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27.05.19

Código del Misionero

A.M.D.G.

Código del Misionero

“Fiado en mi Dios, asalto la muralla” (Ps. XVII, 30)

I. El espíritu del Misionero:​ Es único y sin igual, de encendida y sagrada acometividad, de buscar siempre acortar la distancia con las tribus paganas y llegar lo antes posible a ellas para hacer la primer proclamación de la Santa Fe Católica (cf. Mt XXVIII, 19-20; Mc XVI, 15-16). Vive consumido de celo por la gloria del Padre (cf. Jn II, 16), lleno del Espíritu Santo (cf. Hch II, 4). Vive como condenado a muerte, en el último lugar; urgido por la caridad, afrentado, bendice; perseguido, soporta; difamado, consuela (cf. 1 Cor IV, 9.11-13; 2 Cor V, 14)). Avanza sin piedra donde apoyar su cabeza (cf. Mt VIII, 20).

II. El espíritu de la divina filiación: Con el sagrado juramento de preferir morir y reventar antes que pecar, para no ofender a un Padre tan bueno como Dios.

III. El espíritu de amistad: De amistad continua e íntima con Jesús, de dar la vida por los amigos (cf. Jn XV, 13) y aun por los infieles que yacen en las tinieblas de la muerte (cf. Lc I, 79). El Misionero no sólo quiere darles el Evangelio a los paganos, sino su propia vida (cf. 1 Tes II, 7-8).

IV. El espíritu de unión y socorro: El Misionero es “luz de las naciones para ser su salvación hasta los confines de la tierra” (Hch XIII, 47). A la voz de ¡Viva Cristo Rey!, sea donde sea, y como sea, acudirán todos y, con oportunidad o sin ella (cf. 2 Tim IV, 2), haciéndose todo a todos (cf. 1 Cor IX, 19-22), con toda parresía (cf. Ef VI, 19-20; Hch XIV, 3), proclamarán la Buena Nueva a las tribus paganas lejanas (cf. Hch XXII, 21) que requieran los primeros auxilios espirituales (cf. 1 Cor IX, 16).

V. El espíritu de marcha: El Misionero “soporta los trabajos” (2 Tim IV, 5) y “comparte las fatigas como buen soldado de Cristo Jesús” (2 Tim II, 3), marchando gozoso por la esperanza (cf. Rom XII, 12). Jamás un Misionero dirá que está cansado, hasta caer extenuado. Será el cuerpo más veloz y resistente. Todo lo sacrificará y todo lo tendrá por basura con tal de ganar a Cristo para sí y los demás (cf. Fil III, 7-8). Sabe que si sufre con Cristo, reinará con Él (2 Tim II, 11).

VI. El espíritu de sufrimiento y dureza: El Misionero se gloriará en sus tribulaciones (cf. Rom V, 3-5), rebosando de gozo en ellas (cf. 2 Cor VII, 4). No se quejará de fatiga, ni de dolor, ni de hambre, ni de sed, ni de sueño, ni de sequedad, ni de la prisión (cf. 2 Cor VII, 5; XI, 10); orará sin cesar (cf. 1 Tes V, 17), se mortificará (cf. Mt X, 38), predicará la Fe a las tribus, a los brujos y a los enemigos, hará todos los trabajos apostólicos y plantará doquiera la Cruz invicta y la imagen de nuestra Señora (cf. Ef I, 10). Le dará la bienvenida a todas las cruces que la Providencia permita que él sufra: prisiones, azotes, peligros de muerte, apedreamientos, naufragios, abismos, peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los judíos, peligros de los paganos, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos, trabajos y fatigas en prolongadas vigilias, hambre, sed, ayunos, frío, desnudez (cf. 2 Cor XI, 23-27), tribulaciones, necesidades, apremios, tumultos, desvelos y deshonra (cf. 2 Cor VI, 3-10).

VII. El espíritu de acudir a las tribus infieles: La Misión, desde el hombre solo hasta la Misión entera, acudirá siempre donde haya tribus que, según los reportes, aun no hayan oído la Buena Nueva (cf. Mt XXIV, 24) o tribus cubiertas de ídolos (cf. Hch XVII, 16), siempre, siempre, aunque vengan degollando y ya no se tengan más fuerzas, sabiendo con el Apóstol, que el Misionero todo lo puede en Áquel que lo conforta (cf. Fil IV, 13) y que “no hay nada imposible para Dios” (Lc I, 37).

VIII. El espíritu de disciplina: Cumplirá su deber y será fiel hasta las mínimas inspiraciones del Espíritu Santo, obedecerá como Cristo al Padre, buscando agradar no a los hombres sino sólo a Dios (cf. 1 Tes II, 4-6), velando firme en la fe (cf. 1 Cor XVI, 13), obrando varonilmente y mostrándose fuerte (cf. 1 Cor XVI, 13).

IX. El espíritu de combate misional: El Misionero “combate los buenos combates de la fe” (1 Tim VI, 12). El Misionero, desprendido del lucro y las alabanzas (cf.1 Tes II, 4-6), pedirá siempre, siempre, misionar, sin turno, sin contar los días, ni los meses, ni los años. Fiado en Dios, asaltará la muralla (cf. Ps XVII, 30), a pesar de todas las oposiciones que la Verdad le suscitará ya que la verdad necesariamente engendra el odio.

X. El espíritu de la muerte: El morir en misión es la mayor corona. No se muere más que una vez y la muerte en misión es una catapulta al Paraíso eternal, donde se gozará por siempre de la felicidad más excelsa, más inenarrable y más inimaginable. Los Misioneros viven “siempre entregados a la muerte por amor de Cristo Jesús” (2 Cor IV, 11). El Misionero se goza al estar “cada día en trance de muerte” (1 Cor XV, 31). El Misionero no se aterra por nada ante los enemigos (cf. Fil I, 27-28).

XI. El espíritu de la enseña: La Cruz será la enseña más gloriosa, porque fue bañada por la sangre de Cristo. La segunda enseña más gloriosa será la Virgen, Reina de los Mártires, de las Misiones y del Paraíso.

XII. El espíritu de bravura: Todos los Misioneros de fuego son bravos y lo son por la gracia de Dios, no por sus fuerzas naturales; aquí es preciso demostrar que el Dios vero, Uno y Trino, es Quien hace posibles las gestas más épicas por medio los hombres por Él creados (cf. Lc I, 48-49). Movido por Cristo, el Misionero hará cosas más grandes que Cristo (cf. Jn XIV, 12).

 

¡Viva Cristo Rey!

¡Viva la Misión!

Padre Federico Highton, S.E.

25 de mayo de 2019, Ollioules

Fiesta de San Gregorio VII Magno

 

Nota: las fuentes inspiradoras de estas líneas son el emblemático “Credo del Legionario”, del cual conserva algunos pasajes intactos, y las Cartas Paulinas

13.05.19

9.05.19

Aventuras Himaláyicas

Les presentamos el audio de la homilía que ofrecimos en México en la casa de una congregación de Religiosas Misioneras con ocasión del día de la Santa Cruz, y algunas crónicas de la misión que compartimos con ellas en el Himalaya.

¡Viva Cristo Rey!

México,

Mayo 2019

1.05.19

Expansión de la Orden San Elías en Hispanoamérica. El Salvador y México

Deo Gratias!

Con mucha alegría queremos comunicar que la familia de la Orden San Elías sigue siendo aumentada por Nuestro Señor.

Oficialmente, el día miércoles 1° de mayo (fiesta de San José Obrero), se fundó en Centroaméric, en la ciudad de San Salvador, la Tercera Orden que será será responsable de las actvidades terciarias eliatas en Centro América y el Caribe.

El día viernes 3 de mayo, en Puebla (México) se llevará a cabo la cena fundacional de la Tercera Orden y, el sábado sábado 4, en esa misma ciudad, haremos una convivencia con el objetivo de conocernos mejor. 

Las coordenadas para quienes estén cerca de Puebla y quieran ir, son:

Sábado 4 de Mayo, 10 AM en 2 poniente 313, Depto 3 Colonia Centro, Puebla.

Además, nos complace contarles que está avanzado el proyecto la fundación de la Tercera Orden Eliata en Colombia.

Nuestro Señor está dando Su gracia abundante a la Orden San Elias.

Rafael Iraheta
Coordinador de la TOE para Centro América y El Caribe

Leonor Suaya de Highton
Presidente de la TOE

PS:

Convivencia fundacional de la TOE en México:

2 poniente 313, Depto 3 Colonia Centro. Puebla, Puebla, Sábado 10 am

19.04.19

El peligro del yoga y la gravedad de su filosofía panteísta y atea

Es preciso decir una palabra sobre el yoga.
Según A. Roest Crollius, “los orígenes del yoga se encuentran en capas muy antiguas de la cultura religiosa de la India, especialmente en las prácticas chamánicas precarias, con las que se intentaba dominar las fuerzas cósmicas, y también en antiguos cultos sacrificiales que exigían una «sumisión» del espíritu del sacerdote, de manera que pudiera concentrarse perfectamente en el acto ritual” . Ahora bien, según el mismo estudioso, “cuando el culto sacrificial perdió su papel central en la religiosidad india, los Upanishads elaboraron las prácticas del yoga, con los elementos esenciales de concentración, control de la respiración y unión con una fuerza sobrehumana, como caminos para unirse (“ser subyugado») a la realidad total, cósmica y divina”. Es, de hecho, en este contexto que “tuvo su origen el budismo, que dio una síntesis original de los caminos del yoga en la perspectiva de una nueva visión de la existencia humana”, como indica este autor.
Destaquemos que, como explica el mismo Roest Crollius, “se encuentran expresiones clásicas del yoga en el capítulo VI de la Bhagavad-Gita y en los Yoga-sútra de Patañjali (siglo 11 a.C.)” y que “aunque la práctica de las diversas disciplinas que se encuentran en el yoga indio son comunes a algunas otras religiones, en ninguna otra han encontrado tan amplia elaboración y tan universal aplicación como en el hinduismo”.
El yoga tiene “la pretensión de llegar a una mística o unión con lo divino” , pero, como tiene de fondo una filosofía panteísta (del griego “pan”: todo y “theos”: dios), lo que busca es que el hombre se haga Dios. Esto ya nos los dice la misma palabra “yoga” ya que “la palabra Yoga significa “unión”, el objetivo del Yoga es unir el yo transitorio (temporal), “JIVA” con el (yo eterno) infinito “BRAHMAN”, el concepto hindú de Dios. Este Dios no es un Dios personal, sino que es una sustancia impersonal espiritual que es uno con la naturaleza y el cosmos” . De aquí que el yoga busca la “disolución del alma humana” en el Absoluto . Por eso, el P. Manjackal, Sacerdote Católico de origen indio, al escribir sobre el yoga anota esta frase: “esta es la religión del anticristo (el hombre que se hace Dios)” .
Ahora bien, es falso pensar que todo el yoga se reduce a un método gimnástico . De hecho, la última etapa del yoga –son ocho– pretende consistir en el “aislamiento del verdadero Yo de los ilusorios velos de las apariencias (…) mediante la extinción de la individualidad” . Es más, “las técnicas del yoga consisten en suprimir los estados de conciencia, calmar las vibraciones mentales y reemplazarlas por una experiencia intuitiva, extra-racional” . Precisa Fray Cantera Montenegro que el fin del yoga “no es una simple relajación física y psíquica, sino un vaciamiento de sí mismo” .
El yoga puede trastornar psiquiátricamente. De hecho, si alguien pretender usar del yoga solo como ejercicio físico y de meditación, debe saber que, según escribía Carlo Rizzo (docente en la cátedra de Enfermedades Nerviosas y Mentales, en la Universidad de Roma en la década del sesenta) “desde el punto de vista psiquiátrico respecto de los últimos estadios yóguicos, (…) [los ejercicios del yoga] podrían favorecer –en individuos jóvenes, inmaduros o constitucionalmente provistos de un sistema nervioso poco sólido– la aparición de manifestaciones psicopatológicas (del tipo histérico o psicasténico)” . Respecto de los riesgos psiquiátricos, recordemos que el Budismo –que también usa el yoga– quiere extinguir el deseo de vivir y que, según el Budismo, “para extinguir el deseo de vivir, se puede contar con (…) el yoga” .
A su vez, si bien es posible, en teoría, separar los ejercicios del yoga de las ideas de fondo de su pensamiento, “esto no es siempre fácil de hacer, y especialmente hay que tener en cuenta que la mayoría de los autores que divulgan las prácticas yoguicas participan también de las ideas orientalistas que están debajo” . ¿Pero cuál es esta filosofía? Veamos algunos puntos: la filosofía yoguica, no sólo es falsa y anticristiana sino también panteísta pues predica “confusas y equívocas explicaciones sobre la naturaleza humana y sus relaciones con el resto de la realidad” a la vez que cae en una “infravaloración de aspectos de este mundo” . Al mismo tiempo, considera que la meta ideal de la “mística” no es la unión perfecta con Dios sino “la disolución de la persona y de la actividad personal” . Pero la cosa no termina acá: el hinduísmo (el yoga es hinduista, recordemos) sostiene que “el bien y el mal son uno y lo mismo” . Precisemos, a su vez, que, “el yoga nace como un método ascético del brahmanismo-hinduismo que busca la inactividad, la supresión de los actos (a los que se considera fuente de sufrimientos), con el fin de “quemar” el karma y escapar al renacer (escapar a la reencarnación o samsara), uniéndose (mokhsa) al Ser (Brahmán)” . Valga aclarar que, según algunos estudiosos, el hinduísmo originario admitía la existencia de 33 millones de dioses, que algunos multiplican por diez. Este politeísmo se compaginó muy pronto en clave panteísta.
Luego de atender espiritualmente a muchos ex-practicantes del yoga, el ya citado P. James Manjackal, que por su experiencia pastoral conoce bien el ambiente yóguico, advierte contra “los efectos perniciosos que tiene el yoga en la vida y en la espiritualidad cristiana” . El mismo Padre señala que, según los casos que él atendió, “entre el 80% y el 90% de los participantes han estado en el Yoga, el Reiki, la reencarnación, etc. (…) han perdido la fe en Jesucristo y en la Iglesia” .
Por otra parte, “en cuanto a aquellos que se limitan a usar del yoga lo que prescribe para la tercera o cuarta etapa [es decir, posturas, actitudes y técnicas de respiración], sólo hay que decir que se trata de un comportamiento superficial que no puede ser considerado propiamente yoga” . De hecho, “los promotores del Yoga, Reiki, etc, afirman claramente que la filosofía y la práctica son inseparables” .
Ni hablemos de los que usan el yoga para alcanzar poderes extraordinarios –como la telepatía– ya que estas personas pueden acabar con problemas psiquiátricos despertando “alguna tendencia histérica o paranoica” . Otros usan el yoga directamente como “una práctica oculta” . No por casualidad, “
En suma, “el Yoga es principalmente una disciplina espiritual” , basada en una concepción panteísta y, por tanto, atea, que supone “un determinismo fatalista” . Cada uno saque sus conclusiones…

Padre Federico Highton, S.E.

Misionero en Extremo Oriente