¿Rebelión, desahogo o advertencia?
No acabo de entender cuál es la clave adecuada para interpretarlo. ¿Se trata de una rebelión, de un acto de levantamiento contra la autoridad del Papa, a quien, según el canon 377 del Código de Derecho Canónico, corresponde nombrar libremente a los obispos, o confirmar a los que hayan sido legítimamente elegidos? ¿Dicen los sacerdotes y religiosos firmantes de ese pronunciamiento que el Papa no es el responsable de elegir a los obispos o que, en este caso, no aceptarán el nombramiento efectuado por el Pontífice? No parece. Al menos explícitamente, si he leído bien el texto, no lo afirman.