Espiritualidad de los monjes visigodos
Con este tercer artículo dedicado a los monasterios de la época visigótica vamos a asomarnos a la vida espiritual de aquellos que consagraban su vida a Dios.
Aunque pudiera haber desviaciones, como indican las normas acerca de castigos en las reglas monásticas conservadas y como ocurre en cualquier realización humana, los que entraban en un monasterio lo hacían con un deseo sincero de perfección. Era un camino de exigencia que había que escoger libremente y con decisión. Así lo recoge san Isidoro:
…todo el que aspira esforzadamente a la disciplina de los antiguos, marche por esa vía ardua y angosta sin tropiezos, mas el que no pueda, que eche a andar por el camino de esta regla a fin de no desviarse por una disciplina relajada y pierda la vida y el nombre de monje.