InfoCatólica / Tomás de la Torre / Archivos para: Septiembre 2008

24.09.08

¿Va usted al cine?

Anoche estuve viendo la pelicula de Antonio del Real titulada La conjura del Escorial. Cinta muy valiosa donde se saca a la luz uno de los aspectos menos conocidos de la historia de España: parte del reinado de Felipe II. Excelente interpretación y ambientación.

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Hoy conozco la muerte de Pedro Masó, guionista de peliculas sobre la familia y la vida de una monja, cuya musa ha sido la atriz Lina Morgan. Era cuando el pueblo español iba al cine.

Personalmente soy un cinéfilo. Siempre me ha gustado cómo este medio de comunicación social ha servido para comunicar, entretener y, en algún caso, formar al espectador. Tambien conozco que con el cine en la mano se han mantenido ditaduras, se ha hecho política descarada y se han sembrado criterios absolutamente alejados de la doctrina de la Iglesia católica.

Actualmente el cine español sabemos que está en manos de unos cuantos, que comen del presupuesto oficial y que hacen unas peliculas que son excesivamente politizadas en una sola dirección. También conocemos que el público en su mayoría no ve ni va al cine español. Prefiere peliculas de otras naciones, o las alquila, o se las baja de internet, o se contenta con las series televisivas.

¿Que cine ve usted?. ¿Cómo le gustaría que fuese?. ¿Cómo se podría arreglar el divorcio entre las personas y el cine español?.

Seguramente que con las aportaciones de los lectores podemos encontrar criterios comunes que nos vuelvan al poco buen cine español.

Tomás de la Torre Lendínez

23.09.08

Yo soy religioso

Me contaba un sacerdote que en el régimen de Franco los seminaristas pedian prórroga en la prestación del servicio militar obligatorio, presentando cada año un certificado de su estancia en el Seminario Diocesano. Como toda la burocracia se hacía a mano, en el gobierno militar de la provincia, un escribiente en la petición puso esto: “Fulano de tal…..pide prórroga por (peligroso)". Lo pasó al sargento, quien al ver tal cuestión llamó a la Guardia Civil y puso el asunto en sus manos. Estos se personaron en la casa del (peligroso), quien se llevó un susto tremendo. Todo quedó aclarado cuando el cura del pueblo testificó que el chico era un seminarista y que el soldado escribiente habia confundido la palabra “religioso” por “peligroso".
Aquel alumno del Seminario hoy es un sacerdote de pies a cabeza.

Pues bien, el diario del grupo Prisa hoy, a todo trapo considera que la persona nombrada para ser Presidente del Consejo General del Poder Judicial, es “muy religioso". Un adjetivo que para este diario es “peligroso” en el porvenir de la Justicia en España.

Cuando este periódico lleva casi cuarenta años dictando las “normas de la moral laicista” a la sociedad española, siempre esperaba que el nominado para ejercer de Presidente del órgano colegial de los jueces fuese de su cuerda y de su pensamiento único. Por esto, entra a juzgar las convicciones religiosas de una persona de un modo tan atrabiliario. A lo mejor el diario de Prisa cree que este señor puede ser muy “peligroso” y se oponga a la dictadura laicista que nos oprime por todas partes.

Se imaginan ustedes, si algún otro diario de tirada nacional, saliera un dia apuntando que tal alto cargo del gobierno equis es “agnótico o ateo". Las campanas tocando a rebato se oirían por todo el orbe y los medios afines a Prisa serian lanzallamas contra ese medio de comunicación que osara traspasar los límites de lo “politicamente correcto".

Aquí solamente puede prejuzgar la vida de fe cristiana del señor propuesto para el Consejo de los jueces un diario “independiente y global” órgano de la empresa Prisa.

Los demás tenemos que entrar en el “redil” o somos tachados de “peligrosos". Yo seguiré siendo “religioso” y “peligroso", porque amo la libertad y la vivo como hijo de Dios.

Tomás de la Torre Lendínez

22.09.08

La peregrinación de la vida

La vida es una pura y sencilla peregrinación. Salimos del vientre materno y de la mano de nuestros padres buscamos aprender a conocer, a hablar, a andar, a amar….Son los propios padres quienes nos enseñan a descubrir a Dios en ese peregrinaje diario. Gracias a ellos sabemos orar al Señor y amar al hermano. Cuando vamos a la catequesis encontramos a otras personas que nos ayudan a entrar más intimamente en el trato con el Señor y a fortalecer los fundamentos de nuestra fe cristiana.

La vida es una continua peregrinación. Los encuentros con Cristo en los sacramentos de la inicación cristiana son los grandes momentos en los que pasamos de la infancia a la adultez de la fe y el seguimiento de la persona de Jesús de Nazaret.

Nuestra vida cristiana diaria es un viva peregrinación. Formamos parte del Pueblo de Dios, peregrino desde Abraham, camino de la tierra prometida. Somos parte, cuando nos olvidamos de Dios y nos vamos tras los falsos dioses e ídolos, de ese pueblo que necesita la voz de los profetas que nos recuerden la permanente Alianza de Dios con su pueblo. En nuestro peregrinaje tambien encontramos las persecuciones por ser fieles a los mandatos del Señor, a quien solamente hemos de amar y adorar como el único Dios.

A lo largo de nuestra biografía hacemos muchas veces el recorrido de “caminos” que nos conducen al Señor, la Virgen, y los santos: por ejemplo, Lourdes, Fátima, el Rocío, Santiago de Compostela. Somos hombres y mujeres en camino, con lo cual la peregrinación puede ser la parábola de nuestra vida.

En toda peregrinación nos cansamos, nos herimos, nos alegramos, nos dormimos, nos encontramos a los hermanos, nos sacrificamos. Pero todo es para vivir en aquel que nos conforta: Jesús de Nazaret, nuestro Redentor, quien tambien fue peregrino nada más nacer y más tarde peregrinó por los caminos palestinos pregonando la Buena Noticia del Mesías, que era El mismo.

La peregrinación tiene una meta que desconocemos en el día y la hora. Sí sabemos que tras ese final, nos espera nuestro Padre en la casa con los brazos abiertos. !Menudo regalo¡.

Tomás de la Torre Lendínez

21.09.08

Hace un mes que llegué

Se cumple hoy un mes que estoy en Religión en Libertad. Deseo agradecer, una vez más, la hospitalidad brindada a mi persona y mis pensamientos, que he tratado de expresarlos a lo largo de este mes. Además, quiero pedir perdón si a alguien le puedo haber ofendido en algunas afirmaciones o expresiones escritas en este blog, que bajo el titulo de El Olivo forma parte de la gran familia de Religión en Libertad.

Desde un principio quise, partiendo de las tierras sureñas de España, expresar la vida y el pensamiento social y eclesial que tan rico es por aquí. También, estaba en mis proyectos seguir la actualidad de la Iglesia española y universal cogido al calendario de los acontecimientos, de las jornadas, de los cursillos, de los congresos y convocatorias que la institución eclesial pudiera organizar. Y todo este volcán de noticias, enmarcarlas en la historia pasada y presente de una Iglesia, que tiene más de dos milenios de vida.

Por este Olivo ha ido pasando las angustias y las alegrias de una Iglesia a la que se le presentan unos retos fundamentales en el comienzo del siglo XXI. Por este Olivo seguirán pasando los aconteceres de nuestra Iglesia, Madre y Maestra, con la que colaboramos con unas reflexiones escritas en la inmensidad de la red de redes.

La acogida de los compañeros blogueros de Religión en Libertad ha sido excelente. Y la participación de los lectores ha sido muy buena con sus comentarios y sugerencias. Algunos foros han tenido altura intelectual con aportaciones muy dignas y sensatas.

En estos momentos, el deseo del bloger de El Olivo es que todos sigamos en la brecha de ayudar a la nueva evangelizacion desde estas autopistas de la información cibernética. Así conseguiremos colaborar con la llamada constante de Jesus a sembrar su Palabra hasta el último rincón de la tierra.

A partir de mañana entraremos en el segundo mes. De todos los lectores espero comprensión y una actitud critica para que las aportaciones afloren y los comentarios sirvan para crear foros de preocupación por la Iglesia, nuestra Madre, a la que pertenecemos desde que fuimos bautizados en el nombre del Señor.

Tomás de la Torre Lendínez

20.09.08

Turismo y ecología

Cuando el verano llega a su fin y el otoño aparece puntual, tiene lugar, el dia 27, el sábado próximo, la Jornada Mundial del Turismo. Con este motivo, el Pontificio Consejo para la pastoral de los emigrantes e itinerantes ha publicado un comunicado que se titula: El turismo afronta el reto del cambio climático.

Tras anunciar la colocación en el Vaticano de una planta fotovoltaica con paneles solares, que aportará a la Santa Sede una cantidad de energía equivalente a una significativa cuota con respecto al total de su consumo, el documento afirma que el turismo es uno de los vectores del actual cambio climático, puesto que contribuye al proceso de calentamiento de la tierra. Se apunta que hoy son más de 900 millones las personas que emprenden viaje de turismo al extranjero, despalzándose en avión, barco o automóvil, utlizando carburantes contaminantes y alojándose en hoteles, con equipos de aire acondicionado, que causan emisiones de gases nocivos.

El documento romano propone cultivar la ética de la responsabilidad por parte de todos. Por esto afirma: “Asimismo, concretamente, deseamos la contribución de todos, y también, por supuesto la de los turistas, en el ciclo de la tierra en la que vivimos, para que se preste atención a los comportamientos y acciones concertadas, que acarreen menos daños posibles al planeta”.

El turista con su actitud puede de hecho contribuir a mantener en vida el planeta y a frenar el incremento gradual de un cambio climático, que nos alarma. En esta lógica ecológica es muy importante regresar al sentido del límite, contra el desarrollo insensato y a toda costa, escapando de la obsesión de poseer y de consumir. El sentido del límite se cultiva también cuando se reconoce la existen del otro y la trascendencia del Creador con respecto a sus criaturas.

Con la crisis económica actual se ha notado durante el verano la bajada del turismo interior y foráneo. A pesar de todo, a los seres humanos nos agrada descansar contemplando la obra creadora de Dios. Por lo tanto el riesgo de contaminar no se detiene. Y debe pararse para que dejemos esta tierra a nuestros sucesores en las mejores condiciones posibles de habitabilidad. Esta es la ecología cristiana, que también existe.

Tomás de la Torre Lendínez