Fiesta de san Telmo

Hoy se celebra en Tui, y en muchos otros lugares, la solemnidad del beato Pedro González Telmo, conocido como san Telmo. Es patrono de la diócesis de Tui-Vigo, de la ciudad de Tui y de los navegantes.

Esta fiesta, el lunes siguiente al lunes de Pascua, pone de relieve que los santos son el fruto de la Pascua. Lo que ha acontecido en Jesucristo, el paso de este mundo al Padre a través de la muerte y la resurrección, acontece también en sus discípulos cuando se vinculan a Él por la fe y los sacramentos, y reflejan esta nueva existencia en sus vidas. La culminación de esta identificación con el Señor tiene lugar, para aquellos que han vivido unidos a Él, en el momento de la muerte. Esto ha sucedido de manera paradigmática con san Telmo.

El Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia dedica una entrada a San Telmo, escrita por el P. Teodoro González García, OP. Merece la pena leerla, ya que nos acerca a la figura del santo. Nacido en Frómista allá por el 1190, estudiante en la recientemente fundada Universidad de Palencia y joven canónigo de la catedral de esta ciudad. Cuando celebraba su nombramiento “montado en un caballo ricamente enjaezado quiso recorrer la ciudad. El caballo se desbocó y le derribó en un lodazal. Oyó burlas y comentarios jocosos. Esto le ayudó a reconsiderar su vida y a darle un nuevo rumbo”.

De él no se puede decir la conocida frase que algunos atribuyen a santa Teresa: “Pobre, iba para santo y se quedó en canónigo”. Nadie sensato dudaría de que el canonicato puede ser una estupenda vía para alcanzar la santidad. Pero no era el caso de san Telmo. Dios lo llamaba a ingresar en la nueva Orden de Predicadores, apenas fundada por santo Domingo. Pedro González ingresó, quizá en 1220, en el convento de san Pablo, en Palencia y allí se propuso imitar en todo a santo Domingo, especialmente en la oración y en la predicación.

Y este propósito se cumplió. Fray Pedro González se convirtió en un misionero itinerante que recorrió la diócesis palentina y otras de Castilla, León, Navarra, País Vasco. Aragón y Cataluña. Otro santo coetáneo – no estuvo el siglo XIII mal servido de ellos - , el rey Fernando III quiso tenerlo a su lado como confesor y capellán castrense en la reconquista de Andalucía.

Tras las campañas de Jaén y Córdoba, san Telmo volvió a la predicación itinerante por Asturias, Galicia y por el norte de Portugal: Guimaraes, Braga, Oporto, Viana, Caminha… En el convento de santo Domingo de Bonaval encuentra la base desde donde emprender sus misiones. La providencia lo conduce a Tui, donde desempeña su tarea evangelizadora y donde, al final, iba a fallecer y a dejar el precioso don de su testimonio y de su Cuerpo Santo.

Predicando durante la Cuaresma en los alrededores de Baiona, se sintió mal: “Anunció también que su muerte estaba cercana y pidió que le encomendasen a Dios después de su muerte. Marchó hacia Tuy y su salud empeoró con unas fiebres malignas. Quiso ir a morir al Convento de Santiago. Se puso en camino, pero empeoró y tuvo que volver a Tuy. Se alojó en casa de un amigo, donde murió, hacia el año 1246. Llevaron su cuerpo en procesión, presidida por el obispo, a la Catedral y allí le dieron sepultura”.

La confirmación oficial del culto a fray Pedro González tuvo lugar, tras un riguroso proceso, el 13 de diciembre de 1741, durante el pontificado de Benedicto XIV. Esa confirmación equivale a una beatificación. Para la devoción popular era y sigue siendo san Telmo. Nada impide, por otra parte, que, tras probar un nuevo milagro, se proceda a su canonización formal.

En el archivo de la catedral de Tui se conserva el Pasionario Tudense, un valioso códice del siglo XIII, que contiene el oficio litúrgico de Pedro González, una partitura inédita de canto gregoriano desarrollada alrededor de la festividad de san Telmo en la catedral de Tui durante la Edad Media. Curiosamente, ese oficio contiene la primera referencia documental a san Telmo como patrón de los navegantes. Esa partitura se ha recuperado y con el título de “Misa medieval de san Telmo” ha sido interpretada – ayer, domingo, 24 de abril – por el Ensemble Seconda Prattica.

Uno de los mejores escritos sobre san Telmo que conozco es una carta pastoral del obispo de Tui Fr. José López Ortiz, titulada “El centenario de San Telmo”, publicada en el Boletín Oficial del Obispado de Tuy (BOOT), 1 (1 de febrero de 1946). Merecería la pena divulgar ese texto.

Guillermo Juan Morado.

 

P.S.: En su día publiqué una pequeña biografía de san Telmo: “San Telmo, el beato Pedro González”, CPL, Barcelona 2009 (hay también una edición en catalán), así como una “Novena a san Telmo”, CCS, Madrid 2009.

Los comentarios están cerrados para esta publicación.