InfoCatólica / La Puerta de Damasco / Archivos para: Septiembre 2013

7.09.13

¿Cómo seguir la petición del Papa de orar por la paz?

El Santo Padre ha convocado a toda la Iglesia para que mañana, día 7 de septiembre, todos los católicos hagamos una oración por la paz.

¿Cómo podemos hacerlo, en concreto?

Según el maestro de ceremonias del Papa, Mons. Guido Marini, hay tres aspectos que han de estar presentes: las confesiones, el Rosario y la adoración eucarística.

Creo que es sencillo desarrollar este programa. Me refiero ahora a las parroquias.

Se puede comenzar con el rezo del Rosario. Y, ya un poco antes, y durante el mismo rezo, el sacerdote - o los sacerdotes, si hay más de uno - han de estar en el confesionario para atender a los penitentes.

Luego, la celebración de la Santa Misa. La oración de los fieles puede hacerse por la paz y la justicia.

Y, después de la Santa Misa, un tiempo de adoración eucarística.

Leer más... »

6.09.13

Seguir a Jesús

Creer en Jesús es seguirle con valentía y perseverancia por el camino de la cruz – que es, a la vez, el camino de la resurrección - . La fe es algo más que acompañar circunstancialmente a Jesús o que sentir admiración por Él. La fe exige la identificación del discípulo con el Maestro y comporta el dinamismo de caminar tras sus huellas. No se puede creer en Jesús sin vivir como Él, sin seguirle. Y este proceso de seguimiento supone estar dispuestos a un cambio continuo, a una verdadera conversión.

Jesús pide una entrega radical, que solamente puede pedir Dios. Explicando las condiciones que se requieren para seguirle, el Señor, indirectamente, revela su identidad divina. Él es más que un profeta. Siguiéndole a Él se hace concreta la observancia del primer mandamiento de la ley de Dios: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas”. Seguir a Jesús es responder, con la propia vida, al amor de Dios.

Esta primacía de Dios, esta renuncia a divinizar lo que no es divino, que Jesús pone como condición para ser discípulo suyo, la recoge San Benito al indicar la finalidad de su regla: “No anteponer absolutamente nada al amor de Cristo”. Ni los lazos familiares, ni los bienes, ni el amor a uno mismo pueden tener la precedencia. El primer lugar le corresponde a Dios, que ha salido a nuestro encuentro en la Persona de Cristo.

El Señor, caminando delante de nosotros, nos indica cómo hacer real este programa exigente. Pide renuncia aquel que se anonadó a sí mismo; pide pobreza el que por nosotros se hizo pobre; pide llevar tras Él la cruz aquel que se hizo obediente hasta la muerte. Conformando nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestras acciones con los del Señor responderemos a la primera vocación del cristiano, que no es otra que seguir a Jesús (cf Catecismo 2232).

Leer más... »

4.09.13

Vocaciones sacerdotales: El problema es la fe

“El problema es la fe”. Lo ha dicho, en un encuentro con los Formadores de los Seminarios Mayores de España, el cardenal Mauro Piacenza, prefecto de la Congregación para el Clero: El problema no es la presunta falta de vocaciones, sino la fe.

Creer, tener fe, equivale a abrirse a un orden nuevo de realidad. Supone escuchar y obedecer. Supone también llegar a ver la realidad con ojos nuevos, con los ojos de la fe, porque la fe es “luz”.

A este respecto merece la pena reseñar no solo lo que el papa Francisco dice en su primera encíclica, “Lumen fidei”, sino también las sugerentes reflexiones de Joseph Ratzinger recogidas en el segundo volumen de sus “Obras completas”, recién publicado en España (BAC, Madrid 2013). A propósito del concepto de revelación en San Buenaventura, el joven Ratzinger aborda la relación entre luz y palabra y, en un breve estudio recogido en el citado volumen, trata sobre “Luz e iluminación. Consideraciones sobre el puesto y el desarrollo del tema en la historia de las ideas de Occidente”.

En el marco del Año de la fe y recordando el vigésimo aniversario de la exhortación apostólica postsinodal “Pastores dabo vobis” del beato Juan Pablo II, el cardenal Piacenza ha incidido en la relación que existe entre fe y vocación. Está en juego la fe: la fe de las familias, la fe de las comunidades cristianas, la fe de los pastores y el ardor misionero que ha de seguir a tal fe.

Sin fe es absolutamente imposible escuchar, discernir, ver y obedecer la llamada de Dios. La fe hace posible percibir, como una realidad viva, su presencia y su palabra. Sin fe, Dios no necesariamente nos resultaría desconocido, pero sí muy lejano. Es verdad que puede ser conocido por la luz de la razón y hasta respetado y adorado. Pero sin esa luz mayor de la fe permanecería siempre distante. Lo suficientemente distante, al menos, para no concernirnos de modo tan personal como para dedicarle a Él, exclusivamente, toda la vida.

¿Qué consecuencias entraña la prioridad de la fe para la pastoral vocacional? El cardenal Piacenza subraya el primado de la vida espiritual, para que el sacerdote esté verdaderamente ligado a Dios y, de este modo, al servicio del pueblo cristiano.

¿Qué puede ofrecer un sacerdote al mundo? Básicamente, esencialmente, le puede ofrecer a Dios. No porque Dios sea posesión del sacerdote, sino porque a través del sacerdote, que hace presente a Cristo por el sacramento recibido, Dios – conforme a la lógica de la Encarnación - quiere seguir acercándose a los hombres.

Leer más... »