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20.06.25

La escatología cristiana ante la ideología transhumanista.

En estos días estoy finalizando el cursado del Primer año de una Licenciatura en Teología dogmática a distancia, en el Ateneo Regina Apostolorum (recomendadísima)

En ese marco a principios de año escribí una trabajo vinculando estas dos temáticas: ideología transhumanista y escatología cristiana. 

La Revista del Ateneo Pontificia Regina Apostolorum ha publicado una adaptación del trabajo. 
Como puede ser interesante para algunos lectores de Infocatólica, comparto el enlace al artículo y aquí mismo el texto de la introducción.
 
 

La escatología cristiana ante la ideología transhumanista 

«El transformará nuestro pobre cuerpo mortal, haciéndolo semejante a su cuerpo glorioso» (Flp 3,21)

INTRODUCCIÓN: EL HOMBRE, ANIMAL SPERANS

Entre las múltiples cualidades que definen al hombre, una de las esenciales parece ser que es un animal sperans, un viviente que existe esperando en una continua e insoslayable apertura a más.

Su apertura puede ser en dos sentidos: uno ontológico, como deseo de “ser más”, de crecimiento, de plenitud; y otro cronológico, la apertura como tensión y orientación hacia el futuro, esperado e intuido como futuro mejor.

La contracara de esta constitutiva apertura es la insatisfacción. Convivimos con ella, y se nos presenta con carácter ambivalente. Puede degenerar en amargura y angustia crónica; pero su ausencia absoluta podría implicar un desconocimiento o progresivo abandono de la auténtica grandeza y capacidad humana, y un aplanamiento antropológico irreparable.

La insatisfacción es, en última instancia, un locus spei, un lugar de esperanza. Es un recordatorio incómodo pero necesario de la esencial apertura a la trascendencia y al futuro: trascendencia donde el corazón alcanza su desbordamiento interior; futuro en el cual los anhelos aún irrealizados serán colmados. La insatisfacción puede constituirse “motor” del despliegue del ser. 

Pero si brota de una idea empobrecida de la naturaleza humana, aliada a un ateísmo practico –no hay Otro que pueda auxiliar mi indigencia–, puede dar lugar a un afán obsesivo de eliminar todo lo que detiene u obstaculiza, aparente o realmente, nuestra realización. Parece lógico el surgir de una imperiosa y urgente necesidad –luego devenida en obligación– de “liberarnos” de todo lo percibido como límite. Se produce un grave e inmediato riesgo al confundir “mal” con “límite” cuando son realidades desiguales. Esta confusión dio lugar en los últimos siglos a un rechazo de la naturaleza humana como tal, con menosprecio explícito de todo rasgo de finitud, fragilidad y vulnerabilidad.

El movimiento transhumanista encuentra terreno propicio de desarrollo en la humana insatisfacción. Aliado de los vertiginosos avances tecnológicos, se presenta como la “solución” a las aporías presentes en la experiencia cotidiana. Se auto propone como capaz de responder al anhelo de más, y de asegurar un futuro perfecto, donde el mal y el límite habrán sido ya definitivamente vencidos. Aparece como capaz de cumplir los sueños que la humanidad siempre ha albergado, y cumplirlos “ya”, sin esperar un “más allá”.

La teología cristiana tiene la capacidad y el deber de iluminar y ayudar a discernir todo cuanto de verdadero, bello y bueno se encuentre en este movimiento, señalando también sus inconsistencias. Como Teología Moral, puede contribuir a dilucidar los incontables dilemas éticos que se plantean a la hora de avanzar –o no– en el mejoramiento de la corporeidad humana. Como Antropología Teológica puede indagar en los presupuestos sobre los cuales el transhumanismo plantea lo que es deseable o no, y especialmente ayudar a discernir –con una sólida visión filosófica– qué elementos constituyen lo esencialmente humano.

Sin embargo, en este trabajo quisiera mostrar cómo la Escatología –como área dentro de la Teología dogmática– puede ofrecer elementos de discernimiento actuales y pertinentes. Como tendremos oportunidad de profundizar, uno de los propósitos de toda ideología es ofrecer remedio a diversos males humanos, orientando la mirada hacia un futuro soñado y libre de las imperfecciones presentes, y dando así una razón para el esfuerzo de hoy y motivos para la esperanza. Bajo ese aspecto, se encuentran en el mismo ámbito que la reflexión escatológica actual, la cual, para Alviar

se detiene en los aspectos de confianza y consuelo, que alentaban a las primeras generaciones de cristianos. Busca recuperar algo esencial a la existencia cristiana, como es la esperanza. Esta intencionalidad configura gran parte de las consideraciones escatológicas del presente: procuran no ser elucubraciones teóricas o representaciones de la imaginación, o meras respuestas a preguntas curiosas sobre el futuro. Tratan más bien de ser reflexiones que puedan incidir seriamente en el planteamiento vital del cristiano, ayudándole a valorar su vida en la tierra y a conducirla adecuadamente. 

Nos preguntaremos: ¿Qué anhelos del corazón se manifiestan en las propuestas casi mesiánicas del transhumanismo? ¿Cómo la esperanza cristiana y la promesa de la “vida eterna” pueden ser comprendidas hoy como una auténtica respuesta a los anhelos del corazón humano? 

El presente trabajo, en su brevedad, intentará definir el movimiento transhumanista y algunos de sus postulados fundamentales (1), destacando las cuatro liberaciones que pretende llevar a cabo. Sirviéndome del análisis del Dr. Mariano Asla, procuraré luego mostrar que el transhumanismo es una ideología (2), y –en cuanto tal– se presenta como un sustituto secular de la esperanza cristiana. Pasaré luego a comentar el pensamiento de Benedicto XVI en Spe Salvi (3) para fundamentar por qué «sin Dios no hay esperanza». A modo de conclusión intentaré mostrar que las promesas de Cristo y el encuentro definitivo con Él –especialmente en la futura resurrección de la carne– constituirán una auténtica experiencia de la plenitud que el movimiento transhumanista quiere alcanzar a través de la tecnología, sin olvidar que las realidades futuras nos son ya dadas en esperanza. El “ya sí, pero todavía no” de la síntesis cristiana continúa siendo válido (4).

24.04.25

La Iglesia, Misterio, Belleza y Profecía.

Y, de pronto, el mundo entero está vuelto hacia la Iglesia.

La Iglesia de Jesús, que inició cuando una pequeña joven dijo “Sí” a la invitación del Ángel de permitir la encarnación de todo un Dios en su seno.

La Iglesia, la que comenzó a manifestarse cuando el Verbo encarnado convocó junto a sí a un puñado de hombres y mujeres -humanamente hablando- insignificantes. La que albergó desde sus inicios la perfecta santidad de María, la fragilidad de los discípulos y la traición de Judas.

Sí, la Iglesia, que en un plano más profundo -el del misterio, oculto a los sentidos- brotó, cual nueva Eva, del costado del Nuevo Adán dormido en la Cruz… y que en Él -su Cabeza- y en su Madre, Asunta a los Cielos, está ya glorificada perfectamente, mientras peregrina aún en la historia.

Es la Iglesia de Jesús de Nazareth, uno de la Trinidad, enviado por el Padre y dador del Espíritu.

Es su Cuerpo místico, la Viña regada y fecundada con su Sangre, la Barca en que alcanzar la orilla de la eternidad, la Ciudad levantada en lo alto del monte, el Pueblo del Padre.

Colmada de santidad y a la vez hecha por hombres de barro, que escondemos un tesoro infinito en endeble condición.

Es la Iglesia que todos los totalitarismos han querido destruir, y no han podido; y que todas las ideologías han combatido o intentado corromper, mas no lo han logrado ni lo lograrán.

Porque más allá de las tormentas, y de los nombres que van y vienen, y por encima de los intereses y las mezquindades, y las ambiciones y confusiones, en ella vive, actúa y reina el Señor de la Historia: Jesucristo.

Es Su Iglesia: no la de Juan Pablo, ni Benedicto, ni Francisco, ni del Papa (siervo de los siervos de Dios) que el Señor en su Providencia nos envíe.

Es Suya, sobre todo y ante todo, porque la amó como a una Esposa. Es su Novia amadísima, purificada con su Sangre, custodiada, alimentada y nutrida por el Sacramento del Altar. El se ha unido con ella en nupcias eternas, ya reales pero aún no consumadas.

Esta Iglesia, que es para tantos caduca y obsoleta, aracaica y prescindible, y que hoy, en estos días, emerge en su arcano fulgor.

Es Misterio que atrae y fascina, en el horizonte pragmático y gris de nuestro tiempo; es Belleza que refleja (iridiscente y discreta) la infinita Belleza de su Señor, sanando los corazones del imperio de la fealdad. Y es, así, Profecía de un mundo distinto. Esperanza.

Gracias, Jesús, por formar parte de esta Iglesia. ¡Ojalá todos, todos, se sintieran atraídos hacia Ti, presente en Ella!

Que aún sigue -al igual que al principio- albergando la santidad de María, la fragilidad de los discípulos y la traición de Judas.

Pero que es tuya. Y sabemos muy bien que “el poder de la muerte no prevalecerá contra ella".

P. Leandro Bonnin.

23/04/2025

21.02.25

¡Cuánta suciedad en la Iglesia!

En los últimos días, a la luz de cuanto es de público conocimiento en la Iglesia en Argentina, recordaba este memorable párrafo del Card. Ratzinger en 2005, en su célebre Via Crucis, que Juan Pablo II siguió aferrado a la Cruz mientras ingresaba en la etapa final de su travesía:

¿Qué puede decirnos la tercera caída de Jesús bajo el peso de la cruz? Quizás nos hace pensar en la caída de los hombres, en que muchos se alejan de Cristo, en la tendencia a un secularismo sin Dios. Pero, ¿no deberíamos pensar también en lo que debe sufrir Cristo en su propia Iglesia? En cuántas veces se abusa del sacramento de su presencia, y en el vacío y maldad de corazón donde entra a menudo. ¡Cuántas veces celebramos sólo nosotros sin darnos cuenta de él! ¡Cuántas veces se deforma y se abusa de su Palabra! ¡Qué poca fe hay en muchas teorías, cuántas palabras vacías! ¡Cuánta suciedad en la Iglesia y entre los que, por su sacerdocio, deberían estar completamente entregados a él! ¡Cuánta soberbia, cuánta autosuficiencia!

Yo era acólito entonces, y esperaba recibir (un mes después) la ordenación diaconal. Con una enorme ilusión, la misma que a los 16 años me impulsó a ingresar al Seminario con anhelos de santidad y de entrega. La misma que, a pesar de todo, hoy el Señor me sigue regalando, aún en mi pequeñez.

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19.12.24

Diplomado en Teología del Cuerpo y Nueva Evangelización

Con muchísima alegría, desde Vocación al Amor (apostolado del que formo parte desde 2020) esta

mos lanzando un Diplomado en Teología del Cuerpo y Nueva Evanglización. 

La fecha de inicio es el 18 de febrero de 2025.

Algunas de las características del diplomado:


✅ 7 módulos de 4 semanas de duración cada uno.

Donde abordaremos los 6 ciclos de la Catequesis de la Teología del Cuerpo, más una introducción y un módulo de aplicación pastoral.


✅ Profesores de Vocación al Amor.

Seremos María Fernanda Quinteros y yo.


✅ Expositores invitados.

Tenemos una larga lista de expertos en diferentes áreas y disciplinas teológicas que nos acompañarán e iluminarán, especialmente relacionando la Teología del Cuerpo con otras áreas del saber.


✅ Comunidad de oración y estudio.

Ofreceremos un acompañamiento espiritual, con un espacio de Retiro mensual y comunidades por cercanía.


✅ Orientada a la Nueva Evangelización.

Uno de los objetivos es que la Teología del Cuerpo dinamice la evangelización que se lleva adelante en las parroquias y movimientos.

Puedes encontrar toda la información en el sitio web

Y nos confiamos a sus oraciones para que sea una oportunidad de crecimiento en la formación y la evangelización!

15.07.24

Cursos de formación: gratuitos, a partir de este mes.

Quería contarles que a partir de hoy van a estar en modo público los videos de los cursos que fui dando en los últimos dos años.
 
Desde hace un tiempo, debido a un aumento de actividadese, ya no puedo enviar el evangelio diario ni compartir contenido nuevo en las redes y blog como lo hacía años atrás. Por eso creo que los videos de los distintos cursos pueden ser valiosos para la  formación de los “laicos de a pie” que quieran acceder a una formación fiel al Magisterio de la Iglesia, con sentido pastoral y espiritual.
 
Agradezco a todas las personas que tomaron los cursos colaborando económicamente, en su momento su aporte fue enormemente valioso para el crecimiento de nuestra comunidad parroquial y la construcción del Templo y la Capilla de Adoración al Santísimo Sacramento.
 
Les dejo los enlaces a las dos primeros cursos que ya están habilitados.
 
Curso de Introducción a la Liturgia de la Iglesia
 

En este curso podrás encontrar los temas principales que conforman la Materia “Introducción a la Liturgia de la Iglesia.

1. Introducción general.
2. Qué es la Liturgia.
3. Quién celebra. La Asamblea Litúrgica.
4. Cómo celebrar. Signos y símbolos
5. La Palabra de Dios en la celebración.
6. La Plegaria Litúrgica.
7. El Canto y la Música en la Liturgia.
8. Cuándo celebrar. El Año litúrgico.
9. Dónde celebrar. Los espacios celebrativos.

Este curso tiene baja calidad de imagen y presentación, pero el contenido es adecuado como una introducción general.

Curso de Escatología: la Teología del Más allá

https://www.youtube.com/playlist?list=PLWYxSdwRfHFHhc5Kw7WBXZf-ehp5ap7BE

 

Las fuentes que he tenido en cuenta son.
a) Catecismo de la Iglesia católica
b) Catequesis de Juan Pablo II
c) Encíclica Spe Salvi, de Benedicto XVI
d) Documento de la Comisión Teológica Internacional “Algunas cuestiones actuales de escatología”

Los enlaces a cada video
Clase 1. Introducción general. La Parusía
Clase 2. La Prueba final de la Iglesia. El juicio final

Clase 3. La Resurreccióno de la carne

Clase 4. La muerte. Sentido de la muerte cristiana.

Clase 5. El juicio particular. El Cielo

Clase 6. El Purgatorio

Clase 7. El Infierno. El juicio final. La esperanza de los cielos nuevos y la tierra nueva.

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Jesús nos bendiga siempre con su Amor misericordioso!