La aburrida vida del cura de pueblo. Hoy cuatro misas y un entierro
A punto de salir corriendo. Hay días en que las cosas se complican y hay que afrontarlas con el mejor espíritu.
Comienzo con misa en una residencia de ancianos. A media mañana, entierro con misa, evidentemente. Por la tarde, exposición del Santísimo seguida de misa en uno de los pueblos y misa funeral a continuación, en otro. Cuatro misas y entierro. Como ven, puro entretenimiento.
Al llegar a los pueblos gente hubo, de buenísima voluntad, que me sugirió mil cosas para entretenerme: cursos on-line, hobbies diversos, esas cosas. Ya saben: es que en los pueblos te vas a aburrir. Ni mucho menos. Es otra forma de trabajar, pero de aburrimiento nada de nada. Hay días que todo lo contrario.

Nadie pone en duda las competencias de la Santa Sede para crear o suprimir institutos religiosos. Hasta ahí podíamos llegar. La Santa Sede entiende que una fraternidad, asociación o lo que sea mantiene una vida no es conforme a la doctrina de la Iglesia, es motivo de escándalo, no respeta derechos de otros, niega verdades de fe o no se sujeta al derecho canónico y no solo puede suprimir, sino que debe suprimir la institución.
Es lo que hay. Durante dos domingos, dos voluntarios, adoradores de Madrid, han anunciado en las misas de los tres pueblos la intención de poner en marcha en Braojos un turno de adoración nocturna. Este pasado domingo hemos mantenido una primera reunión para poner en marcha todo.
Un día por semana me reúno con tres o cuatro “Rafaelas” de alguno de mis pueblos. Una de ellas es una excelente cantora que tiene en su repertorio cantos no sigo antiguos, sino algunos antiquísimos. Hace no mucho me sorprendió con uno a la Virgen de origen claramente medieval.





