PM
  
Alberto
RNA, eso último que has dicho encaja, perfectamente, con el principio antrópico.
20/09/08 5:04 PM
  
RNA
Ya, Alberto, en efecto. De hecho (te lo cuento bajito para que no se enteren lo demás y se rían de mí) el principio antrópico "lo inventé" yo de pequeña. No sabía que estuviera ya pensado, claro.
:-) :-) :-)

Ahora en serio. A los catorce años o así, con mi escaso bagaje cultural pensaba que la evolución era la mano de Dios conduciendo el Universo hacia el ser humano a su imagen y semejanza. Y que como para Dios no existe el tiempo, qué más daba la metáfora de los 6 días que miles de millones de años, que para el caso era lo mismo.

Dicho así, suena infantil, y lo es, porque eran mis pobre plabaras de adolescentente. Más tarde conocía a Teilhard y más cosas posteriores. Y en los momentos de crisis de fe, esa idea me la devolvía. Yo no entiendo qué ganaría en "pureza" una fe que se empeñe en expresarse hoy con palabras heberas de hace milenios. Las palabras, los géneros literarios, las narraciones, las leyendas, pueden encerrar la misma verdad que un tratado científico del siglo XXI o que un libro dde filosofía del XIX. O las misma mentiras. Aferrarse al sonido de las palabras es renunciar a la chispa divina de la razón.
21/09/08 12:30 AM
  
Felipe
De este artículo destacaría esta frase: "La ciencia no es definitiva", obviamente refiriéndose a la ciencia experimental o empírica, lo cual no podría decirse de la filosofía, más científica que la anterior, aunque muchos la tomen como un conjunto de opiniones (o de pensadores) que cambian con el tiempo. La teoría del Diseño Inteligente tiene sus aciertos, descubrir la perfección con que están formadas las criaturas. Negar este orden en el cosmos y en las criaturas es negar la evidencia. Creo que esta teoría ha sido atacada por muchos evolucionistas ateos que la consideran pura superchería. La teoría evolucionista tampoco está probada y no pasa de ser una mera hipótesis. Como Vd. bien dice, la fe es inmutable.
20/03/11 10:25 PM

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