InfoCatólica / Cristianos perseguidos / Archivos para: Noviembre 2016

29.11.16

Memoria china

1.- Un poco de historia

En julio de 1950, sólo un año después de la proclamación de en Pekín de la República Popular China, empieza la represión de las “actividades contrarrevolucionarias”, incluidas las religiosas. Se clausuran las iglesias en las zonas rurales,y las universidades católicas pasaron a ser controladas por el Estado. En septiembre, se difunde el Manifiesto del movimiento de las tres autonomías,que se refieren a:

1º La propaganda, con la prohibición de misioneros extranjeros.

2º El gobierno, obligando a que las iglesias sean guiadas por personal nativo.

3º La financiación, prohibiendo toda ayuda económica que provenga del extranjero.

Siguen unos años de dura persecución, con cifras como la de la expulsión -sólo en 1951- de 14 obispos y 1136 misioneros extranjeros. Un año después había ya unos 300 sacerdotes encarcelados.

En 1954 Pío XII publica la encíclica Ad signarum gentesen la que denuncia el “Movimiento de las tres autonomías” como contrario a la fe católica y condena la institución de una iglesia nacional. El gobierno responderá con una nueva oleada de arrestos de católicos. A mediados de los cincuenta se clausuran seminarios y conventos.

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27.11.16

En Adviento, oremos por los cristianos perseguidos



1. El Adviento en la oración del perseguido.

¡Que reines, Corazón Divino!

A ti, Señor, levanto mi alma: Dios mío, en ti confío; no quede yo defraudado; que no triunfen de mí mis enemigos, pues los que esperan en ti no quedan defraudados. (Sal 24, 1-3)

En Vos confío, en Vos confío…tú eres, Amor, mi esperanza, contra todo pronóstico. “Yo he respetado siempre la religión de los musulmanes, yo no he insultado a nadie” y, sin embargo, hace siete años que estoy en prisión… por ti, por no negarte. Será necedad, o escándalo…pero yo te doy las gracias. En la prueba, me diste el no negarte. ¡Que reines, Corazón Divino! Mi esperanza está en ti, no quedaré defraudada.

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13.11.16

¿Y… por qué no apostatar? ¿No les pedimos demasiado?

Tengo que hablar con Don Jorge, porque me encantaría conocer a Doña Rafaela. A ver si me apaña una cita…No sé, a veces me gustaría salir de la catacumba para hablar con alguien que, al menos, reconozca que algunas cosas le causan cierta perplejidad. Para sentirme menos rara, o menos sola.

Y es que me pasa eso, que estoy así, como perpleja, incluso un punto cabreada, para qué les voy a mentir.

Cada vez que recuerdo lo que Mons. Marcello Semeraro, obispo de la diócesis italiana de Albano y secretario del Consejo de Cardenales del Papa, dijo en la Universidad Pontificia de Comillas me hierve la sangre. Por muchas razones, ya que nos deja a la altura de los animalicos que no pueden prescindir de lo que les pide el instinto. Pero expondré aquí solamente la que tiene que ver con este blog: los perseguidos y mártires por su fe, esos de quienes es el reino de los cielos…

Al parecer, se está difundiendo la idea en ciertos círculos eclesiales de que hay situaciones de pecado de las que es muy difícil, si  no imposible, salir. De modo que, como no puede ser que les pidamos tanto, ni que Dios les pida tanto, debemos dejar que sigan como están, y para adormecer sus conciencias hay que tejer un manto misericordioso que les ayude a no cambiar sus vidas sin inquietarse.

Por supuesto que esta pastoral voluntarista y derrotada no recuerda de cuánto es capaz la gracia de Dios ya que, por lo visto –como dice Luis Fernando- “no creen en el poder de la gracia. Eso es todo.”

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