Del Potomac al Tiber y del Rhin al Aqueronte

Uno está preocupado con la situación de la Iglesia Católica, pero da gusto encontrarse a obispos, que de vez en cuando nos dan alegrías como las del Cardenal Parolin, que ha dejado a la altura del betún a los obispos irlandeses, o al norteamericano Wuerl que ha hecho lo propio con los alemanes.

El problema es el caso que los medios, siempre felices cuando pueden meter cizaña, se fijan en los Marx y Schoborns de turno. Gente que a pesar de su formación nos ha salido rana. Y es que no es normal que se hable de “camarillas” que buscan cambiar el sentido de la doctrina dentro de la Iglesia.

Primeramente por lo que ha dicho el Cardenal Wuerl: la doctrina es inamovible, en tanto en cuanto existe el dogma de la infalibilidad papal que la ha proclamado. En segundo lugar porque la existencia de esas camarillas supondría, o dejaría de manifiesto que hay grupos de intereses en la Iglesia que van más allá de lo meramente pastoral. Y no les tengo que decir lo preocupante que sería eso.

Son tiempos en los que la crisis de fe deriva en toda clase de problemas. No creemos en la presencia real de Jesús en el Santísimo, y nos ponemos de charleta en plena iglesia. Y en medio de la misa, si se tercia. No creemos en esa presencia y llegamos al extremos de bailongos inadminisible. Que vayan a hacer eso a un sitio bastante menos sagrado como una mezquita y vean lo que tardan en echarles a puntapiés.

Si nos falla eso, que es la base, no nos sorprendamos luego del resto. Pero, por supuesto, no pretendamos que quien no comparte con nosotros los principios católicos vaya a aceptarlos “porque lo dice el Papa”. Buen ejemplo de eso son nuestras monjas rebeldes, la Forcades y la Caram.

Pero bueno, incluso entre los inefables alemanes, surge la esperanza cuando un puñado de obispos jovenes se rebela ante los postulados galicanos o neoluteranos, directamente. Solo nos queda la certeza de las palabras de nuestro Señor dichas a San Pedro respecto a la Iglesia:

“sobre ella no prevalecerán las puertas del infierno”

Sin duda hay motivos para desesperarse, pero de lo que va de Washington a Roma, del Potomac al Tíber, se cubre con creces las tristes intenciones que se tejen a orillas del Rhin y que no terminan sino en el infernal río Aqueronte.

+Pax et bonum+

Miguel Vinuesa

5 comentarios

  
Tony de New York
Gracias a DIOS que la internet deja en descubierto las malas acciones que muchos tratan de ocultar.

En la decada del Concilio Vaticano II la iglesia en Africa la mayoria de sus obispos eran Europeos ahora son nativos. Si creen que la van a tener facil, se equivocan.

Tremendo espcectaculo el que se va armar en la Santa Sede,.
30/05/15 2:57 PM
  
Percival
Qué bien has señalado la ruta fluvial. Ésa es.
Sin embargo, yo sigo teniendo esperanza.
30/05/15 5:26 PM
  
Miki V.
Yo me tenía que haber metido al Cuerpo de Ingenieros, donde juré bandera como civil, Percival... :D
30/05/15 5:44 PM
  
Quinocho
Hago notar que Wuerl pasaba por "conciliador" y dispuesto a "aperturas" en este terreno, ¿será que Su Eminencia (que desde luego al escribir esa carta pastoral se ganó su título) ha visto que ese no era el camino? Dios quiera que sí.
30/05/15 9:20 PM
  
Daniel
¿El Rhin desemboca en el Tíber? jo jo jo jo jo

Nota del B. Desde luego los hay que no saben lo que es una alegoría. Curiosamente el resto la comprende perfectamente :p

A ver si con un croquis.

Potomac (río norteamericano, que discurre por la diócesis de Washington DC). Card. Wuerl, ordinario de dicha diócesis.

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Tíber (rio europeo, pasa por Roma). Roma, sede de Pedro, vicario de Cristo.

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Rhin (río europeo, frontera entre Francia y Alemania).

---> Aqueronte. Río de la mitología griega que rodea el infierno.

El del Potomac es fiel a Roma. El del Rhin, va para otro lado. ¿Está más clarito?
03/06/15 2:15 PM

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