Este día de Pentecostés en la parroquia ha sucedido algo que verdaderamente creo que vale la pena hacerlo saber.
Hace unos días, poco después de la abdicación del rey de España Juan Carlos I, en los medios de comunicación católicos apareció la noticia de que, tras el acto de toma de posesión del rey Felipe VI, no habrá una Misa de Acción de Gracias para pedir por el nuevo monarca, como fue el caso en 1975.
Es particularmente duro ver que esto sucede en un país que desde siempre ha estado ligado a la Iglesia y cuyos monarcas ostentan, incluso al día de hoy, el título de “rey católico”. Es ciertamente una muestra de cómo España y su corona se han alejado de la Fe, y, esto, con el concurso de no pocos Católicos.
Pero, al mismo momento en que sucede esto, en un pequeño pueblo de Francia (La Londe les Maures, 10.000 habitantes, diócesis de Fréjus-Toulon), del cual soy párroco, y que ya no tiene profundas tradiciones cristianas producto de una cultura laicista de dos siglos, y en donde la práctica religiosa es lamentablemente muy baja, se acaba de celebrar este domingo de Pentecostés la Misa del Espíritu Santo pidiendo por el Alcalde y el nuevo Concejo Municipal recientemente instalado luego de las elecciones de marzo recién pasado. Es la primera vez que se realiza esto en esta comuna; para muchos parroquianos ha sido impactante ver en Francia en el año 2014 al Concejo Municipal asistir prácticamente en pleno a la Santa Misa a la parroquia local para recibir una bendición especial del Párroco por el buen desarrollo de su misión en favor del bien común.
La Misa fue celebrada después de que, tras las elecciones, yo le propusiera al alcalde que había sido reelecto con un 85% de los votos, celebrar una Misa por el éxito de su gestión. Sorprendentemente, lo tomó con gran naturalidad, diciendo que le parecía una muy buena idea. Fijamos la fecha para el día de Pentecostés por ser la fiesta de la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles; fecha muy propicia para solicitar su asistencia en favor de las autoridades locales.
Creo que necesitamos un poco más de atrevimiento para proponer este tipo de cosas. Muchas veces nos veremos sorprendidos que son bien acogidas, incluso por los que menos pensamos. Ver a todo un Concejo Municipal (gente buena en general, pero no necesariamente muy religiosa) que viene a pedir la bendición al Párroco en la cuna del laicismo es realmente conmovedor. Son ocasiones maravillosas que Dios nos da para el apostolado y para re-evangelizar Europa y su cultura.
Les ruego oraciones para que esto perdure y, poco a poco, podamos reinstaurar el Reinado de Cristo en las almas y corazones de los fieles, y en toda la sociedad con sus instituciones.
P. Carlos Hamel
Fraternidad de San José Custodio