4.07.13

Les presento a un profeta de verdad. Lean, lean...

Raro es el día que no se desayuna uno con alguna profecía de calamidades. O bien de tipo individual, el espabilado de turno que parece ser que tiene más clarividencia que el primaveral papa Francisco, el Sínodo de obispos, el pastor propio e incluso el ajeno. No digo nada de las profecías colectivas, porque también de cuando en cuando salen escritos tan infumables como vacuos pero que pretenden ser el profeta Isaías redivivo.

El caso es que de profético tienen bastante poco, ya que se suelen limitar a repetir cosas tan novedosas como la venta del vaticano, el sacerdocio de la mujer, el celibato opcional y la libertad de expresión, que digo yo que si no existe cómo es que pueden sacar impunemente esos panfletos. Cosas que pasan. He de decir que jamás he visto un proyecto pastoral serio ni un compromiso evaluable en cualquiera de estos escritos. Ni la más mínima autocrítica frente a la vida personal del autor o de las comunidades y parroquias de los firmantes. Eso sí, a los demás, especialmente a los de arriba, palo si bogan, y palo si no bogan, con la perplejidad de que a punto de la JMJ Brasil 2013 todavía no he leído nada sobre que ese dinero se podía dar a los pobres (¿recuerdan lo de Madrid?).

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3.07.13

Parroquia, verano y opción por los pobres


Lo de la tan sabida, consabida y requetesabida opción por los pobres tiene su talón de Aquiles en el verano. Nada como el verano para saber en realidad cómo es una parroquia, sus objetivos reales, prioridades no de boquilla y forma de entender el servicio de la fe a los hermanos.

En teoría en todas las parroquias buscamos o debemos buscar lo mismo: la conversión de los fieles a Jesucristo, su incorporación a la comunidad eclesial y la vivencia de la fe hasta llegar a la santidad de cada uno de los parroquianos. Evidentemente cuando esto se da, lo de los pobres viene por añadidura. No conozco un solo caso de alguien que se haya convertido a Cristo y que no sea caritativo con el hermano. La misión del pastor pues justo esa: pastorear, cuidar de los fieles, llevarlos a Cristo.

Durante el curso aparentemente todo va más o menos. Pero llega el verano… y ¡ay el verano! Es algo así como la famosa prueba del nueve de la vida parroquial.

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2.07.13

¿Por qué no cerráis la capilla de la adoración perpetua en verano?

La capilla de la adoración perpetua es un poco vuestra, o un mucho, porque desde que comenzamos a soñarla sobre todo el pasado otoño, y especialmente desde su inauguración en febrero, si de algo puedo hablar es del apoyo de los amigos internautas con la oración, la presencia física y el compromiso de unos cuantos de vosotros con turnos concretos, amén de los que vais acudiendo esporádicamente a hacer una visita a Jesús sacramentado.

Los humanos somos gente de poca fe, así nos va, y de mucho raciocinio. Por eso, desde el momento que quedó expuesto el Santísimo en la capilla una nube negra asomaba por el horizonte: “sí, si en el invierno mal que tal… ¿pero qué va a ser de la capilla en verano cuando la gente se va de vacaciones?”. Mi respuesta. “no llamemos al mal tiempo, que viene solo. Dios proveerá”.

Hace poco una persona, con un comprensible escepticismo, nos preguntaba por la capilla en verano. Al responder que teníamos algunas dificultades para mantener los turnos, nos dijo: “¿por qué no cerráis en verano?”. Evidentemente es una posibilidad que ni siquiera se contempla.

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1.07.13

Treinta años de cura y me dicen que no he entendido nada

La verdad es que el reencuentro con viejos conocidos es algo fantástico. Llevaría sin ver a Pepi y Mario lo menos diez años. Lo que son las cosas. Llaman a la puerta del despacho, y mira por donde ellos dos. Viejos conocidos de antiguas andanzas pastorales.
Colaboradores en alguna de las parroquias donde estuve hace años.

Abrazos, besos, risas… pero bueno… pero qué alegría. Esas cosas. Poco dura la alegría en la casa del pobre. Porque todo eran reproches: vaya parroquia que habéis construido, menudo edificio, habrá costado una pasta, los pobres, la crisis. Venían de dar una vuelta y se habían encontrado con la capilla de la adoración perpetua. Vaya por Dios, más reproches.

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30.06.13

Protestantismo: ¿hablar por hablar?

Seguro que recuerdan una frase de un ya viejo programa de humor en la tele: “si hay que ir, se va, pero ir por ir…” Me la apropio para la cosa del dialogo ecuménico con el protestantismo, si hay que dialogar se dialoga, pero dialogar por dialogar…

Me parece bien el hablar unos con otros, encontrarse y rezar alguna cosa juntos. Fantástico que nos pidamos perdón si en algo nos hemos ofendido. Pero desgraciadamente, poca cosa más. A mi modo de ver hay dos puntos de imposible solución hoy por hoy:

AUSENCIA DE AUTORIDAD EN EL PROTESTANTISMO. Porque a ver con quién hablas: ¿bautistas, evangélicos o pentecostales? ¿Luteranos, metodistas o valdenses? ¿Calvinistas, presbiterianos o cuadrangulares? Y dentro de cada una de estas grandes ramas, sus diferencias en ocasiones notables. Como además cada iglesia es básicamente autónoma, pues no hay forma de entenderse mínimamente.

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