La familia como valor y valía
El mundo necesita familias de corazón.
Un corazón en familia fraterniza al mundo.
Y hermanado el mundo, nace la armonía.
En un mundo que deshace familias,
el gran ausente es el amor, todo es vacío,
porque la vida es amar sin condiciones,
amar hasta que las piedras se enternezcan.
Vivir en familia para que el mundo sea uno,
es la única manera de vivir en paz
y el único modo de subsistencia humana.
El Creador inscribe en la mujer y el hombre
la innata unión y lo circunscribe al amor.
Nada es lo que es, sino es reflejo de Dios.
Déjale nacer a quien hoy es embrión
y dejémosle crecer en familia;
una sociedad que excluye este derecho,
inherente al árbol existencial,
se torna salvaje y el entorno se deshumaniza.
Lo que es saludable para la familia,
lo es también para la sociedad:
sumemos afectos antes que defectos,
restemos egoísmos, multipliquemos la ternura.
Porque no hay más querer que la ilusión de querer,
pasemos por la vida ¡amando!,
pasemos por la vida ¡creciendo!,
¡amando y creciendo como ser, y ser en familia!.
Víctor Corcoba Herrero
(25 de diciembre de 2009)