1.10.15

18.09.15

Un futuro no tan extraño

La literatura juvenil es una por la que hemos pasado todos los grandes lectores (grandes en el nº de libros leído, nada más) pero que ya, habiendo dejado esa etapa de la vida no se suele visitar, como mucho revisitar lo que se recuerda con mucho agrado. Es una postura lógica, pero con el riesgo de perderse algunas cosas de interés. Hoy traigo una interesante novela.

En un mundo futuro, la vida es muy distinta pero no tanto como para no reconocer las cosas. La conexión con el resto de los ciudadanos es total, pero virtual, todos conectados a la Ultranet que forma parte de un enorme emporio que lo domina practicamente todo. El protagonista, un chaval tan perdido como el resto pero que tuvo la fortuna de recibir una pátina de educación antigua, se dedica a la honorable profesión de los agentes de libros; esto es, los que compran libros impresos para ser escaneados, subidos a la red y puestos a disposición de todo el mundo gratis en formato electrónico.

De manera fortuita conocerá el mundo marginal de los libros impresos con sus fanáticos amantes del papel (peligrosos terroristas) conocerá el amor y sobre todo, la falsedad del mundo en el que vive “feliz".

Los referentes son tan evidentes como explícitos. 1984, un mundo feliz y Fahrenheit 451 son libros sobre el que se ha construido esta novela. Algo que a los jóvenes que probablemente no se hayan acercado a dichos clásicos no molestará y quizá sirva de acicate para hacerlo. Lo que encuentro interesante en esta obra es la hiperconectividad que desemboca en un desolador aislamiento físico, todo es virtual. Más aún, una denuncia de la política del hijo único que impide al protagonista tener alguien a quien llamar con propiedad hermano (y que tan necesario se le hace) y el peligro evidente de tener a la familia unicamente como concepto, pues los padres apenas se hablan y menos aún interactúan con su hijo. Otros temas como el sincretismo religioso o las maquinaciones de los poderosos para ampliar su dominio son tocados y es posible que hagan reflexionar a los lectores.

SONNTAG, R.M.

“El gremio secreto de los libros”

Siruela, 2015

1.09.15

Pío XII y la IIGM

Se fecha en el 20 de febrero de 1963 como el inico de una leyenda negra sobre Pío XII. Dicho día se estrena en Berlín una obra sobre su figura y se le presenta como cobarde ante el nazismo y como cómplice antijudío. Esta obra, cuyo autor es un joven protestante alemán, no se basa en documentación histórica y como con tantas otras mentiras exitosas, poco importa ese detalle para mucha gente.

Se publica ahora en español un texto que se centra en la historia de Pío XII durante los turbulentos años del nazismo. Su labor en Berlín como nuncio y su labor como Secretario de Estado de Pío XI y más tarde como Pontífice. Escrito como una narración, con diálogos y con ciertos subjetivismos, lo que se gana en agilidad y facilidad de lectura se pierde en objetividad. El autor en la parte final justifica muchas de las situaciones que narra con las fuentes utilizadas, pero algunas licencias exigen citas concretas, como por ejemplo, cuando sostiene que monseñor Canali (cardenal y Penitenciario Mayor, y que fuera mano derecha del cardenal Merry del Val tan español como inglés) veía con malos ojos la actividad vaticana para salvar a tantos de las manos de los nazis.

Es un libro que exculpa claramente a Pío XII de un sambenito injusto, da abundantes pruebas de ello, y considero que sólo quien disponga de un sectarismo a prueba de datos podrá sostener postura tan injusta una vez leído el libro. Queda claramente demostrado que tanto Hitler como los nazis detestaban a Pío XII (y en general a la Iglesia católica) y que el encono que era mutuo podría considerarse que llegó a ser incluso al plano personal.

DAL BELLO, Mario

“El secuestro de Pío XII. La conspiración de Hitler”

Ciudad Nueva, 2015

2.08.15

Un consejero para Pablo VI

Reedita ediciones Encuentro el libro “Pablo VI secreto", libro publicado un año después de la muerte del Pontífice. Es un libro que trata las conversaciones mantenidas por el filósofo con Montini desde un primer encuentro en 1950 hasta uno final en septiembre de 1977.

Son conversaciones con constantes referencias a Francia, sus figuras destacadas, sus religiosos y teólogos, sus escritores o políticos. Pero casi más una cascada de nombres que la profundización en alguno de ellos. Con todo puede ser una buena ocasión para acercarse a alguno que al leer en las notas quién fue, por desconocido pueda llamarnos la atención. Yo, por ejemplo, tendré que, definitivamente, darle una oportunidad a Mauriac y quizá a Louis Veulliot.

Los católicos tenemos una opinión de Pablo VI y es generalmente mala. Fue un Papa que dió a todos los sectores de la Iglesia un motivo para recelar, enfadarse o sentirse atacado. Su encíclica “Humanae vitae” escrita contra el criterio más que mayoritario del episcopado le granjeo la antipatía general, y curiosamente resulta ser su mayor muestra de grandeza. En el lado contrario, el trato dispensado a monseñor Lefevre, duro, seco e injusto (por comparación a otros tantos) además de su adhesión a la Ostpolitik de Casaroli, le ganó el recelo de los más conservadores.

Sobre estos temas conversó con Jean Guitton, filósofo de altura francés, que supo ver con brillantez hacia dónde se dirigía el catolicismo. Así sobre dos temas lanza acertadísimas opiniones Guitton. Por un lado sobre el tema de los divorciados vueltos a casar, dice el filósofo al Pontífice:

“Ese problema de moral conyugal es una caso particular de un problema más vasto: la aplicación de una ley a una naturaleza que es más débil que la ley. En este caso hay dos opciones con sus propias ventajas e inconvenientes. La primera solución, que es la fuerte, consiste en dejar la ley en su altura, a pesar de los fallos de la naturaleza. La ventaja es que esta solución empuja sin cesar al sujeto moral a superarse a sí mismo (…) La segunda solución consiste, por el contrario, en rebajar la ley hasta el nivel de la naturaleza. La ventaja es el alivio. (…) Si tuviera que escoger entre estas dos soluciones y no hubiera ninguna solución intermedia, escogería la primera, porque a largo plazo, a pesar de todos sus inconvenientes, asegura para lo esencial el verdadero florecimiento de la naturaleza humana, que necesita ser sobrealzada, ser llamada al esfuerzo, a lo difícil, incluso cuando ella no practica lo difícl, y en cualquier caso, la Iglesia católcia es una escuela de dificultad. Nunca debe rebajar el ideal, ni reducir la moral a las costumbres." 

En otra ocasión hablando sobre la crisis de fonde que vive la Iglesia, el lo expresa con una imagen útil. Existen verdades verticales, verdades difíciles, en las que la Iglesia insistía antes y verdades horizontales, que coinciden con muchas otras. Frente a ideas como la de la necesidad del sufrimiento o el carácter único de la Iglesia, verdades como la de la fraternidad de los hombres o el deber de cuidar de la Tierra. El Concilio Vaticano II habría puesto al fín el acento en las segundas, y se había olvidado la predicación de las primeras. Y afirmaba (y lamentaba) que “se acabarán olvidando y rechazando las verdades difíciles".

GUITTON, Jean

“Pablo VI secreto”

Ediciones Encuentro, 2015 

25.07.15

Será en Venecia

“Venezia la vende ai turisti,
Che cercano in mezzo alla gente l’Europa o l’Oriente"  (Francesco Guccini)

(Venecia se vende a los turistas, 
Entre las personas que están buscando a Europa o el Lejano Oriente)

Es una escritora de notable éxito Donna Leon. Estadounidense afincada en Venecia hace ya muchos años. Escribe en inglés, y rehuye de la fama lo que puede. Su serie, protagonizada por el comisario Brunetti tiene un recorrido largo, en España publicada desde 1992. Su serie, entrañable, fue perdiendo fuelle desde hacía bastantes títulos, tanto que terminé por “desenchufarme". Los libros de Leon tiene un cargante tonillo moralista que termina por hartarme. Y tiene ella una manía no siempre bien disimulada por la Iglesia católica que terminó por molestarme.

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