Extraordinario descubrimiento teológico
Tiene que ser la repera. Veinte siglos pensando que las cosas eran de una manera y significaban una cosa y llegar a descubrir un error en raíz que sin duda dará un vuelco total a la teología católica.
Curiosamente del asunto en cuestión, fundamental asunto sin duda alguna, no se percataron los padres de la Iglesia. Cuesta trabajo comprenderlo, pero a San Agustín se le pasó completamente la cuestión y por más que se ha trabajado toda la patrología, nada de nada. Estudiados Tertuliano y Jerónimo, Mamerto y Paciano, Ireneo y Atanasio, Clemente, Epifanio y los dos Macarios. Nada. Ni una palabra sobre el particular.

A los curas, cosa curiosa, como a los demás mortales, se nos regalan exactamente 24 horas cada día. Independientemente que seamos jóvenes o viejos, habitantes del llano, la montaña, el desierto o la selva virgen, seculares o regulares, párrocos, profesores, capellanes o jubilados. 24 horas diarias. Ni una más ni una menos.
No, por Dios. No nos pensemos que el despacho parroquial es tan solo un fleco puramente administrativo de la parroquia. Me soprende que lo limitemos a un horario de mínimos o más aún, a un servicio que se presta “previa cita".
Apreciado D. Jorge:
La alegría de don Fabián aquella tarde era de órdago a la grande, a la chica, a pares y a juego. Estaba que se salía. Cura de pueblo, con cinco mil habitantes a su cargo, no cabía en sí de gozo. Me lo encontré callejeando y se vino a mí con un enorme abrazo. ¿Sabes, me decía? Por fin lo he conseguido. Por fin tengo actividades parroquiales todos los días después de la misa de la tarde. Me faltaba el sábado y he conseguido iniciar un grupo de matrimonios aprovechando la gente que viene por aquí los fines de semana.