Toneladas de papel de fumar
Hemos llegado a un momento en el que ya no se puede ni hablar. El español, idioma, es riquísimo en vocabulario, metáforas, comparaciones y juegos de palabras. El español, individuo, siempre ha sido proclive al buen humor, la chanza y su poco de retranca. Por lo menos, hasta ahora.
Un ejemplo. Me traigan papel de fumar, unos cuantos librillos. Acabo de escribir “el español, individuo". Ya me la he cargado.
- Oiga usted, señor cura, que está discriminando a la mitad de la población. Tenía que haber escrito “el español y la española, individuo e individua".
- Gramaticalmente es correcto.
- A usted lo que le pasa es que es un machista.