Suma y sigue don Ángel (caído)

Ole, ole y ole otra vez por mi obispo, Don Carlos. Ha salido al paso del esperpento perpetrado en San Antón y, aunque desgraciadamente no de manera preventiva, ha sacado los colores al impresentable P. Ángel (como decíamos en el post anterior, caído) al ser éste reprochado públicamente.

Y es que endiosarse tiene una doble vertiente. Por una eres el centro de todas las miradas, estás en todos los cotarros, y encuentras quien te ría las gracias. Por otra, la soberbia se crece con el ego, y cuando te cae un “tssch!” más que torcer el gesto, uno se cabrea un montón.

Dice el P. Ángel que lo de San Antón fue un funeral y no un mítin político. Un conocido portal español recoge estas palabras del concejal socialista:

“Han pasado diez años de la entrada en vigor de la ley, pero “aún necesitamos a Pedro". Sigue existiendo la violencia machista, la violencia homófoba; todo lo que Pedro odiaba. Tolerante, inteligente, activista, desde que empezó en la política siempre estuvo del lado de la Iglesia instalada en las periferias, trabajando con Enrique de Castro en Vallecas. Al contrario que los que lo rechazasen por su homosexualidad, él supo sumar en todas las causas de inclusión”.

Qué piedad, qué espiritu de oración por un alma, qué… maniqueo. Los socialistas pretenden fagocitar a la Iglesia, poniéndola, como hicieron con toda fuerza viva, al servicio de sus bolsillos, más que de su ideología. No existe el bien para ellos si no es el suyo. O blanco o negro… Y resultaría cómico si fuese una broma, pero al final no es sino la soberbia hablando: “Soy yo quien dice qué Iglesia es la buena, no Dios”.

Hay que felicitarles por una cosa: en su manipulación de la opinión pública en estos últimos 40 años, hemos asistido no ya a un cambio en los valores, sino en una radical inversión de los mismos.

Gracias a su perseverancia, y a los tontos útiles como el Ángel Caído, que han hecho una labor de zapa impecable, al atraer a las almas descuidadas so pretexto de hacer una labor caritativa (que esa sí es encomiable), pero mientras tanto abonaban el terreno para que los Católicos no fuésemos un problema a la hora de imponer sus “ideales democráticos”.

Que no nos la cuelen. El matrimonio gay es a los socialistas lo que el decretazo de Aznar. Un Ordeno y Mando que la sociedad a lo mejor no necesitaba pero que se impuso de todos modos. Y el artífice de todo esto fue el difunto Pedro Zerolo. Se me reprocha que no invite a rezar por su alma: pues bien, recen. Y mucho. Porque la Misericordia de Dios existe, somos la prueba, pero también está el Juicio. Y a tenor de como vivió Zerolo, tiene mucho que purgar para encontrarse con el Padre. No juzgo a la persona, eso no me compete, pero sí su vida pública, sus actos y su militancia. Quien promueve públicamente el vicio que se ate los machos.

Y salvo más devenires, como que don Ángel asuma que ya no quiere ser sacerdote, creo que este tema está agotado.

+Pax et bonum+

Miguel Vinuesa