María, silencio de amor

He recibido un texto de un amable lector. Me dice que es del P. Cándido Pozo y que ha sido publicado en un semanario de Granada. Lo reproduzco en este blog, pues puede resultar de interés para muchas personas.

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El pasado 9 de septiembre se cumplieron cinco meses del fallecimiento del teólogo jesuita padre Cándido Pozo. Su testimonio y sus enseñanzas, especialmente sobre la Virgen María, siguen hoy presentes.

Silencio. Hagamos silencio, exterior e interior, porque contemplaremos a la Madre de Dios… ¡María! “Morada de grandeza,/ templo de caridad y de hermosura,/ resplandece en Ella,/ la humanidad profunda,/ que la lleva a escuchar,/ para ponderar, y luego actuar,/ por ella hablan: su vida,/ testimonio de coherencia/ porque conoce y sabe,/ de donde le viene,/ su valor y su dignidad,/ que plasma en la responsabilidad,/ de la que sabe amar”. Con estas hermosísimas palabras, Fray Luis de Granada nos deja entrever la hermosura sin par de la Madre de Dios.

María reunió en sí misma todos los atributos y todas las virtudes porque fue “la llena de gracia”… Por ello, entre todos los creyentes, ella es como un “espejo” donde se reflejan del modo más profundo y claro “las maravillas de Dios”. En Ella se dan en grado perfecto todas las virtudes que se manifiestan a través del testimonio de su vida, callada, serena, donde se oculta la Madre con Cristo en Dios, por medio de la fe (Col 3,3), pues la fe es un contacto con el misterio de Dios.

Detengámonos y meditemos cómo vive María este silencio activo e integral. Silencio de expresividad porque es la perfecta discípula que se abre a la palabra y se deja penetrar por su dinamismo; cuando no lo comprende y queda sorprendida, no lo rechaza o relega; lo medita y lo guarda; cuando suena dura a sus oídos, persiste confiada en un diálogo de fe con el Dios que le habla.

Ella es la serenidad profunda, donde resuena la palabra eterna, y esa palabra eterna reclama un silencio infinito, inabarcable, para resonar potente y obrar la reconciliación. Eso es María, el remanso silencioso, sosegado, donde acampó la palabra. Ella es la tierra fecunda de la que habló el profeta Isaías, es tierra fecunda en donde germinó la salvación y gracias a ella la Palabra no regresó vacía (Is 55, 10-11).

He aquí la sonoridad inconmensurable de María; ella es el silencio más elocuente del universo, es la virgen oyente que vive a la escucha de la Palabra para ponerla en práctica viviendo el diálogo de la fe, de tal manera que este misterio de su ser, sólo se revela para quien tiene ojos para ver tras el velo de los gestos y las acciones de la Madre. Tal fue la misión de María: cumplir la voluntad de Dios en un eterno “hagan lo que Él les diga”.

María escucha, sabe escuchar. “El ángel del Señor anunció a María…”. “Alégrate llena de gracia”, llena de Dios, llena de amor, gracia plena. Por ello, “el Señor está contigo”.

María atiende, sabe atender, se hace presente y asequible. “He aquí la esclava del Señor… hágase en mí según tu Palabra”. Y la Palabra puso su morada en ella. María pregunta, no cuestiona, y acepta con gozo, confianza y alegría “cómo será esto, pues no conozco varón”.

De tal manera que podemos ver cómo María vive para la misión. “Proclama mi alma la grandeza del Señor”.

Del silencio de expresividad de María brota la sagrada quietud interior, traducida en la firmeza de su temple femenino desde la Anunciación hasta el Calvario.

P. Cándido Pozo, SI.

PS: No tengo muy claro si tengo derecho o no a reproducir este texto. Si los responsables de la publicación del semanario de Granada creen que me he excedido, les rogaría que me lo hiciesen saber y lo retiraría de inmediato.

Por este motivo, la duda sobre posibles derechos de autor, no volveré a subir al blog textos que no sean de mi autoría.

6 comentarios

  
Nerea
Sencillo, bello, mil gracias, también doy gracias al semanario que lo publicó, que acertado, pero cómo se puede callar, cuando se le habla a la Madre así, no tengo palabras para tamaño agradecimiento, el autor que amor de persona, me quito el sombrero.
06/10/11 11:04 AM
  
Norberto
"...y ella conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón".

A partir de ahí ... callar, contemplar e imitar.
06/10/11 1:24 PM
  
Javiergo
Muchas gracias por poner aquí esta bella y sencilla reflexión del P. Cándido Pozo sobre la Santísima Virgen María. - P. Guillermo, considero acertada su decisión al afirmar que, ante la duda sobre posibles derechos de autor, no volverá a subir al blog textos que no sean de su autoría. Por eso, para quien desee consultar los contenidos del semanario ‘Fiesta’ de la diócesis de Granada, sólo tiene que mirar en este enlace y así no habrá ningún problema

Un saludo en Cristo Jesús
06/10/11 2:47 PM
  
Ïñigo
No creo que el bueno del Padre Cándido le reproche, frater, la publicación de este hermoso escrito. Gracias a usted por reproducirlo y al jesuita ilustre -aunque menospreciado por tantos de los suyos-por su vida dedicada al estudio, la oración, la predicación, el silencio, la penitencia, la enseñanza y a saber más y transmitirlo a los fieles y sacerdotes lo quela Iglesia cree sobre la Virgen María, nuestra Madre. Eso sí que no tiene precio. Eso sí que son, por cierto, méritos para el cielo.
06/10/11 5:17 PM
  
Norberto
Octubre, mes del Rosario, el Salterio de los pobres.
07/10/11 9:57 AM
  
Nerea
Si Norberto:
Hoy Nuestra Señora del Rosario, muchos santos se han hecho a sus pies,en cada cuenta,desde la entrega de Santo Domingo,hssta la humildad de Fray Escoba.
Me encantan todos los misterios pero en especial,los misterios luminosos.
Bonne nuit
07/10/11 11:56 PM

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