La Asunción, la esperanza y el consuelo
La doctrina de la Iglesia enseña que la Virgen María, glorificada en los cielos en cuerpo y alma, “antecede con su luz al Pueblo de Dios peregrinante como signo de esperanza y de consuelo” (Concilio Vaticano II, Lumen gentium 68).
María es señal de esperanza, que nos presenta como posible lo que deseamos, y es, al mismo tiempo, señal de consuelo, de descanso y alivio. Ambas cosas, la esperanza y el consuelo, resultan necesarias para el peregrino, para el caminante. Atisbar la meta anima a seguir andando y aligera las molestias padecidas en el camino.
El hombre tiene como meta la belleza más auténtica, que es la de la santidad, alcanzada ya plenamente por la Virgen: “María es, en efecto, la primicia de la humanidad nueva, la criatura en la cual el misterio de Cristo –encarnación, muerte, resurrección y ascensión al cielo – ha tenido ya pleno efecto, rescatándola de la muerte y trasladándola en alma y cuerpo al reino de la vida inmortal” (Benedicto XVI).
Esa belleza a la que tendemos es la verdadera felicidad; es Dios. “¿Cómo es Señor, que yo te busco – se preguntaba San Agustín - ? Porque al buscarte, Dios mío, busco la vida feliz, haz que te busque para que viva mi alma, porque mi cuerpo vive de mi alma y mi alma vive de ti”.

La Carta de San Judas (24-25) concluye con una doxología; es decir, con una oración de alabanza dirigida a Dios, plegaria que procede de la liturgia, del culto de la Iglesia: “Al que puede preservaros de tropiezos y presentaros intachables y exultantes ante su gloria, al Dios único, nuestro Salvador, por medio de Jesucristo, nuestro Señor, sea la gloria y majestad, el poder y la soberanía desde siempre, ahora y por todos los siglos. Amén".
Interceder es pedir en favor de otro, como hace el centurión que se acerca a Jesús y le presenta la situación de enfermedad en la que se encuentra un siervo suyo (cf Mt 8,5-8). Lo que mueve a la intercesión es la misericordia, la compasión, el amor que se apiada del sufrimiento del otro y hace lo posible por socorrerlo.












