También Cáritas y Manos Unidas apoyan a Religión Digital
Información y desinformación religiosa, especialmente católica, tenemos todos los días en papel y cada vez más en formato digital. Evidentemente, de todo tipo, clase y especie. Desde la página web de la santa sede y hasta la última chorrada anti todo, uno puede dirigirse a donde más le plazca.
La clasificación, depende de quién la haga. Para unos hay páginas fundamentalistas, ultraconservadoras, conservadoras, carcas, de medio pelo, abiertas, liberales, claramente progresistas y rompedoras. También se puede hacer la clasificación entre páginas fieles a la Iglesia -otros lo hacen también desde su libertad-, de dudosa doctrina y abiertamente heréticas. Vivimos en libertad de expresión y cada cual escribe lo que escribe y donde escribe.

Es cosa de lenguaje. Estamos comenzando a poner en marcha en la parroquia una posible Hermandad con el título de Hermandad del Santísimo Sacramento y Nuestra Señora de los Dolores. Con dos finalidades principalmente: el mantenimiento y promoción de la capilla de adoración perpetua y la propagación de la devoción a la Virgen de los Dolores sacando adelante la procesión anual con su imagen. No faltan quienes me dicen que dónde vamos con una cosa tan antigua, que eso de las hermandades está pasado de moda. Incluso que eso de capillas de adoración al Santísimo habría que preguntarse si es lo mejor que se debe hacer ahora.
Me van a perdonar que hoy me pase al enemigo. Acabo de decidir que por esta vez y sin que sirva de precedente, que no quiero aficionarme, me pido ser abogado del diablo y defender su causa. Además, lo voy a hacer con apariencia, al menos, de sana teología. En fin, se lo tomen como divertimento y ganas de incordiar.
A los demás, ya, ni les cuento.
Oigan, que ustedes dirán lo que quieran, pero no es nada fácil tratar de razonar o argumentar con alguien y que la única respuesta a tus argumentos sea llamarte carca, fascista, retrógrado, fundamentalista, fariseo, infocatólico y de paso machista, misógino y destructor del espíritu del concilio, amén de poco misericordioso. Como pueden imaginar, servidor, con argumentos de tal calado, prefiere dedicarse a otras cosas.