Iglesia, identidad catalana y referendum

Una llamada telefónica anoche de mis amigos Rafa y su esposa Nati, residentes en las cercanías de Barcelona, me inquieta cuando me interrogan qué hacer ante el referendúm que el municipio ha montado para mañana sobre la independencia catalana de España. Les han obligado “moralmente” a participar, ya que tienen un negocio abierto al público desde hace más de veinte años.

Mientras, en esRadio, en el programa Sin complejos, que dirige Luis del Pino he escuchado esta mañana, a las nueve, una entrevista al profesor don Francisco Caja, quien acaba de publicar un libro, donde demuestra con documentación de archivo y publicada en su día, que el nacionalismo catalán tiene unas raíces raciales de tomo y lomo, que ahora lo envuelven en la singularidad de una lengua y una cultura propias.

Hace unos días los 12 periódicos catalanes publican una misma editorial sobre la identidad del pueblo catalán. A los que se unen emisoras de radio.

El cardenal Martínez, obispo de Barcelona, es el primero en adherirse al mismo pensamiento identitario de la iglesia nacionalista. El periódico Cataluña Cristiana,órgano de la iglesia, hace lo propio en sus páginas.

En el resto de España ya se habla y se escribe de un “neonacionalcatolicismo catalán". Detrás de todo está el afán de intimidar a los miembros del Tribunal Constitucional para que declaren constitucional la propia inconstitucionalidad de un Estatuto que es un texto y un pasaporte para la independencia de España.

Ahora llegan en masa los referendúm en los pueblos de aquella tierra, y el presidente del gobierno los ve como una situación sin importancia.

Alguna casa de propiedad eclesiástica va a servir de sede para la colocación de las urnas donde se depositen los votos de los vecinos, a los cuales se les intimida, se les “aconseja” que voten a favor de la independencia, ya que “ser una nación y un estado propio es lo más aconsejable para los intereses económicos de Cataluña” como predica un presidente de un club de futbol muy conocido.

Mis amigos tienen claro su voto tras nuestra conversación. Lo que no comprenden es cómo la Iglesia se hace nacionalista y actua como tal. Desde aquí lo sabemos bien porque leemos el blog hermano de Germinans.

Tomás de la Torre Lendínez

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