Música de lujo en tiempos de crisis
En este artículo me voy a referir a un episodio muy concreto, pero que a mi juicio tiene una importancia simbólica no pequeña en el momento actual de la música en la Iglesia.
Un amable lector, seguidor habitual del blog, me ha informado del lío que algunos están montando alrededor de la instalación de un nuevo órgano de tubos en la parroquia de San Jaime y Santa Ana de Benidorm (Alicante). Los trabajos están finalizando y parece que alguien, indignado al conocer el precio de la obra, ha corrido en busca de resonancia a varios medios de comunicación. Uno de los que han respondido a su llamada ha titulado así su reportaje: “Música de lujo en tiempos de crisis”.
El argumento no es muy original: ¿Cómo puede esta parroquia gastar esa cantidad de dinero en un órgano, habiendo tanta gente necesitada que ayudar? De poco ha servido que el párroco insista en que la labor de Cáritas parroquial en estos tiempos no sólo no se ha visto reducida, sino que se ha multiplicado por tres. Tampoco el que no haya ninguna subvención pública por medio -algo realmente exótico en cuestiones culturales-, sino sólo colectas entre los propios feligreses a lo largo de los años.
Lo primero que hay que recordar, aunque no haga falta, es la obviedad de que la asistencia a las personas que lo necesitan es algo absolutamente prioritario en la Iglesia. Aún más:
Para la Iglesia, la caridad no es una especie de actividad de asistencia social que también se podría dejar a otros, sino que pertenece a su naturaleza y es manifestación irrenunciable de su propia esencia. (Benedicto XVI, Deus Caritas est, 25).
Por lo tanto, sería un escándalo que una comunidad cristiana abandonase a los pobres para entregarse a otro tipo de gastos menos urgentes. No es desde luego el caso de Benidorm.
Sentado el punto anterior, hay que decir también con toda claridad que el órgano de tubos no es un lujo en la Iglesia. Al menos desde el siglo X es el instrumento tradicional y oficiosamente propio del rito católico latino. Y así fue reconocido en el Concilio Vaticano II (Sacrosanctum Concilium, 120).
Obviamente esta recomendación no supone una obligación. Muchas iglesias, sobre todo modernas, no lo tienen por falta de medios económicos o por falta de interés. Pero cuando una parroquia, una vez cumplida su impostergable misión de ayuda a las personas en dificultades, tiene la posibilidad por el desahogo económico de su feligresía, o por una donación especial, o por la venta de una propiedad, o por cualquier otro medio legítimo, de encargar la construcción de un órgano de tubos para su culto, y así lo decide, no debería haber nada que objetar. Desde luego, nada hay desde la tradición y el magisterio de la Iglesia. Más bien al contrario.
Ciertamente la construcción de un órgano de tubos es costosa. Como lo fue siempre la de tantas catedrales, monasterios, basílicas y parroquias. Como lo fueron tantos sagrarios, cálices, ostensorios, custodias, copones, patenas, templetes, píxides, casullas, incensarios, cuadros, esculturas, frescos, retablos, campanas, vidrieras… No sé si siempre despertaron este género de críticas y referencias a los pobres. Concepto este último, por cierto, que en boca de los que lo suelen evocar en estas situaciones presenta una fisonomía sospechosamente abstracta.
En todo caso hay que tener en cuenta que el elevado precio de un órgano de tubos no se debe a que esté fabricado con materiales lujosos, sino a que su construcción supone el trabajo durante años de todo un equipo de artesanos. El dinero que los feligreses de esta parroquia de Benidorm han reunido no se lo va a llevar ningún traficante de objetos preciosos: entre otras cosas es el sustento de los trabajadores y sus familias durante el tiempo que ha supuesto la construcción del instrumento. Me imagino que aquí, además de los sueldos, estarán incluidos los impuestos correspondientes como el IVA, el IRPF o las cotizaciones a la Seguridad Social. Dinero, por cierto, que los feligreses de esta parroquia también han sacado de su bolsillo y que entrará religiosamente en las arcas del Estado, exhaustas a día de hoy como todo el mundo sabe.
Dado que una de las notas del pensamiento dominante es la insuficiencia lógica, no ha tardado en aflorar la consabida simplificación oponiendo esta vez los emolumentos de los organeros a la labor de Cáritas. Parece que, en la opinión de ciertos filántropos a distancia, lo justo y cristiano sería que todas las parroquias con margen económico abandonaran una tradición de 1000 años y renunciaran a encargar la construcción de órganos de tubos. De este modo los organeros, en vez de seguir manteniendo a sus familias mediante este milenario oficio -que viene atravesando los siglos sobre todo al calor del culto cristiano- quedarían en paro y tendrían que sumarse a la misma lista de asistidos por Cáritas. Ciertamente hay algunos que quieren tanto a los pobres que no dejarían de producirlos.
Las críticas a iniciativas como la de San Jaime de Bernidorm suelen venir principalmente desde dos campos. Unos son los que critican a la Iglesia siempre, haga lo que haga. Si hay un problema en la conservación de su patrimonio artístico (como en el caso del Codex Calixtinus) es que la Iglesia no está a la altura, y hay que expropiarle todo para que sea el Estado quien garantice su seguridad. Pero cuando desde la Iglesia surgen iniciativas en beneficio de este mismo patrimonio artístico, entonces es que la Iglesia se ocupa de lujos, abandona la sencillez de Jesús de Nazaret, etc. Vamos, nada nuevo ni de especial interés.
Pero también hay un problema dentro de la Iglesia. Es la pérdida del sentido de lo bello. Y no cabría hablar aquí de un sensus fidei. Cuando la fides pasa por horas tan bajas no hay lugar para ningún sensus. Mi amable comunicante me lo describía bien:
Ni la auto-financiación del proyecto del órgano, ni el hecho de que Cáritas no se ha visto afectada por el mismo, han logrado acallar esas voces melifluas, tan semejantes a la de Judas Iscariote, cuando se quejaba del precio del perfume derramado sobre Jesús.
Esta extraña mezcla de racionalismo, catarismo, maniqueísmo, marcionismo e iconoclastia que arrasó tantas cosas en los años posteriores al Concilio Vaticano II no ha cesado aún en su ola destructora. Es esta patología reciente la que hace incomprensible para no pocos católicos actuales el torrente de belleza que ha engendrado la liturgia de la Iglesia a través de los siglos, y que se concreta en arquitectura, pintura, escultura, música… y órganos.
Por eso, de todo este incidente que acabo de conocer, lo que más me preocupa es esta frase que he leído en un periódico al hacerse eco del asunto de Benidorm:
(…) este instrumento, ideado principalmente para conciertos debido a su complejidad pero que también podrá utilizarse para la liturgia (…)
El uso principal del órgano en las iglesias debe ser la liturgia. Es el espacio que ha permitido su incomparable desarrollo técnico a lo largo de la historia, es la función que ha propiciado la mayor y mejor parte de su repertorio, y es el contexto en que el órgano de tubos encuentra la plenitud de su significación meta-musical y teológica. Reducir el futuro de los órganos de las iglesias a los conciertos y audiciones puntuales que se puedan organizar es dejar el terreno preparado para incomprensiones como la sufrida por el nuevo órgano de San Jaime de Benidorm. Y es además una ruptura total con la tradición de la Iglesia, no muy lejana en este punto a la de los calvinistas del siglo XVI.
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Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote hijo de Simón, el que le había de entregar: ¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres?
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RdT: Ojalá sea cosa sólo del periodista.
Es esa "insuficiencia lógica", que se oye tantas veces en voces de dentro de la Iglesia (tristemente), que argumenta la pobreza en la liturgia: fuera casullas, albas cutres, cálices cutres para la Sangre de Cristo, cuencos cutres de barro para el Cuerpo de Cristo, altares portátiles para el sacrificio de Cristo, ambones portátiles desde los que proclamar la Palabra de Dios, sedes cutres (no vaya a ser que pensemos que quien preside la Celebración de la Eucaristía es el mismo Cristo y no un pobre sacerdote...), y, por supuesto, instrumentos cutres para una música cutre. Mientras tanto, los que lo dicen van en buenos coches, no se privan de lo último en tecnología, buenos equipos de música, todas las comidas a las que se puedan apuntar, vacaciones, etc… Así imitamos al “Jesús pobre”…
Pero, ¿cómo puede calar esta contradicción entre los cristianos?
En este momento, creo que es muy conveniente un artículo como este. Porque ante la polémica, muchos de los que han hecho donaciones para el órgano, pueden estar confusos, y pueden creer que han obrado mal, cuando han contribuido con sus donativos a crear una obra bella.
También puede ser interesante la lectura de este artículo, para muchas personas que debido a las circunstancias que se han sucedido en España, no han podido tener un órgano en su templo, y pueden creer falsamente que el Concilio Vaticano II abolió su uso, cuando lo que hizo fue permitir el uso de otros instrumentos musicales, en ciertas condiciones.
También tengo presente en este momento, que el párroco de este templo de Benidorm, y las personas más allegadas a él, puede estar pasando malos momentos por culpa de toda esta polémica, que se ha visto incluso más azuzada, cuando el responsable de la Federación Empresarial turística de Benidorm, Francisco Delgado, ha hecho unas declaraciones desafortunadísimas contra la Iglesia Católica, a cuenta del órgano de Benidorm http://www.diarioinformacion.com/benidorm/2012/10/26/francisco-delgado-coste-organo-iglesia-escandalo-precedentes/1308754.html
Creo que es una lástima que en España sigan surgiendo este tipo de polémicas, impensables en naciones como Alemania, Francia o Reino Unido. Y creo que debemos luchar por evitar que estas polémicas puedan hacer morir cualquier intento de mejorar la Belleza de los templos, y en este caso, la belleza de la Música Sacra, que no debería faltar en aquellos templos que pueden disponer de caudal suficiente para la realización de este tipo de actividades, después de haber atendido otro tipo de atenciones más urgentes.
Un día, con respecto al tema de las riquezas,dije algo muy sencillo.
Vendamos un Cristo Yacente de Gregorio Fernández.
¿Quién lo puede comprar?
Pues alguien como Roca, el de Marbella.
Y si ya puso un Miró en el aseo pues plantaría la escultura en la cuadra del caballo.
Como ejemplo paradigmatico esta el de la catedral de Leon.
Por lo visto en cierta ocasion vino Ton Koopman y se nego a tocar su concierto en ese organo, sustituyendolo finalmente por otro de clave en el Hospital de san Marcos.
Perfecto. Y? Es un organo apto para la Liturgia y no apto para Bach. Es el organo de una catedral y no el del Royal Albert Hall. Y ni falta que le hace.
El caso es que esta anecdota se empleo como argumento, entre muchos otros, para descartar ese organo y embarcarse en una desastrosa y millonaria empresa. Decian que Sonsoles Espinosa tenia incluso algo que ver. Hasta Infocatolica se hizo eco del asunto.
Y si vamos a la catedral de Santander tenemos tres cuartos de lo mismo.
No basta con decir que el uso del organo ha de ser fundamentalmente liturgico, es que ha de ser exclusivamente liturgico. Y los concieetos son excepciones. Y si hay conciertos que tengan una finalidad de evangelizacion.
Hay una tercera posibilidad para los órganos después de su uso en el culto y en los conciertos: la enseñanza.
En Benidorm hay un conservatorio de grado medio. Está claro que en la actualidad no está el órgano entre las materias que se enseñan. Pero podría estarlo en el futuro. El tener un instrumento de las características de las que se está instalando en Benidorm puede ser también beneficioso en este aspecto.
Lo de los conciertos no tanto. No basta con que los asistentes "recuerden y tengan presente que estan en un templo catolico". No basta, porque la definicon de "templo catolico" nos la da la Liturgia:
Terribilis est locus iste,
domus Dei et porta caeli.
Yo me conformaria con que lo de los conciertos fuera excepcional.
Pero lo cierto es que todo organo que se instala lleva su temporadita de conciertos adjunta.
Y eso no creo que este tan bien. Para empeZar porque los conciertos en las iglesias son factibles, ante todo, tras la retirada de los Sagrarios, porque antes no era tan asi.
Quien quiera música grande en la Misa que piense primero en aquellas partes de la misma que se pueden y se deben cantar, y pienso sobre todo en las partes que le tocan al cura, particularmente en el prefacio.
Se atribuye a Mozart haber dicho que el daría toda su obra por haber compuesto la melodía del prefacio.
Esto implica varias cosas:
A-que Mozart sabia de lo que hablaba
B-que los curas de entonces lo cantaban, no como los de ahora.
Y es gratis.
Los conciertos de órgano no son fruto del postconcilio. En la Europa católica eran algo normal en la inauguración de los órganos, y a partir del s. XIX empiezan a darse también sin este motivo. En España comienzan a ser habituales precisamente a raíz de los congresos de música sagrada que se organizan para preparar la aplicación del Motu Proprio de S. Pío X, y en muchos casos cuentan con el apoyo expreso e incluso la participación de obispos. También eran muy frecuentes las audiciones de órgano "privadas", para un grupo determinado de oyentes invitados.
Ciertamente ha habido siempre una gran preocupación por preservar el ambiente adecuado al lugar. Pero las objeciones, cuando las ha habido, no eran de carácter teológico sino pastoral.
En todo caso en estos tiempos hay nuevas y poderosas razones a favor de que el órgano suene también fuera de la liturgia. Por una parte, por la caída en desuso (que no desaparición) de las misas rezadas del rito tradicional, en las que la música sonaba continuamente a modo de ambientación. Por otra parte, porque el aprecio de la belleza artística surgida en la Iglesia puede y debe ser parte de ese "atrio de los gentiles" del que tanto se habla últimamente.
Es verdad también que está pendiente una mejora de los aspectos formales de los conciertos de órgano, para que se adapten mejor al espacio sagrado. Pero no es un problema propio de los conciertos de órgano, sino también de la propia liturgia que ha sido la que, con el modo en que se celebra muchas veces, no sólo ha propiciado, sino que ha liderado la "profanación" del ambiente dentro de las iglesias.
Pero no me negarás que las situaciones y condiciones en las que se daban los conciertos de órgano y que tú mismo señalas eran absolutamente excepcionales.
En contraposición, actualmente se construyen órganos para los conciertos.
Y de todas formas vuelvo a la idea inicial: ¿para qué querrá está gente un òrgano cuando ni siquiera cantan lo que la Ordenación General del Misal Romano dice y recomienda que hay que cantar?
Que yo estoy a favor del órgano, eh, ojo.
Y también estoy a favor de los conciertos de órgano y de los organistas. Y hasta repito lo de Celibidache: "la existencia de Bruckner es el mayor regalo de Dios".
Pero si hay órgano -> para gloria de Dios
Y si hay concierto -> para evangelización.
Porque lo contrario es caer en la museización del patrimonio eclesial.
¿Has ido a la catedral de Sevilla últimamente? ¡Oh, qué gran museo!
En las antípodas de la museización están dos antídotos:
a.-la investigación
b.-la puesta en práctica
Marcel Peres es para mí un paradigma del buen hacer con el patrimonio musical de la Iglesia. Por eso quizás ningún jerarca le haga caso.
El día que el Ensemble Organum cante en San Pedro me creeré que la Liturgia se toma en serio, y la música lítúrgica.
Los de Solesmes recopilaron los textos, los estudiaron, compararon las fuentes, los editaton. Bien.
Pero a la hora de interpretarlos se inventaron una forma de interpretacion, que es valida y deberia ser obligatoria en todos los seminarios (en los que, dicho sea de paso, se canta a Kiko Arguello en vez de gregoriano, ¡que plaga¡).
Marcel Peres, por el contrario, no nos muestra un cadaver en formol (estilo Solesmes), por muy util que este sea para aprender anatomia. Peres hace una viviseccion, que es algo sutilmente diferente.
Solesmes nos da un metodo para aprender el canto, pero Peres, tomando fotos fijas de como podia ser este canto en su apogeo medieval, heterogeneo, agresivo, muy influenciado por elemementos autoctonos locales, nos abre las puertas a entender como podria ser en caso de que se diera una deseable restauracion del canto occidental: un organismo vivo y no una homogeneidad de manual.
Perdida la noción del SER, se niega la NATURALEZA HUMANA y el hombre es considerado sólo en lo que aparece, en los últimos efectos sensibles, sin contemplar las múltiples encadenadas causas. Surge la indiferencia ante la VERDAD (ser y verdadero son intercambiables). ¡Cómo se entiende el afán renovado por prescindir de la meta-física!
El hombre, por naturaleza (que no por convención) es un ENTE RELIGIOSO: está y se siente LIGADO a un SER ABSOLUTO. La sola fuerza de la razón nos permite conocer este vínculo.
El hombre, por naturaleza, se siente ob-ligado a DAR, al SER ABSOLUTO, lo que a éste corresponde: lo SUYO. El hombre, como SER creado, es infinitamente in-capaz, im-potente de DAR, a DIOS, lo SUYO de DIOS. El hombre no queda aquietado mientras no RINDE (da), a DIOS, un CULTO. No puede ser un culto cualquiera, debe contener lo MÁXIMO que el hombre puede dar-LE de sí mismo.
Hasta aquí llega la sola razón. En su ayuda y para una mejor comprensión de esta ob-ligación, Jesucristo aclaró que lo primero en el hombre es AMAR A DIOS por sobre todas las cosas. Sólo después y como consecuencia necesaria, surge la segunda ob-ligación: amar a los demás hombres como Dios nos ha amado: obediente hasta la muerte y muerte de Cruz: nadie tiene amor más grande que quien da la vida por aquel a quien ama.
Perdida la noción del SER, queda sólo el fenómeno, lo que aparece; florecen así los reduccionismos. Uno de éstos y muy dañino es el reduccionismo economicista, típico del marxismo. Aunque cayó el telón de acero hace ya bastantes años, el marxismo continúa muy activo.
Perdida la noción del SER interesa sólo la punta del iceberg. Llama la atención el dar un trozo de pan a un hambriento, pero no el crear puestos de trabajo. Nos fijamos en esto pero no en configurar un ambiente socio-económico capaz de que haya hombres que creen puestos de trabajo. Nos quedamos en esto pero no en EDUCAR adecuadamente a los hombres. Nos preocupamos por esto pero descuidamos el ambiente en la FAMILIA. Y en definitiva, nos olvidamos que la base está en el CORAZÓN DEL HOMBRE. Y la primera ob-ligación es AMAR A DIOS, dar CULTO A DIOS.
Cualquier gasto RAZONABLE en el CULTO A DIOS es capaz de tener como efectos directos e inmediatos, una mejora del CORAZÓN de los hombres y, por ende, efectos beneficiosos en todo tipo de órdenes, entre ellos, el simplemente económico.
Si sólo miramos el punta del iceberg, ni Cristo era Dios, ni la Iglesia es el Cuerpo de Cristo… y, claro está, todo acto de CULTO A DIOS, carece de sentido. Sólo nos interesa un trozo de pan que entra en la boca de un hambriento, pero ni nos enteramos de dónde ha salido ese trozo. Cuán claro lo dejó Cristo: buscad primero el Reino de Dios y su justicia y lo demás se os dará por añadidura. Como escribió un santo aragonés: estas crisis mundiales son crisis de santos.
Si buscamos el Reino de Dios y su JUSTICIA, comenzando por un CULTO DIGNO A DIOS, seremos capaces de ORDENAR-ORGANIZAR convenientemente los medios materiales para la consecución del BIEN COMÚN, que en la unidad (no dualismo al estilo cartesiano) del ser humano, comprende tanto lo material como lo espiritual.
Mira:
- la Instrucción del Misal recomienda encarecidamente que el celebrante cante diversas partes de la Misa, como el prefacio, las colectas y partes del Canon
- el Papa, con ochenta y muchos años y casi sin voz así lo hace
- por que demOnios no se enseña canto en los seminarios? ( lo de demonios no lo digo figuradamente sino en su realidad, porque es cosa de demOmios sin duda)
- por que lOs curas no hacen caso???
http://emulacionorganodetubos.blogspot.com.es/2012/10/nuevo-organo-en-benidorm.html
Pondré esta página en mis comentarios.
Resumen de lo que pienso:
- es una compra que va a perdurar mucho mas que los que la apoyan y los que la critican.
- es una inversión sufragada con donativos de personas que querían que se gastara en eso.
- seguramente los que la critican no han puesto ni para esta compra ni para los donativos de caridad en en general en la iglesia, ya que coincido contigo, suelen criticar TODO lo que haga la iglesia, y lo suele hacer gente que no conoce la labor caritativa y humana de la misma.
Un saludo y mi apoyo a este órgano.
En cuanto al tema de los conciertos, sigo creyendo que son necesarios. Sin embargo, creo al mismo tiempo que hay que potenciar la construcción de órganos en los auditorios ya existentes y en los que se puedan proyectar en un futuro: el órgano no solo es patrimonio de la Iglesia, por mucho que el 90% de lo que se ha escrito para el órgano -90% por poner una cifra-, sea música religiosa. Creo que puede ser beneficioso para la música de la Iglesia el que existan órganos para los auditorios, y que aparte puedan servir para realizar algún tipo de actuaciones que tal vez no serían convenientes en un templo, pero que no estarían mal en un espacio profano. A este respecto recuerdo que no hace mucho, en algunos países se estrenó una producción que aunaba danza y órgano.
Tal vez en los templos protestantes no esté mal visto que una mujer con mallas se ponga a danzar por todo el recinto. Sin embargo, creo que nos chirriaría ver esto en el presbiterio de una iglesia católica https://www.youtube.com/watch?v=Mqzvhm7poJ8 .
Y por supuesto, los beneficios espirituales de tener un órgano son superiores a cualquier beneficio económico. Pero no está de más hacer ver a la gente, que si alguien que pudo escuchar a don Paco Amaya en el Reino Unido, se entera de que en Benidorm se ha construido un órgano de grandes dimensiones, pueda venir a la ciudad a pasar unos días de vacaciones. Y así no tener que conformarse con un turismo de baja calidad, al que lo único que pueda interesarle es mantener una alta tasa de alcoholemia, en los días que pueda estar en Benidorm, y a los que poco o nada les interese, si el ayuntamiento de Benidorm gasta 153.000 euros en cubatas y tapas en Navidad o si no los gasta. Benidorm con sus acciones y omisiones pueden decidir incrementar un turismo de calidad o conformarse con los turistas a los que poco o nada les pueda interesar la actividad cultural de Benidorm.
El órgano de Benidorm tiene una función básicamente en el servicio litúrgico, y si termina como atractivo turístico.... No será por culpa del órgano.
Tuve la enorme suerte de oír a Aart Bergwerff en la Iglesia de San Pedro de Frómista con el Canto Ostinato.
No es una obra religiosa y en el video hay un derviche .¿me molesta en un templo?No.
Dejo el enlace por si alguien tiene la curiosidad de leerlo. http://www.diarioinformacion.com/opinion/2012/10/31/instrumento-patrimonio-pueblo/1310339.html
"No es una obra religiosa y en el video hay un derviche .¿me molesta en un templo?No."
Pues a mí sí me molesta, y mucho.
No lo del derviche, ojo, ni voy a comenzar con esa tontería de "el día que dejen que un benedictino cante laudes en una mezquita...". No, no es por el derviche.
Es porque un templo no es una sala de conciertos, es porque un templo es casa de oración y no cueva de ladrones, es porque independientemente de que nos hayan acostumbrado al todo vale, una iglesia es lugar del Sacrificio, de la Adoración, de la Oración y de la Presencia Real de Dios.
Todo lo que se salga de ahí o es sandez, o es ofensa al Altísimo.
¿Pero cómo puede hablar Vd. de "la caída en desuso (que no desaparición) de las misas rezadas del rito tradicional"? Llamar "caída en desuso" a la supresión y eliminación por decreto de la liturgia tradicional que se ha producido en los últimos 40 años me parece una muestra de cinismo incompresnsible. No puedo entender las razones de esta tergiversación de la verdad. A su lado, lo de la recuperación de la memoria histórica por parte de la pseudohisorigrafía izquierdista es un mero juego de niños. Atrévase a decir la verdad, por dura que le parezca o mejor que calle sobre estos asuntos.
Al señor Tulkas le diría que, en mi opinión, se complica la vida con su concepto de los conciertos. La evangelización no viene solamente a través de las palabras. Ni es la Liturgia la que obra el milagro en una persona ni es simplemente la buena música ni el buen arte. Todos ellos son herramientas que ayudan al Espíritu a hacer su labor, aunque tengan un orden jerárquico en cuanto a importancia.
Es cierto que la mayoría de conciertos de órgano son sucedáneos en el sentido de que es la única manera de poder escuchar hoy en día gran parte de la música escrita originalmente para la Liturgia. Pero por eso mismo, si los limitamos de la manera que usted propone, nos condenaremos a la pérdida de grandes obras musicales que nos ayudan, incluso más que una mala liturgia, a llegar a Dios.
Hoy en día, con la intolerancia a que se ve sometida la Iglesia, todavía hay herramientas con la que esta puede contar para hacerse oír en la sociedad. Una de ellas es la Cultura que siempre ha producido y alentado. Y, ya que se ha mencionado al Papa, que le pregunten a él mismo qué opina del poder de la música sobre las almas.
En la Historia hay algunos casos famosos de conversión a través de la música (siempre hay más factores unidos, por supuesto) pero yo he sido testigo muchas veces de otros casos que no se hacen famosos.
¿Por qué hacer sospechosos a los conciertos en lugar de propiciar que ayuden al fin perseguido? El Espíritu es más poderoso que cualquier especulación, y con un concierto de órgano la iglesia es una iglesia, pero incluso un auditorio es un poco más iglesia cuando suenan ciertos autores. Propongo dejar de especular con este viejo y gastado argumento de que la iglesia no es una sala de conciertos. Eso está clarísimo para los conciertos de órgano. ¿O deberíamos quitar cualquier retablo de mérito artístico, o taparlo la mayor parte del año con el argumento de que la iglesia no es un museo?
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