Dos lectores agradecidos a Martín Vigil

La semana pasada expuse la influencia del escritor José Luis Martín Vigil sobre el titular de este Blog. Aquella entrada tuvo lectores que recordaron que a ellos también les había ayudado este autor de novelas muy importantes.

Dos lectores han enviado a El Olivo sus propias experiencias. Comienzo por el orden de la cronología. El primer testimonio está firmado por Alejandro. El segundo por Andrés.

Opino que ambos han dejado un retazo de sus vidas para todos los lectores amigos.

En Salamanca

En relación con el escritor Martín Vigil: Sobre los años 1955/56, en la ciudad de Salamanca y concretamente en la Iglesia de “La Clerecía”, todos los domingos íbamos a la Misa de las 13 horas, tanto personas mayores como jóvenes, atraídos por la dialéctica, buen decir y explicar de Martín Vigil. Era tal la aglomeración de gente que acudíamos todos los días festivos, que tenían que abrir totalmente las puertas de entrada al no caber más en el interior y quedando las escaleras exteriores -que son bastante amplias-, repletas. Hasta tal extremo, que dejando libre la calle para la circulación de vehículos, se llenaba la acera contraria en la que se ubica “La Casa de las Conchas” con el fin de oírle.

Se daba la circunstancia de que los domingos que no se encontraba en ésta ciudad, ponían en el púlpito –que era el lugar desde donde nos dirigía las homilías- ,una cinta magnetofónica (de aquella época), donde la tenía grabada.

De sus inclinaciones, nunca se sospechó lo más mínimo, enterándome sorprendido cuando lo leí en el periódico “El Mundo” (10-01-12), doliéndome el apodo que le dedicaron en algunos lugares que al parecer frecuentaba, según lo relata un artículo en éste diario.

Dice un proverbio: “Cada persona, habla de la feria según le va en ella”.

Tuve el honor de haber hablado con él una vez: Tendría unos 18 años. Sobre las cuatro de la tarde, me acerqué a la residencia anexa a “La Clerecía” donde habitaba. Me recibió inmediatamente. Me habían dicho que me dejara aconsejar de él. Que no me defraudaría. No se equivocaron. Su interés por el tema que le expuse unido a su amabilidad, lo corroboró. No salí defraudado.

Algún tiempo después, me enteré que estaba en Asturias.

En contadas ocasiones, leí en algún medio de comunicación que había firmado libros en alguna feria del libro en Madrid. Salvo estas, no volví a saber nada de él ni en que lugar se encontraba.

Por mi parte, no puedo decir más que elogios hacia esa persona en la que no vislumbré nunca nada negativo.

Su cultura y bondad eran muy altas.

Alejandro.

Con los libros de Martín Vigil

Aquí está mi testimonio personal sobre la influencia de la literatura de Martín Vigil en mi vida cristiana. Acepto gustoso el reto, puntualizando que tengo ahora 44 años, y por tanto hablo como un lector de los años 80, y no como un lector de la generación de jóvenes para la que escribió Martín Vigil. Hecha esta matización, su obra literaria juvenil me hizo mucho bien y le estaré siempre agradecido por haber escrito sus novelas para jóvenes.

Cuando yo contaba quince años, allá por los años 1982 o 1983, la visión y oportunidades para la vida cristiana que se me ofrecía, un chico de provincias que no tenía vocación sacerdotal, pero sí serias y profundas inquietudes, era muy escasa, y los buenos ejemplos en mi entorno, pocos… prácticamente sólo algo de vida parroquial –que no me atraía demasiado- y poco más… Eran los años de la movida, de profundos cambios sociales, en los que lo “moderno” parecía arrasar con todo lo que encontraba a su paso: nuevos personajes como modelos sociales, nuevas alternativas de ocio, nuevas aproximaciones a los grandes temas, incluidas cómo no las grandes preguntas en torno a Dios. Yo era un chico normal con fe. Intentaba ser “moderno” pero también sentía que Dios me pedía insistentemente un mayor compromiso con mi vida cristiana y con Él…la gran pregunta era…¿se podía ser cristiano y a la vez un joven normal? En la vida de la Iglesia también había muchos modelos que parecían contrapuestos, aunque teníamos la gran suerte de tener a Juan Pablo II que arrastraba miles de personas y de jóvenes allí donde iba.

En esa época mi vida dio un cambio radical no sólo por frecuentar más la vida sacramental y la lectura del Evangelio, sino también por otras lecturas que terminaron de dar forma a mi aproximación a la vida cristiana. Martín Vigil y su obra “La Vida sale al Encuentro” fueron un aldabonazo importantísimo.

Sin director espiritual en aquella época, creo que las lecturas que mi padre me proporcionó fueron de alguna manera mi director espiritual, sin ser lecturas espirituales.
De “La vida sale al encuentro” recuerdo no sólo devorarlo con pasión juvenil, sino también los distintos personajes tremendamente humanos, atractivos para alguien joven como yo, sin ñoñerías, que hacían compatible hablar de chicos y chicas deportistas, líderes y profundamente humanos, con ideales cristianos amplios y actuales. Me mostró que se podía ser muy joven, y también muy cristiano, sin necesariamente adoptar la actitud beata de algunas personas que, francamente, me disgustaba.

No era tanto lo que se decía, sino cómo se decía, la manera de presentar ideales de amor humano nobles –quizá hoy las veríamos demasiado edulcoradas-, compaginando la práctica de la vida cristiana y la dirección espiritual con una vida normal, con la vida de alguien con quince años, incluso algo aventurera.

Martín Vigil fue uno de los primeros de una serie que fue ampliándose con el tiempo: P.C.Wren, Bruce Marshall, Chesterton, Louis de Whol, Gallagher, y posteriormente Bernanos, Morris West, Evelyn Waugh, Dostoievski, Julien Green y un largo etcétera, además de los clásicos de la literatura juvenil, que son una maravillosa escuela de virtudes humanas presentadas en forma de apasionantes aventuras. A mí me “han hecho” la gracia de Dios y la literatura (buena) que llegó a mis manos. Quizá la buena literatura es también una gracia de Dios.

Uno es lo que lee, creo yo, y por ello veo con urgencia la necesidad de alimentar el espíritu de los jóvenes con buenos compañeros de viaje en forma de bibliografía selecta y positiva. Creo que las parroquias deberían tener una abundante biblioteca de libros no necesariamente de temática religiosa, pero que presenten buenos modelos relacionados con las virtudes humanas y con la vida cristiana, y que esos libros circulen abundantemente en una juventud que lee poco y mal: las librerías están llenas de mucha basura “templaria” y vampírica…algo lejos de las páginas de un buen libro como “La Vida sale al encuentro” o de “Beau Geste”. Hay también hoy escritores que insisten contracorriente en presentar valores y ejemplos positivos para los jóvenes, y les deseo desde aquí no sólo que sigan insistiendo en su intento, sino también el apoyo que les podamos prestar desde la palestra de los medios y de las parroquias y centros de enseñanza.

Hace dos años he comprado una nueva edición de “La vida sale al Encuentro”. No pude resistir comprarlo cuando lo vi. en una librería, y lo devoré de nuevo con algo de nostalgia. Leer de nuevo a los cuarenta y pico lo que tanto influyó a los quince años es un ejercicio agridulce, pero me sigue pareciendo un gran libro para jóvenes, y lo guardo como oro en paño para mis hijos, sabiendo que les hará un gran bien, espero que tanto como hizo a su padre.

Andrés.

Por hoy acabamos este muestrario. No lo cierro. Quien desee escribir su testimonio hágalo con plena libertad. Me lo envía y se lo publico.

Muchas gracias a todos: Alejandro y Andrés y a los amigos lectores, que han llegado poniendo sus ojos en la pantalla hasta aquí.

5 comentarios

  
Asclepio
Su estilo dicen, ( no he leído nada de él )era al parecer muy personal y se caracterizaba sobre todo por un gran sentido común. He leído que era una persona sencilla y muy abierta, que se atrevía a dar su dirección al final de sus obras y mantenía interminables correspondencias, según cuentan, con sus queridos lectores a través del correo normal o del electrónico hasta casi sus finales días.

Falleció en febrero del año 2011, pero el hecho se ha conocido hace pocos días.

Yo debo confesar que no leo NADA de los que son homosexuales ( Gala, etc ), siempre les he pasado por alto; por una prevención indescifrable de mi mente, que no es en absoluto ningún tipo de desprecio. No puedo comprender la homosexualidad. No la entiendo.
Y eso que soy Médico. Es uno de mis más profundos e incomprensibles enigmas. La entiendo como un posible disturbio o defecto biológico, aunque naturalmente, hay muchos más casos de homosexualidad viciosa adquirida.
Me parece imposible que un hombre no se sienta atraido por una mujer.

Los respeto profundamente como debe siempre ser y nos manda la santa madre Iglesia; sobre todo en mi profesión y actuación profesional de Médico, y tengo algunos clientes que además son muy amigos ( uno vecino y cliente en la misma casa ). Pero el acto sexual entre hombres, me parece aberrante y sumamente asqueroso y abominable.

La PEDERASTIA me parece algo profundamente canalla y criminal y que debe necesariamente ser siempre muy duramente perseguida y castigada por la LEY.

Si practican la castidad, los homosexuales, no tienen ningún problema de salvación según la santa Iglesia católica. Un defecto biológico es un error inculpable de la naturaleza.

Su supuesta condición de cura pederasta ( fue acusado por alguna persona, pero todo quedó sin explicar suficientemente )lo persiguió hasta el final.

Nunca se explicó suficientemente porqué dejó de ser jesuita en 1958 cuando abandonó la Compañía. Se dice y se ha escrito, que al parecer, por su condición de homosexual.

En internet, " laopinióndemalaga.es " situada en google:

( http://www.laopiniondemalaga.es/cultura-espectaculos/2012/01/17/martin-vigil-muerte-olvido/477552.html )

se puede leer:

" Las sospechas de su supuesta pederastia y su inclinación hacia los chicos más jóvenes fue alejando a Martín Vigil de los círculos sociales que había frecuentado en otras épocas. A propósito de los casos de pederastia de sacerdotes católicos surgidos en Bélgica, el eurodiputado socialista Antonio Masip, muy vinculado familiarmente a los veraneos de Salinas, como el propio Martín Vigil, publicó el pasado mes de septiembre de 2010 en La Nueva España un artículo en el que denunciaba el único caso que él conocía en Asturias. Y era el del escritor. Decía Masip: «En Asturias el caso más sonado y vergonzoso, del que yo haya oído, aunque, dada la época, no llegó a los medios, fue el del novelista José Luis Martín Vigil. Creo que vive aún, desterrado canónicamente de Asturias desde mediados de los sesenta. Antes fue excluido de la Compañía de Jesús pero acogido en la diócesis ovetense y en la parroquia de San Juan el Real, respetables instituciones que sin duda no contaron con suficiente información».

Y añadía: «El citado sacerdote asediaba a muchos jóvenes, algunos, de mi pandilla de Salinas, curiosamente solar dulzón de sus creaciones de infraliteratura, por llamarlas de alguna manera. En el padre Emilio González Alfonso, de la Orden de Predicadores, y en Manuel Álvarez-Buylla, luego alcalde, tuvo Martín Vigil dos personalidades que, entre otros, le hicieron frente en Oviedo. Cuando el rumor se hizo clamor, por fin fue denunciado frontalmente a don Vicente Enrique y Tarancón, arzobispo de Oviedo, que lo echó de Asturias en un intento de evitar la propagación del escándalo».

Descanse en paz. He rezado y rezo al buen Dios por la salvación de su alma.

Posdata: Ultimamente he leído varios artículos sobre su personalidad y su manera de ser y me parece era humilde y una buena persona.

Saludos.










18/01/12 11:29 AM
  
Lola
No fue investigado por homosexual. Sino por pederasta.
18/01/12 12:45 PM
  
Frapelo
No pensaba intervenir pero he decidido hacerlo porque considero que estamos fallando. Ayer nos hacíamos eco del Sr. Fraga y yo apunté que en algunos espacios se le atacaba. Me posicioné en el sentido de que en la muerte de una persona hay que ser elegantes o dejarlo en paz en el cementerio.
No apruebo la entrada porque ha servido para destapar el tarro de sus cosillas, esas que ya quedaron pespunteadas el otro día, y que, por la aportación de Alejandro, yo he confirmado. A pesar de ello resistí y ahora he entrado y he leído a Asclepio.
Lo siento mucho Sr. pero no puedo dejar de manifestar mi malestar.
Si Dios dice en la Biblia que Él hizo al ciego, al mudo... ¿Sigo? ¿Quién hizo al homosexual? Si Martín Vigil se aceptó como tal, se reconcilió con Dios antes de morir y,supongo, fue feliz en su condición sexual... ¿Quienes somos nosotros para llevar y traer tanto el tema?
Dejemos que Dios haga la función de juzgar.
Por hoy ya está bien.
Padre Tomás, se ha encendido el fuego, ahora le toca a usted ser bombero y apagarlo.
Me vendría muy bien su opinión o la de cualquier sacerdote que lea el espacio... ¿Dónde estáis?
Saludos cordiales

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Mi parecer lo dejé expresado la semana pasada en el artículo que escribí sobre Martín Vigil, un hombre que ha muerto reconciliado con Dios y su Iglesia.

Sus inclinaciones o desvarios personales, a mí me importan un pimiento.

Solamente he deseado destacar a dos personas a quienes la literatura de Martín Vigil les ha hecho mucho bien. Y lo seguirá haciendo, porque el autor ha fallecido, pero sus obras nos quedan, gracias a Dios.

Bloguer.
18/01/12 9:38 PM
  
Frapelo
Buenos días:
Cuando la semana pasada se manifestó usted sobre este señor no hay nada que objetar. Las dos colaboraciones de ayer sirvieron para realzar la figura de Martín Vigil y para informar a quienes no sabíamos nada sobre su configuración genética sexual cómo respiraba este señor... ¿Se pudo evitar?
Ahí es donde debió de intervenir el bombero, usted.
Estoy de acuerdo en que no debemos de interferir en la vida de nadie pero sí somos responsables de que su fama se pueda deteriorar por nuestros actos. El tema de debate esta motivado por su comportamiento, él es el responsable. Airearlo aquí con esta reseña: [De sus inclinaciones, nunca se sospechó lo más mínimo, enterándome sorprendido cuando lo leí en el periódico “El Mundo” (10-01-12), doliéndome el apodo que le dedicaron en algunos lugares que al parecer frecuentaba, según lo relata un artículo en éste diario.] es lo que no me ha gustado porque es asomarse un pelín a la línea que la prensa del corazón ha puesto como costumbre en la sociedad en su información, donde todo es válido. Nosotros tenemos que huir de ese comportamiento porque esa insignificancia sí entra en nuestra responsabilidad católica. A ella me refería.
Las sutilezas se convierten en gigantes, depende de quienes las leen y después las interpretan a medida de sus principios y de sus intereses.
Saludos cordiales
19/01/12 11:53 AM
  
daniel
He leido los comentarios sobre esta noticia, en relación a la muerte de Martín Vigil.

Pienso que si Jesús pudo perdonar y llevar al paraíso al "buen ladron" porque fue capaz de arrepentirse en sus últimos minutos de vida, ¿quíen no asegura que Martín Vigil no fue capaz de lo mismo o más?

He leído una entrevista que le hicieron en el año 2007, allí se manifiesta como católico devoto, como alguien que ama a Dios. Se fue al encuentro con el Señor en amistad con Él, que esa es la voluntad de Dios.

¿Porqué manchar la memoria de Martín Vigil con los posibles errores que cometiera en su vida?
19/01/12 6:37 PM

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