17.08.21

P. Rafael Jiménez: "Peregrinar a Covadonga fue el germen de algo grande y crucial en estos tiempos"

El P. Rafael Jiménez O.P. fue el otro dominico presente en la peregrinación. Analiza el sentido más profundo que tiene peregrinar como metáfora de nuestro caminar hacia el Cielo y de lo que puede suponer la peregrinación Nuestra Señora de la Cristiandad a Covadonga en aras a mantener viva la llama de la Tradición y ser un primer impulso para la reconquista espiritual de España.

Peregrinar es ciertamente una metáfora de la vida, pues nuestra patria verdadera es el Cielo, aunque digan que el que mucho peregrina poco se santifica…¿Por qué esto es así?

Como analogía creo que es bien adecuada. El peregrinaje supone un punto de inicio y uno de retorno; la dificultad del viaje; y la razón del movimiento. En todo ello se balancea tanto el valor de la vida humana, como su estructura esencial, basada en la red de relaciones de quienes se encuentran en el mismo estado de viador (homo viator). Sin embargo, la metáfora, tomada en amplitud de los términos, podría llevar fácilmente a considerar la vida como un movimiento sin sentido fijo y sin claridad en el origen ni en la meta, es decir, considerar la vida solo desde el punto de vista de quien “va”, y del de aquel que “vuelve”. Me explicaré.

Bien podríamos dividir a los seres humanos en dos grupos: aquellos que se asumen a sí mismos desde las coordenadas de su origen; y aquellos que lo hacen desde el fin al que se disponen. Los primeros se asientan en convicciones recibidas y operadas por una tradición en la que se encuentran, la mayoría de las veces, acríticamente; los segundos lo hacen en la esperanza trascendente de un significado más certero de su existencia, la mayoría de las veces, tiznado de cierto romanticismo idealista. Aquellos cifran la cumbre de su esfuerzo vital en la reflexión sobre lo que aparece en el tránsito de sus vidas, y estos conforman los acontecimientos al marco ideal de su pretensión última. Por lo que dice el principio metafísico: unusquisque operans sumit regulam operis sui a fine, bien parece que son estos últimos los que gozan de mayor grado de realismo en sus pretensiones, en tanto que toman la causa final como “eficiente de la eficiente”, según el decir Aquinate. No obstante, tanto unos como otros, tomados en sus extremos, manifiestan la parcialidad de un desequilibrio en la potencia creativa del fenómeno humano. La solución, como es habitual, se encuentra en el justo medio, en la conjunción de ambas dimensiones, es decir, en la amalgama estructural del orden onto-teológico que manifiesta el movimiento de ida y retorno, exitus-redditus, desde Dios y hacia Dios. Dios como origen y Dios como meta, siempre preservando la virtualidad de ambas perspectivas.

Dios tomado como origen es noción estable y constatable en el universo semántico de una tradición adquirida (y asumida), tradición que, por supuesto, requiere el empeño tanto del intelecto como de la voluntad humanas para su hechura. Dios como meta es, sin embargo, noción extensiva y evolutiva, capacitada de resignificación homogénea (no transformativa). Es, en el concurso de ambas nociones, en esa, como diría el Cusano, “circularidad lineal” del peregrinar humano, donde se encuentra el contenido fundamental y la razón de la vida natural y sobrenatural del hombre.

Muchas peregrinaciones son fuentes abundantes de gracias como esta de Covadonga. ¿Por qué decidió venir?

La primera noticia que tuve de la misma me vino de un amigo que la presentó en estos términos: “van a hacer en España una peregrinación tradicionalista”. Dado que no sabía de la existencia de peregrinaciones similares sino por comentarios vagos de lo que sucedía en Francia o en Argentina, me pareció, cuanto menos, sorprendente y hasta atrevida. No obstante, me animé enseguida a participar en el acompañamiento espiritual de aquellos fieles que encuentran un legítimo y sano reclamo a la conversión del alma, en la liturgia tradicional de la Iglesia Romana. Esa fue quizá una de las gracias que pude recibir en la peregrinación, el conocimiento cierto de las motivaciones que muchos peregrinos albergan a la hora de cultivar el amor hacia las formas rituales, y las expresiones teológicas, de la tradición antedicha. A pesar del ambiente creado en torno a la publicación del Motu Proprio Traditiones Custodes, aquellos peregrinos lo vivieron todo con el auténtico Evangelii gaudium que, como recuerda el Santo Padre, se abre paso siempre ante cualquier adversidad: La alegría del Evangelio es esa que nada ni nadie nos podrá quitar (cf. Jn 16,22). Los males de nuestro mundo —y los de la Iglesia— no deberían ser excusas para reducir nuestra entrega y nuestro fervor. Mirémoslos como desafíos para crecer. Además, la mirada creyente es capaz de reconocer la luz que siempre derrama el Espíritu Santo en medio de la oscuridad, sin olvidar que «donde abundó el pecado sobreabundó la gracia» (Rm 5,20)(EG n.84).

Esta peregrinación tiene un fuerte carácter simbólico, por muchos motivos y por las circunstancias actuales.

Más que simbólico, que lo es sin duda, este acontecimiento, es decir, la idea de revolver los cimientos de la fe personal a través del “retorno” a la fuente de esa misma fe, la figura de María en el origen geográfico de España, es, sobre todo, significativo, tanto para las personas que han participado, y que sin duda lo seguirán haciendo, como para el resto de la sociedad en la que se insertan. Esta peregrinación creo que ha supuesto un punto de inflexión a la hora de valorar lo que supone para la Iglesia el valor intrahistórico de su tradición en la configuración, no solo de la identidad sociocultural y política de los pueblos, naciones o estados con los que convive, sino, sobre todo, en la configuración del horizonte expansivo del fenómeno humano (lo que el P. Chavarri, O.P. llamaría la “antropósfera”), iluminado hacia la trascendencia valorativa que aporta el concepto sacramental del Dios-hombre y del hombre-capax Dei. Dicho de modo más simple, la peregrinación a Covadonga hace reconocer a una juventud que ha escogido el camino de las grandes ideas, y que, por ello mismo, puede ser fuente de esperanza para un futuro prometedor en cualesquiera de las dimensiones en las que se desarrolla la historia del hombre.

Dios ha demostrado en la historia que las grandes cosas, pueden nacer en encuentros sencillos, que a los ojos del mundo no tienen ninguna trascendencia. ¿Podría ser el caso de esta peregrinación?

Como ya he dicho, creo sinceramente que esta peregrinación es el germen de algo grande, por lo que de crucial tiene para el tiempo actual, esto es, que puede ser el germen de la superación de una cierta “esquizofrenia” que lastra al mundo occidental desde el albor de la modernidad (idea central de la crítica de U. v. Balthassar a la misma). Es cierto que el número, la cantidad y la medida son categorías que modifican la existencia de ciertas realidades y supone su equilibrio, o bien el acierto de dicha existencia, o bien el horror de la fealdad (según el concepto albertista). Sin embargo, cuando se trata de la acción de la Gracia, tales categorías suelen operar de forma diversa, pues el número se volatiliza en lo infinito, la cantidad en lo absoluto, y la medida en lo eterno. Por ello, si lo miramos con los ojos de la fe, lo que ha empezado sin el numero o la magnitud suficiente como para ser significativo en el mundo natural, bien lo puede ser, y de hecho suele pasar así, en el mundo sobrenatural de la Gracia, que es, en definitiva, el que nos interesa en ultima instancia.

En una peregrinación hay tiempo para rezar, para cantar, para hablar, para reír…y también para pensar en Dios. ¿Ha tenido ocasión de reflexionar, de intimar con el Señor estos días?¿Ha percibido en los peregrinos hambre y sed de Dios?

Bastante. Sobretodo de el modo que más se adecúa a mi gusto y a mi estado de vida. Como dominico no me queda otra que imitar a Santo Domingo, quien solo hablaba con Dios o de Dios, y por ello, la más de las veces el éxito de mis “pesquisas” piadosas, por decirlo de modo jocoso, suele variar en función de cuanto he podido hablar de Dios y con Él. La peregrinación ha sido una constante de predicación bidireccional, pues si bien es cierto que no he parado de debatir y discutir, a veces por el arrogante placer de pronunciar un alto discurso que supera con creces lo que yo pueda llegar a entender (mea culpa) desde el dogma más elevado, hasta el pormenor más ínfimo del rito, también he podido recibir la enseñanza vivida de las muchas personas con las que he compartido un rato de amena conversación o el rezo cotidiano del rosario. No deja de sorprenderme cuanto puede aportar el laico luchador en medio del mundo, cuando es capaz de centrarse precisamente en la faena que se le presenta como tal. Y en la peregrinación había muchos de estos.

A esto ayuda contemplar las maravillas de la creación y sobretodo el silencio.

El silencio de uno mismo, de su miseria y de su imperfección. El silencio de la creación es más bien un sonoro concierto de viento metal que ha cada movimiento y segundo de existencia proclama vibrante la majestuosidad de la forma primordial de toda Belleza. Reflexionaba estos días de peregrinaje por el principado, lo mucho que preocupa en los actuales círculos académicos eclesiales la cuestión ecológica y el sostenimiento de la simbiosis necesaria entre el ser humano y el resto de la creación. Y no es que haya podido dar una solución ni tan siquiera remota a la cuestión, pero sí puedo decir que la necesaria convivencia del ser humano con el orden creado pasa irremediablemente por contemplarlo y contemplarse a si mismo, como reflejos de la multiforme unidad del Dios creador. El mantenimiento de la diversidad como rito de alabanza de una Gracia que es tan inconmensurable que solo una infinidad de actos contingentes es capaz de hacer intuir su perfección. Contemplar las maravillas de la creación es sin duda un acto de adoración que conlleva el silencio de la “capacidad” humana qua humana, y que eleva el sonido vibrante de la criatura que es capaz de reconocerse en su creador.

El momento de la Santa Misa es un momento especial, trascendente y de valor infinito, pues se perpetúa el mismo sacrificio del Calvario…¿Cómo ha vivido el Santo sacrificio del altar estos días?

Cuando decidí venir a la peregrinación, sabiendo que se requería un cierto conocimiento de la celebración del rito romano tradicional, lo primero que hice fue advertir que yo no conocía la entonces “forma extraordinaria” del rito romano, sino que yo celebraba siguiendo el misal del rito propio de la Orden de Predicadores. No son muchas las ocasiones que un dominico puede tener de celebrar esa joya de su tradición, que fuera preservada de la extinción en la gran criba uniformadora del misal tridentino. Y debo de confesar que me sorprendió que muchos de los presentes manifestaran su sorpresa y su interés sincero por reconocer dicho patrimonio tan preciado para los dominicos. Por ello, el santo celebrar de la Eucaristía me ha resultado sosegante y a la vez altamente perturbador. No hace mucho que he sido ordenado sacerdote y en los comienzos de la sagrada actividad es muy común o darlo todo por entendido, o estar realmente perdido, tanto en lo practico de la rúbrica, como en lo invisible de la fe y la intención necesarias para el sacramento. Por ello, en esta peregrinación he podido experimentar el valor que tiene la seguridad de unas formas rituales que no dejan lugar a dudas sobre lo que ha de ser creído y sostenido para el éxito de un milagro inconmensurable. Por un lado, profundizar en formas rituales que encierran altas verdades de la scientia prima provoca perturbación en el animo al primario reconocimiento de lo inconmensurable, y por otro lado, el aval de los siglos de historia de las dichas formas y conceptos, sosiega en la creencia de que la Fe, más que virtud del privado esfuerzo, es constructora de un orden sincrónico que realmente hace al hombre alcanzar lo inalcanzable.

¿Qué frutos espirituales espera de la peregrinación?

Para mí solo querría la alegría y la ecuanimidad del trabajo apostólico y la predicación a pesar de las dificultades de mi propia debilidad y de la de mis hermanos de camino. Para quienes participaron, la alegría evangélica de saber que se crea una nueva oportunidad para el triunfo de Dios en lo más insignificante de la historia y el compromiso con la misma, que haga maravillar al pagano e idolatra frente al amor que se manifiesta en contra de su errada doctrina. Y para quienes participaren en el futuro, la conciencia de que jamás esta perdido un sacrificio a Dios, aun siendo remiso y, a veces, hasta inconsciente (aunque el P. Lagrange, O.P. diga que no).

Por Javier Navascués

2 comentarios

  
Jesuita
Un gran sacerdote!!
17/08/21 1:09 PM
  
Encarna
Me gustó mucho ver ,que los sacerdotes que pertenecían a alguna orden llevasen su hábito .En concreto me llenó de alegría ver a dominicos pues cómo también le dije al Padre Rafael ,le tengo mucho cariño y gran admiración al Padre Royo Marín ,gran teólogo dominico.
Gracias a todos los sacerdotes por haber estado presentes en la peregrinación ,habéis sido fundamentales.
17/08/21 11:09 PM

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15.08.21

Emeterio Ferrés: “En Covadonga se vio que la Misa Tradicional se abre camino de modo incontenible”

In memoriam

Emeterio Ferrés Arrospide, fundador de Tradición Familia y Propiedad en el Uruguay, es fiel seguidor del pensamiento del Profesor Plinio Corrêa de Oliveira. Comparte con nosotros sus profundas reflexiones sobre la peregrinación Nuestra Señora de la Cristiandad a Covadonga.

Usted como uruguayo, ¿cómo ha vivido esta peregrinación a España de marcado carácter hispánico?

Es una pregunta que muchas veces me hago. Y que al responder voy a extender a Portugal. Como es sabido, el Uruguay es un país híbrido de nacimiento. Fue una tierra disputada por siglos entre España y Portugal y, más tarde, entre el Brasil y la Argentina. De este entrechoque surgió un país híbrido por nacimiento, mitad español y mitad portugués. Tenemos apellidos de los dos lados. Una realidad que es racial y cultural, evidentemente. Cuando entro en España experimento siempre una sensación curiosa. Me digo, “estoy en casa” y, al mismo tiempo, “no es exactamente mi casa”. Tratando de resumir diría que es lo que experimenta un hijo recién casado cuando va de visita a la casa de sus padres. Con 200 años de independencia,es apropiado que nos sintamos recién casados.

Este sentimiento lo experimento muy especialmente en lo que toca a la religión. Las imágenes de la Virgen aquí, por ejemplo, tan españolas, tan majestuosas, tan trágicas cundo exprimen el dolor de Madre, tan omnipotentes cuando se trata de ofrecernos su mediación, o su “omnipotencia suplicante”.

España nos hace bien. Nos tonifica. Recuerdo el consejo dado por Santa Teresa a sus religiosas cuando le traían problemitas: “¡Sean hombres!”. ¡Por Dios, que precisamos un catolicismo así!

La piel de toro requería una peregrinación de estas características de impronta española, pero también con la presencia de hermanos portugueses…

¡Sin duda! Como insinué arriba, Portugal es la otra cara de la Península. Y como híbrido, me sentí muy a gusto al transitar entre una y otra versión ibérica. ¡Son tan parecidos y a mismo tiempo tan diferentes! Tal vez cueste ver las diferencias desde fuera así como los parecidos desde dentro. No hay espacio aquí para ahondar; pero valdría la pena esbozar parecidos y diferencias al hablar del modo de ser católicos, de decorar las iglesias, de rezar… Señalemos, nada más, que de un lado diremos la Santísima Virgen y del otro “Nossa Senhora”… Digo de paso que me gustaría resaltar la presencia francesa también.

Estas cosas aparentemente insignificantes, a veces tienen más trascendencia de la que pareciera al ser la primera llama que se enciende…

Tendría dificultad de imaginar como a alguien podrían parecerles insignificantes los días que vivimos en esa caminata. Confieso que vine porque un amigo brasileño-británico me incitó. Y después yo mismo arrastré a un amigo francés y otros en Portugal. Sinceramente, sólo hesité al principio. Después sólo fueron encantamientos. Y la ocasión de recibir gracias que no esperaba.

Hace años la liturgia tradicional no tenía apenas presencia en España, ¿Este evento puede ser un despertar de la misma en la Madre Patria?

No sabía que el aprecio y difusión de la Misa Tradicional era tan incipiente en España. Siempre que estoy de paso en Madrid, o en Sevilla, sé donde encontrarla. Si comparo esta realidad con Portugal, donde la situación es realmente penosa por la oposición cerrada que se hizo por años al Summorum Pontificum, España siempre me pareció un paraíso. En todo caso, creo que la Misa Tradicional se está abriendo camino, de modo incontenible, en el mundo entero. Los obstáculos acabarán por servir de estímulo. Creo que hay un actuar profundo del Espíritu Santo en las generaciones jóvenes que los hace buscar la trascendencia, el sentido de verdad junto con las conductas que todo eso generan. Este movimiento se observa notoriamente en lo religioso pero también en lo cultural, en lo político, en lo filosófico. Me impresionó el tipo de temas que tratábamos con desconocidos mientras caminábamos. Me impactó sobre todo el rechazo a todo lo que huela a libertario. Pero me impresiona también el nivel de erudición y de información.

Como miembro de la Fédération Pro Europa Christiana FPEC y de Tradición, Familia y Propiedad – TFP, ¿cómo valora este evento en el que han participado tantas familias católicas?

Como fundador que soy de Tradición Familia y Propiedad en el Uruguay y, por lo tanto, como seguidor del pensamiento del Profesor Plinio Corrêa de Oliveira, hay una cosa que me atrajo poderosamente desde el comienzo en esta iniciativa: el haberla colocado bajo el amparo de Nuestra Señora de la Cristiandad. Porque, si corresponde al clero la tarea suprema de la santificación y salvación de las almas, que podríamos llamar Cristianismo, corresponde a los laicos el cuidado de la Cristiandad entendida como la organización de una Cultura y una Civilización según la doctrina de la Iglesia. Así harmoniza el Dr. Plinio estos dos cometidos:

“ … la acción contra-revolucionaria implica una reorganización de toda la sociedad temporal: ‘Hay todo un mundo que debe ser reconstruido desde sus fundamentos’, dijo Pío XII1 ante los escombros con que la Revolución cubrió la tierra entera.”

“Ahora bien, si de un lado esta tarea de una fundamental reorganización contra-revolucionaria de la sociedad temporal debe ser del todo inspirada por la doctrina de la Iglesia, por otro lado envuelve un sinnúmero de aspectos concretos y prácticos que están propiamente en el orden civil. Y a este título la Contra-Revolución trasborda el ámbito eclesiástico, aunque continúa siempre profundamente ligada a la Iglesia en lo que se refiere al Magisterio y a su poder indirecto.”2

Igualmente ha habido muchos jóvenes entusiastas más fascinados por los más nobles ideales que por el espíritu del mundo…

¡Sin duda! La impresión que me queda es que conjugaba muy bien lo que digo arriba. Antes de más nada una busqueda de una identificación personal con Nuestro Señor Jesucristo, alfa y omega. Alfa, porque allí comienza todo, es el fundamento de todo. De allí pasamos, por desborde, si se quiere, a la reivindicación de las respectivas Cristiandades.

En este sentido me emocionó escuchar a la joven delegación francesa entonar La Strasbourgoise, la canción que evoca a la niña heroica que resistía la ocupación alemana. Canción que concluía con la recitación del rosario u otro himno devocional. ¡Todo junto!

Así todo termina de vuelta en Nuestro Señor, el omega.

Lo que digo no menoscaba Alemania. ¡Qué lindo hubiera sido tenerlos también! Hermanados en una misma Iglesia, reivindicar su Cristiandad, sus tradiciones, su imperio cristiano que alguna vez hasta fue regido por un emperador quien también reinaba en España, justo cuando ésta daba a la Iglesia el mundo nuevo. ¡Si habrá motivos para evocar la Cristiandad!

Cabe destacar el comportamiento exquisito de los participantes y el amor y fidelidad a la Iglesia.

El comportamiento, ¡impecable! El recato, la modestia, todo como debía ser. Cuando pasábamos por algún área urbana más importante, a veces se hacía notar el contraste entre los peregrinos y ambientes más marcados por el neo-paganismo reinante.

El amor y fidelidad a la Iglesia, particularmente puestos a prueba en aquellos días, fueron sobresalientes. De haber faltado, no encontraríamos mucha cosa que valorar. Creo que quedaría muy poco.

1 Exhortación a los fieles de Roma, 10-II-1952, Discorsi e Radiomessaggi, vol. XIII, p. 471.

2 (R-CR: P II, Cap. XII, 7)

Por Javier Navascués

1 comentario

  
Hermenegildo
En España también decimos "Nuestra Señora" para referirnos a la Virgen María.
15/08/21 10:49 PM

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14.08.21

Luis Ramón, ganadero, considera la peregrinación a Covadonga una victoria contra el mundo moderno

Luis Ramón Rodríguez-Borlado Cuesta es un ganadero de Almodóvar del Campo, pueblecito a 7 kilómetros de Puertollano (Ciudad Real). La España profunda en el sentido más entrañable y positivo. Ha participado en la peregrinación Nuestra Señora de la Cristiandad a Covadonga bajo el estandarte de Nuestra Señora de las Victorias del Instituto Lepanto. Nos da su testimonio y sus reflexiones sobre los inolvidables momentos vividos.

¿Qué supone para usted haber sido uno de los cientos de peregrinos de este evento pionero en España?

Para mí ha supuesto una victoria contra el mundo moderno, alejado de Dios y privado de la verdadera alegría. Tenía muchas ganas de que hubiera un Chartres español. Conocía la peregrinación que hacen Francia y deseaba participar, aunque no lo veía realizable. La peregrinación ha supuesto para mí un reto de superación física, que he abrazado con una intención penitencial. Y ha sido un despertar de la esperanza, al ver tantos jóvenes con fe, con alegría, dispuestos a luchar por algo más grande que ellos mismo.

¿Era consciente en cierta manera de formar parte de un gran evento, de esa pequeña historia donde nacen las grandes gestas?

Por supuesto: cuando vi el vídeo que la organización ha elaborado tras la peregrinación, me di cuenta que habíamos hecho historia, que yo había estado allí, en la primera edición de algo que va crecer, porque ha sido tan bello y puro que estoy convencido que cada peregrino traerá el año próximo a otros dos, o más… La Misa Tradicional está asociada a gente nostálgica, ancianos que la vivieron en su día, pero esta peregrinación nos ha mostrado que hay mucha juventud, muchas familias y mucho futuro. A mis treinta y siete años, ¡yo era de los más viejos de la peregrinación!

¿Hasta que punto le hace ilusión poder formar una familia, tan piadosa como las que se han visto en la peregrinación?

Me hace mucha ilusión poder llegar a formar una familia donde se enseñe el amor a Dios y al prójimo, se transmita nuestra cultura cristiana y pueda ofrecer al mundo hombres y mujeres fuertes y libres. ¡Y ojalá el Señor me regalara ser padre de un sacerdote o religiosa! Es igualmente muy alentador ver familias numerosas católicas en este mundo donde se prefieren las mascotas a los hijos, los católicos son los que apuestan por la vida frente a la cultura de muerte.

¿Por qué los lazos en Dios, en un mismo espíritu, son más profundos incluso que los lazos de la carne?

Porque Dios es el deseo más profundo y verdadero de todos los corazones, y cuando nos unimos en una misma fe y esperanza, los vínculos que se crean son más fuertes que la mera camaradería o el colegueo: son vínculos de fraternidad. Ecce quam bonum et quam jucundum, habitare fratres in unum!

 

¿Cuál ha sido el momento de la peregrinación que más le ha tocado el corazón?

Sin duda, el día que salimos. No dejaba de recordar el poema de J.R.R. Tolkien, “El lamento por Theoden

Adiós, saluda a las gentes libres,

el hogar, el trono, en los sitios sagrados

de las celebraciones en los tiempos de luz.

Avanza el rey: atrás el miedo

y adelante el destino. Leal y fiel,

todos los juramentos serán cumplidos.

Al iniciarse la procesión, ¡avanzaba el Rey en brazos de la Reina! Es un canto a la esperanza: nos pusimos en camino para ser dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

Háblenos de la importancia de tener un buen sacerdote como amigo y persona que nos oriente.

Tengo tres buenos amigos sacerdotes, con tres carismas completamente distintos, que son un buen apoyo en mi vida. Sin embargo, también he conocido sacerdotes, a los que apreciaba, pero que suponían una rémora para crecer en la vida cristiana: demasiada agua en el vino para hacerlo más pasable hicieron que perdiera el gusto del vino.

A un sacerdote le pido que se crea aquello que predica, que no lo reduzca ni lo simplifique. No le pido que sea perfecto, sino que sea fiel en anunciar lo que ha recibido. Como ganadero, sé que cuando el pastor se duerme, el rebaño se dispersa y está a merced de las alimañas.

También es necesario, además de formarse, tener vida de oración y de ascesis.

Tengo el honor de ser paisano de dos grandes santos, maestros de oración, de vida penitente y alegre, padres de santos: san Juan de Ávila, doctor de la Iglesia, y san Juan Bautista de la Concepción, reformador trinitario. Con motivo del Año Jubilar de San Juan de Ávila, que celebramos en Almodóvar del Campo, volví a la vida de fe en la parroquia, como voluntario y catequista. Muchas horas he empleado, con gusto, de vigilia y trabajo, para sacar adelante el proyecto jubilar, y todo lo hecho por amor a la Iglesia, para ganar almas y poder ofrecer algún sacrificio que diera gloria a Dios. La parroquia ha sido la escuela donde aprendí a ofrecer a Dios mi propia vida: para cambiar el mundo, empecemos con pequeños compromisos con los más cercanos.

Por Javier Navascués

7 comentarios

  
Oscar
Sr Navascues: Acabo de ver un video de la peregrinacion llegando a Covadonga, y la mayoria con el bozal puesto. Lo ultimo que me faltaba por ver, o sea, una peregrinacion supuestamente tradicional y usando bozal.
Os habeis vuelto locos? pero queda algun espanol, ya no digo viril que no, sino con cordura? pero esto que es?? entrando a Covadonga con bozal. Estais locos, apaga y vamonos
Esto no son insultos, ni improperios, es una evidencia
14/08/21 9:02 PM
  
África Marteache
Oscar: Ser tradicional no obliga a negar la pandemia.
14/08/21 11:27 PM
  
Mariana M
Cada uno hace como puede, con los defectos y miedos de cada uno. Quizá para que no los critiquen.
Negar se puede negar, con certeza absoluta, la sinceridad de la casta dirigente, por lo público y por lo empresariado prebendario.
No nos van a decir la verdad porque no predican el Evangelio. Nos van a decir lo que les sirva a ellos para quedarse en el poder y atender a sus intereses particulares. Un gobernante no se despoja de su interés, ni de su ego.
15/08/21 2:31 AM
  
Alberto el retrógrado y rígido o quizá simple católico
Alguien que se cree el rollo pandemico dudo que sea un buen seguidor de Cristo. O no reza o no pide a Dios entendimiento para discernir o ve demasiada televisión, que al fin y al cabo aleja de Dios.

Ahora bien, mucha gente se pone el bozal no por su propio miedo sino por los miedos de los demás y por respeto a la institución en la que están, que puede recibir represalias.

Yo conozco alguna congregación que en misa casi nadie lleva el bozal. Por supuesto, es tradicional, pero no voy a nombrarla.
15/08/21 11:39 AM
  
Javidaba
África, me da la impresión de que aún no te has enterado de que el 11º Mandamiento de la Ley de Dios es "Entrar en Covadonga sin bozal o mascarilla".
15/08/21 12:52 PM
  
Oscar
Me acabo de enterar de que el bozal no es obligatorio siempre que haya una distancia de metro y medio. No lo sabía, quizá fuera esa la razón. En verdad que me quedé desolado al verlo, pero quizá esa fuera la razón, bueno, respiro
15/08/21 1:50 PM
  
Tulkas
Oscar: sin mascarilla lo mismo envían a la policía.

Me gustaría contactar contigo, si a Navascués le parece bien, que te facilite mi email.
16/08/21 9:50 AM

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13.08.21

Hno Nivia (seminarista IBP): “En Covadonga los peregrinos me han hecho amar más el sacerdocio”

Hno Cristhian Nivia es seminarista del Instituto del Buen Pastor, oriundo de Bogotá-Colombia. Actualmente se encuentra radicado en Francia, cursando su cuarto año académico en el seminario San Vicente de Paul, ubicado en Courtalain-Francia. Valora de forma breve lo que ha supuesto para él peregrinar en tierra de reconquista.

¿Qué ha supuesto para un seminarista como usted participar en este evento en cierta manera histórico I Peregrinación Nuestra Señora de la Cristiandad -España?

Ante todo, una responsabilidad, puesto que como seminaristas cumplimos una doble función. La primera estando al servicio de los peregrinos, que nos buscan con el fin de conocer más sobre nuestro instituto, nuestra formación, nuestra visión de la Iglesia en estos tiempos y también muchos de ellos buscan en nosotros una palabra de aliento en ese arduo y continuo caminar que cansa el cuerpo pero que revivifica el alma. También estando al servicio de los padres, puesto que ayudamos animosamente a la preparación, montaje y servicio de las Santas Misas cotidianas, y en el camino ayudando a animar el espíritu de la peregrinación con las meditaciones diarias, con el rezo del santo rosario y muchas veces con algunos cantos y chascarrillos. La segunda, no olvidando que hacemos parte de los peregrinos, que también vamos con un espíritu penitencial, queriendo ganar muchas gracias de Dios ofreciéndole todo por nuestras necesidades familiares, personales y claro, por la Madre Iglesia.

Además en un lugar tan emblemático de la Madre Patria que enardece el espíritu….

Totalmente, no fue ni el azar ni tampoco un detalle insignificante realizar la primera peregrinación en una región tan importante para España, para Europa y para América Latina. Al contrario, es un llamado de Dios que nos invita a revivir, a recordar, a conocer la verdad de una historia olvidada, de un país que se ha forjado entre favores y auxilios de la Santa Madre de Dios. La Santina, REFUGIUM PECCATORUM, nos llamó y nos acogió a todos sus peregrinos. Digo “nos llamó” porque a imagen de nuestros antepasados (que suplicando a Dios buscaban refugio), así íbamos nosotros atendiendo al llamado, acercándonos a esa pequeña cueva que fue, que es y que será un refugio seguro contra los enemigos de la madre patria España.

¿Cómo le ha hecho aumentar su amor al sacerdocio y a la Misa de siempre?

Demasiado, y pienso que es una gracia de Dios, pues los peregrinos me han llenado de ánimo y de fuerza para continuar con mi formación, con mis estudios, con mi amor hacia el sacerdocio y que mejor medio para lograr esto, que seguir la Santa Tradición de la Iglesia, aferrándonos al tesoro que Dios nos ha conferido, como lo es la Santa Misa de siempre, la cual ha formado una innumerable cantidad de santos y la cual espero celebrar, sí Dios me lo permite, en una nueva versión de la peregrinación.

También ha tenido la oportunidad de conocer a varios sacerdotes celosos.

Y no solo de conocerlos, si no de aprender de ellos, compartiendo momentos muy agradables, forjando una amistad fraterna. Y eso para mí fue muy valioso, pues el estar alrededor de muchos padres que llevan años ejerciendo el sacerdocio nos impregnan de su experiencia, de su ciencia y de su amor por el sacerdocio.

Ha destacado el gran número de jóvenes, tal vez algunos de ellos con vocación al sacerdocio o a la vida consagrada…

Por supuesto, y me alegra, tuve la oportunidad de conocer algunos jóvenes que van a entrar al seminario, otros que lo están pensando y otros que seguramente atenderán al llamado de Dios después de la peregrinación. Pero lo que más ha destacado es que poco a poco vamos viendo ese resurgir de la Iglesia en España gracias a la juventud. Muchos de los jóvenes que fueron, vienen de familias poco o nada católicas, que iban ofreciendo su peregrinación por la conversión de sus padres, hermanos y familiares, que iban inquietos por aprender más de la Santa Misa, por aprender más de la Iglesia, y que personalmente me sorprendió muchísimo. Sé que de tantos jóvenes y niños, Dios se servirá para restaurar y conquistar la España que por tanto tiempo fue la lámpara encendida que alumbró al mundo.

Igualmente ha sido muy poderosa la presencia de las familias católicas como Dios manda.

El aporte de las familias fue muy valioso, pues la unión, el respeto y la piedad que se veían en las familias hicieron llorar a más de uno. Literalmente, habían personas que al paso de la peregrinación lloraban de emoción al ver familias compuestas de seis, siete y hasta ocho hijos, y ni que decir en el momento que se celebraba la Santa Misa, allí reinaba un silencio solemne y conmovedor, que hoy en día es casi ausente en los templos, donde todos desde el más chico al más adulto, se disponían a adorar a Cristo Sacramentado. Así pues, esa poderosa presencia de las familias que sirven de ejemplo para tantas otras son y serán tan importantes para las próximas peregrinaciones, que esperamos muchas más se animen el próximo año, pues cabe recordar que “familia que reza unida permanece unida”.

La magnífica acogida de todo el mundo al paso de la peregrinación es señal de que mucha gente espera un resurgir de la fe católica.

Esa es nuestra tarea, contribuir con la reevangelización, por así decir, de España. Toda la peregrinación tiene como objeto pedir a Dios que vuelva su mirada a esté su pueblo español y a su Iglesia, que sufre como nunca los ataques del viejo enemigo, pero que aún muchos resisten y no pierden la Fe. Sabemos que éste resurgir no será posible si no volvemos nuestra mirada a la tradición, a ese monte santo de donde nos viene la salvación, de donde nos viene la Verdad Revelada, la cual de generación en generación se nos ha transmitido, y a la cual debemos seguir firmes y fielmente. Unidos todos en este largo peregrinaje que es la vida, manteniendo lo que tenemos sin que nadie robe nuestra corona de gloria. Por eso me alegro de la gran acogida que ha tenido la peregrinación, pero aún más de esos jóvenes que tomaron la iniciativa de llevar a cabo una empresa tan grande como Nuestra Señora de la Cristiandad España, y que espero sigan trabajando con esmero y celo por Dios. En cuanto a mí, yo quedo agradecido con la organización por la invitación y por la confianza depositada en mí. Seguiré ayudando y asistiendo si Dios me permite.

Por Javier Navascués

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12.08.21

Rodríguez Almenar, experto mundial en la Sábana Santa, analiza cómo vivió peregrinar a Covadonga

Jorge Manuel Rodríguez Almenar es profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Valencia. Licenciado en Derecho y Doctor en Historia del Arte por la Universidad de Valencia, es Presidente del Centro Español de Sindonología y profesor colaborador del Ateneo pontificio Regina Apostolorum de Roma.

En esta entrevista, concedida gentilmente a InfoCatólica, analiza en profundidad y, con una mirada a modo de caleidoscopio, toda la riqueza y los matices de la experiencia vivida estos días en la peregrinación Nuestra Señora de la Cristiandad a Covadonga.

Usted es un hombre de ciencia pero ante todo es un hombre de fe… ¿Es incompatible para un científico peregrinar?

Quizá lo primero que habría que decir es que no existe ninguna contradicción entre ser un hombre de ciencia y ser un hombre de fe. De hecho, la mayor parte de los premios Nobel de Ciencias concedidos hasta ahora se han otorgado a hombres cristianos.

En mi caso, aunque yo estudié ciencias puras en el bachiller, luego hice la licenciatura en Derecho (soy profesor del Departamento de Derecho Civil de la Universidad de Valencia) y he terminado haciendo el doctorado en Historia del Arte. Creo que con ese currículum estoy legitimado para decir que considero que un intelectual debe ser una persona de amplias miras y que no debe limitar su conocimiento a lo que sea simplemente su ocupación.

Desgraciadamente, en el proceso de degradación que está sufriendo nuestra universidad se ha perdido su misión tradicional que era la de formar hombres con un cerebro “amueblado” y capacidad para desempeñarse más allá de su profesión. Ahora nos limitamos a la producción de simples operarios en lugar de formar intelectuales.

Pero la sabiduría, no puede limitarse exclusivamente a lo que es la ciencia empírica. Para cada persona es un imperativo moral desarrollar el conocimiento en todos los ámbitos en que le sea posible. Entendido esto de forma correcta podemos ver que es un pensamiento plenamente cristiano, pues se trata de hacer fructificar todos los talentos que Dios nos ha dado.

En mi casa esta era una de las “ideas fuerza” que dirigió nuestra educación. Mi padre nació en un pueblecito de Soria que no pasa de 100 habitantes y a pesar de las dificultades —y por su propio esfuerzo— estudió dos carreras, llegando a ser Decano de la Facultad de Bellas Artes y académico de la Real Academia en Valencia. Un hombre hecho a sí mismo, de profunda fe, recia, sin ñoñerías, pero con una gran coherencia. Un ejemplo admirable de lo que es un hombre sabio.

Dicho esto se puede entender que, para mí, peregrinar sea algo perfectamente natural pues la peregrinación es siempre una parábola sobre el sentido profundo de la vida del cristiano. ¡Si la vida no es más que una peregrinación hacia la Casa del Padre!

Peregrinar nos permite darnos cuenta de lo que realmente es importante en la vida: la sabiduría que podamos acumular y las buenas obras que podamos realizar. Además, todo hombre necesita hacer periódicamente un alto en el ajetreo que nos absorbe y reflexionar sobre el sentido profundo de su existencia, y la peregrinación ayuda a hacerlo. ¡Cuánta gente —hoy en día— se lamenta de que la vida no tiene sentido, mientras alardea de haber destruido el sentido real de la misma!

¿Por qué decidió participar en la peregrinación Nuestra Señora de la Cristiandad a Covadonga?

Para ser sincero tendría que decir que no fue algo muy planificado. Simplemente me dejé llevar siendo consciente, eso sí, de que era algo que merecía la pena. No solo por su significado espiritual sino también por reivindicar la raíz católica de España.

En el momento actual, España necesita reencontrarse con el sentido de su existencia como pueblo. No se puede entender a sí misma sin reconocerse en Roma y en la Cruz. Y peregrinar a Covadonga no es sólo visitar una basílica de la Virgen —hay muchas en nuestra tierra— es, también, reencontrarse con la raíces de la reconstrucción de España, que se realizó en la reconquista, al recuperar la unidad católica que se había conseguido con la conversión de los reyes visigodos.

Como decía S. Juan Pablo II, Europa se hizo peregrinando, pero pocos saben que el origen de la peregrinación a Santiago de Compostela fue Oviedo y la visita a la Cámara Santa. Los peregrinos cantaban “Quien va a Santiago y no al Salvador, visita al lacayo y deja al Señor”.

Los organizadores de nuestra peregrinación a Covadonga han tenido claro que esta primera peregrinación pretende que el peregrino se encuentre ante la realidad histórica que formó España, que no puede entenderse sin el sentido cristiano que animó aquellos que la construyeron a largo de los siglos.

En este sentido, ha sido un gran acierto iniciar el recorrido en la catedral de San Salvador de Oviedo, donde se encuentra la Cámara Santa. Una peculiar construcción que es la parte más antigua de la catedral, la capilla donde se guardaban las reliquias que legitimaban la monarquía hispana, y muy especialmente el Santo Sudario. Una de las más grandes reliquias de la cristiandad y que, sin embargo, es muy poco conocida en España.

Efectivamente, usted es un experto en el estudio de las más importantes reliquias como la Sábana Santa, el Santo Sudario, el Santo Cáliz…

Desde el momento en que supe que se iba a hacer esta peregrinación me ofrecí a los organizadores del Capítulo de Valencia para dar una charla a los participantes sobre los estudios que durante años realizó el Centro Español de Sindonología, del que soy Presidente, sobre el Santo Sudario de Oviedo.

Visto el entusiasmo que suscitó la iniciativa, lo que iba a ser una pequeña charla se prolongó en el autobús que salió desde Valencia hasta Oviedo, y más allá, porque estuve contestando preguntas a muchos de los que se acercaron a mí durante las jornadas del camino, especialmente en los momentos de descanso y no solo a los componentes del Capítulo de Valencia sino de otros muchos. Me sorprendió que algunos me reconocieran por haber visto en alguna de mis conferencias subidas a internet y tuvieran la confianza de abordarme con total naturalidad. No deja de ser otro efecto que produce la peregrinación, que iguala a todos y crea relaciones fraternas entre los que se dirigen al mismo destino.

Días intensos, muchas sensaciones vividas, pero sobre todo un bien para el alma de los presentes… ¿Qué beneficio notó en la suya?

Creo que he tenido la oportunidad de hablar con muchas personas y me ha impresionado vivamente el interés por la cultura y la vivencia religiosa de quienes participaban en estas jornadas, —muchos de ellos jóvenes universitarios— y el contraste con la indiferencia generalizada que predomina en muchos de nuestros estudiantes. Las preguntas de estos jóvenes, muy interesantes y muy inteligentes, mostraban que existe entre ellos una inquietud por profundizar en la cultura cristiana.

Pienso que hemos llegado ya a un nivel de desconocimiento tal de nuestras señas de identidad católica que lo que antes era tradicional ahora suena totalmente nuevo a aquellos que no han tenido la oportunidad de conocer realmente lo que fue una España católica. A fuerza de ignorarla y ocultarla creo que se está llegando a tocar fondo, y eso siempre es el principio de la remontada.

Era sorprendente ver a chicos de poco más de 20 años definiéndose como conversos, y manifestando su voluntad de profundizar en esas raíces cristianas de las que antes hablaba. Yo recuerdo una España que era superficialmente católica donde la gente iba a misa simplemente porque iban sus vecinos, pero faltaba una formación profunda de fondo. Lo que yo constato es que la nueva religiosidad tiene que estar fundamentada muy bien porque nace en un entorno totalmente adverso. Pero, en contra de lo que parece, no está todo perdido.

Por supuesto que esto supone un beneficio espiritual para todos y también para mí, porque supone encontrar que existe esperanza. Aunque sea un pequeño remanente existe todavía la llama que puede originar el renacimiento de una nueva Iglesia católica en España.

Nada puede compararse con la presencia real de Cristo en la Eucaristía. ¿Cómo ha vivido las Misas en la peregrinación?

No sólo con curiosidad, sino con interés. Yo no soy asiduo a la misa tradicional, y las celebraciones se hacían todas según el uso antiguo. No he podido dejar de pensar —por contraste— en el empobrecimiento litúrgico que ha sufrido en los últimos decenios la Iglesia Católica. A fuerza de querer evitar una supuesta pomposidad anterior se ha caído en la vulgaridad, en la ramplonería y muchas veces en la deformación del sentido profundo de la Misa.

Me parece incomprensible que, en los años 60, se perdiera la oportunidad de adaptar la misa tradicional (intención que pudo ser loable), y se optara por romper con la tradición. Esto es algo que se ve a simple vista: Hay muy pocos elementos en común entre lo que era la misa a la que asistieron nuestros antepasados y la que se hace ahora.

Y lo más increíble para alguien como yo, que está acostumbrado al Derecho, es que se hayan permitido impunemente abusos litúrgicos perpetrados por quienes —en contra de lo que dice expresamente el Concilio Vaticano II— se han permitido el lujo de inventar, vulgarizar y deformar el sentido de la liturgia. Ante esos abusos me explico perfectamente que haya quien quiera volver a la liturgia tradicional, perfectamente reglada y perfectamente clara en sus textos.

Los primeros cristianos iban de la Misa a la mesa. ¿Cómo ha sido la experiencia de poder compartir mantel con los hermanos en la fe después de asistir a la Eucaristía?

Como decía, una de las consecuencias de la peregrinación es que surge un verdadero espíritu de fraternidad entre quienes peregrinan. Y cuando aquellos que se unen al camino participan de la Eucaristía esa fraternidad se hace real, puesto que nos reconocemos hijos de un mismo Padre.

En esta peregrinación ha sido más que evidente. Sin conocernos, todos nos considerábamos como amigos de toda la vida, como hermanos. Es una experiencia muy recomendable y que aconsejo a todo el mundo. Vale la pena. Además, estoy seguro de que la próxima convocatoria tendrá aún más éxito y esa familia irá creciendo.

Aunque, si me permite la broma, le diré que mucho mantel no pudimos compartir, porque muchas veces comíamos en el suelo en un prado o sentados sobre unas piedras.

¿Qué le ha parecido la acogida de las gentes asturianas a los peregrinos?

Yo creo que en algunos casos se pasó de la sorpresa a la admiración e incluso al afecto. Muchos de los habitantes de los lugares que cruzábamos nos saludaban con verdadero cariño. Hay que tener en cuenta que es sorprendente ver un montón de jóvenes con banderas con el Sagrado Corazón de Jesús o portando cruces o estandartes. Eso es algo insólito en nuestros días. Aunque supongo que con el tiempo se irán acostumbrando…

¿Espera que esta peregrinación sea el comienzo de algo importante para la fe en nuestra patria?

Estoy convencido de que así va a ser. Ese fue otro de los motivos por los que decidí asistir. No quería perderme el nacimiento de algo que puede ser muy importante. Conocía la peregrinación semejante que se hace en Francia y no hay duda de que forma parte del cambio de actitud que se está produciendo en miles de personas. Después de muchos años de sumisión, grupos sociales cada vez más amplios se están atreviendo a hacer frente al Estado laicista impuesto por la fuerza en la época de la revolución francesa.

Hay que recordar que en Francia el mito de la revolución ha sido incuestionado durante muchísimos años. Nadie se atrevía a decir nada en contra de lo que se llamaban los “valores republicanos”, pero poco a poco va surgiendo un movimiento que se atreve a reivindicar la Francia católica tradicional. Esto es algo realmente insólito.

Un ejemplo claro es lo que está ocurriendo con la reivindicación de los mártires católicos que fueron asesinados, durante la revolución, por no querer abandonar la religión de sus padres. El éxito sin precedentes que tiene en Francia el parque temático de Puy du Fou —que reivindica la historia católica del país— es algo más que una anécdota. Es un síntoma que muestra que se está produciendo un cambio profundo en la sociedad. Quizá porque allí hace tiempo que tocaron fondo y algo tiene que cambiar.

¿Puede ocurrir algo parecido en España? Yo tengo la esperanza de que así será. Aparte de que los católicos nos jugamos ya nuestra supervivencia, y espabilamos o desapareceremos…

Por Javier Navascués

1 comentario

  
Tulkas
Van a atacar esta peregrinación desde todos los puntos de vista posibles, y no los de fuera de la Iglesia sino los de dentro.

Van a ir como león rugiente contra vosotros.

Ya han comenzado.

Resistidles firmes en la Fe.
12/08/21 3:49 PM

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