InfoCatólica / Caballero del Pilar / Categoría: Entrevistas

22.01.23

El P. Calvo Zarraute analiza el gnosticismo maniqueo y la reacción de San Agustín ante el panorama actual

Gabriel Calvo Zarraute es sacerdote y párroco rural en los Montes de Toledo. Se licenció en Estudios Eclesiásticos, en Teología Fundamental, en Historia de la Iglesia y en Derecho Canónico. También es Diplomado en Magisterio y Graduado en Filosofía. Entre 2014 y 2018, fue profesor del Centro Diocesano de Teología de Getafe. Es Doctorando en Historia de la Iglesia en la Universidad de San Dámaso y profesor del Instituto de Ciencias Religiosas de Talavera de la Reina.

Escribe en numerosos digitales y en el portal Infovaticana. Además, colabora en el programa Teatro Crítico con la Fundación Gustavo Bueno; en los canales El Toro TVAlto y claro TVRincón de Historia TVTradición Viva TV y Matices; y en el programa La Sacristía de la Vendée. Una tertulia sacerdotal contrarrevolucionaria. Ha publicado varios libros: en Bibliotheca Homo Legens publicó, en 2021, De la crisis de fe a la descomposición de España y, en 2022, De Roma a Berlín (Volumen I) y La protestantización de la Iglesia Católica.

¿Cuáles son los antecedentes históricos del maniqueísmo?

El maniqueísmo es una religión ecléctica y dualista que recibe su nombre de Mani o Manes, nacido en el norte de Babilonia el año 216. Era hijo de un príncipe parto de origen arsácida, casado con una cristiana proveniente del judaísmo, de la misma estirpe. A los doce años parece haber recibido su primera revelación, constituyendo el punto de partida de su convicción de haber recibido la misión de anunciar la verdad completa como revelador supremo por encima de Jesucristo. Mani comenzó a predicar en Persia y en la India en el comienzo del reinado de Sapur I (241-272), que fue su gran protector. Bajo esta protección Mani redactó sus escrituras y organizó sus templos1, predicando por Persia y casi toda Asia, hasta la India y China. Bajo el reinado de Baharam I (274-277) Mani fue encarcelado y torturado, pues quería convertir el mazdeísmo en la religión oficial del Estado. Mani murió a causa de estas torturas en 277.

¿Por qué su influencia, que se extendió por todo Occidente también, fue un grave problema para el cristianismo hasta bien entrada la Edad Media?

Porque el maniqueísmo contiene gran número de elementos cristianos y de las diversas herejías, algún recuerdo budista, influencias netmente gnósticas y, sobre todo, ideas capitales del mazdeísmo, la religión persa de Zoroastro. En definitiva, el maniqueísmo es una amalgama de doctrinas judías, cristianas y persas, que constituye una de las innumerables variantes del gnosticismo. El principal de los movimientos heréticos de los primeros siglos del cristianismo fue el gnosticismo, su notable influencia se extendió hasta el concilio de Nicea el 325. No obstante, como antes apuntábamos, se produjeron rebrotes de gnosticismo durante la Edad Media con la herejía cátara o albigense2, así como posteriormente con el movimiento espiritualista franciscano3. Tiene relación con el neoplatonismo, además de compartir el pensamiento judío helenizado por Filón y su alegorismo bíblico. El neoplatonismo ejerció una gran influencia sobre los Padres de la Iglesia4 y la mayor parte de los pensadores medievales y, sobre todo, sobre los místicos5. Un gran número de sus escritos son de inspiración neoplatónica, y ese panteísmo ha sido, (y lo sigue siendo también hoy debido a la deriva de sentimentalismo en el cuerpo eclesial), un grave riesgo para la sana espiritualidad católica.

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20.01.23

Beatriz Paredes Camuñas: “Nuestra Historia es el punto de encuentro para todos los españoles”

Beatriz Paredes Camuñas. Se licenció en Derecho, realizando un Executive MBA en el Instituto de Empresa. Aunque ha desarrollado su carrera profesional en el sector financiero su gran pasión siempre ha sido la Historia, y en particular la Historia de España: “España no se puede verdaderamente entender, ni por tanto querer, sin entender su Historia, toda su Historia, desde Tartessos y las colonias fenicias y griegas, hasta la actualidad, pasando por Roma, las invasiones germánica y musulmana, la Reconquista, los Reyes Católicos, el descubrimiento de América, la España Imperial, los Austrias menores, los Borbones, el siglo XIX y el complejísimo siglo XX", cree Beatriz.

Beatriz piensa que nuestra Historia es punto de encuentro para todos los españoles de nuestra época. De ahí su iniciativa de promover el conocimiento y el orgullo por las cosas que lograron los que nos antecedieron, nuestros compatriotas de siglos pasados, que forjaron la nación más antigua de Europa y la convirtieron en la única nación que acogió como iguales a todos sus hijos, fueran de donde fueran, de uno u otro lado del Atlántico, y también del Pacifico".

¿Cómo nace la asociación Unidos por la Historia y con qué finalidad?

Unidos por la historia nació en el verano de 2020, cuando nos hallábamos en plena pandemia, en una breve pausa entre los confinamientos de la primavera y el otoño. Unos cuantos amigos reparamos en que el mundo en el que vivimos y nos hallábamos inmersos, no se parecía ya en nada a aquel en el que, hasta hace relativamente poco, habíamos vivido todos.

Más preocupante era observar cómo en nuestro país, pero también en muchos otros lugares del mundo el pasado y la historia era reescrita sin criterio ni rigor. Unidos por la Historia nace con la voluntad de rescatar y reivindicar nuestra historia y nuestras señas de identidad

¿Por qué es importante seguir defendiendo la verdad de nuestra historia?

Creemos firmemente que, como afirma el lema de nuestra asociación, “quien conoce su pasado puede construir un futuro mejor".

Somos conscientes del momento que vivimos, inmersos en una revolución tecnológica extraordinaria que, sin duda, aportará grandes cambios y oportunidades a nuestra sociedad, pero también somos conscientes de los riesgos que todos los cambios drásticos conllevan, desde el crecimiento de la desigualdad hasta la posibilidad de fragmentación de la sociedad. Estamos convencidos de que sin una formación humanística sólida es imposible avanzar.

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17.01.23

Gonzalo Rizo habla del 2º Curso de Historia de España, cuya charla inicial imparte Mons. Reig Pla

Gonzalo Rizo Martín de Serranos es coordinador del II Curso de Historia de España convocado por la Asociación Enraizados en Cristo y en la Sociedad. Casado y padre de familia numerosa, es ingeniero y directivo en una multinacional. Fue ponente en la primera edición del curso.

¿Cómo nace la iniciativa? ¿Cuál es su razón de ser?

Este es el 2º Curso de Historia de España organizado por la Asociación Enraizados en Cristo y en la Sociedad. El primer curso tuvo lugar el año pasado con el subtítulo “14 momentos de la Historia de España enraizados en Cristo”.

La actual cultura laicista pretende relegar la visión cristiana al ámbito privado, lo que tiene un efecto corrosivo en la persona y la sociedad. La iniciativa se apoya en las palabras del entonces Cardenal Ratzinger: “un cristianismo que se reduce a nivel de sociedad privada pierde su potente fuerza cultural y política. Así mismo contradice la grandeza de su mensaje”.

También nace en defensa de la Hispanidad, tan sistemáticamente denostada, en cuanto que se trata de un curso de Historia de España.

Además, como no puede ser de otra manera, el curso tiene un propósito evangelizador. Algo que consideramos necesario para estos tiempos en los que hay tanta sobreinformación muchas veces con falacias, premisas materialistas, o abiertamente mentiras que socavan los ánimos de muchos creyentes. La Historia desde la óptica trascendente ayuda a disipar esa niebla. Claro está que los hechos y las trazas de la historia son los que son, siempre sujetos a interpretación, pero cada hombre tiene su historia personal que raramente una lápida nos va a informar.

¿Con qué especialistas contáis para dar las clases?

En primer lugar, contamos con la inestimable colaboración de Monseñor Reig Pla, que amablemente ha accedido a darnos una charla inaugural que sirva de pórtico al curso. Según nos comentó, siendo obispo emérito de Alcalá de Henares, nos hablará de la figura de Don Quijote que mucho tiene que ver con el sentido de nuestro curso.

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13.01.23

En 2023 se cumplen 700 años de la canonización de santo Tomás de Aquino

César Félix Sánchez Martínez es doctor en Humanidades por la Universidad de Piura, Perú, así como bachiller y magíster en filosofía, bachiller y licenciado en literatura y lingüística y diplomado en historia. Es profesor en varios seminarios diocesanos y casas religiosas de formación. Es actualmente presidente de la filial en Arequipa, Perú, de la Sociedad Internacional Tomás de Aquino.

¿Qué supone celebrar en 2023 el 700 aniversario de la canonización de santo Tomás de Aquino?

Supone celebrar un acontecimiento fundamental en la historia de la Iglesia y de la civilización. La canonización de santo Tomás de Aquino el 18 de julio de 1323 por el papa Juan XXII supone la rehabilitación definitiva de su pensamiento luego de las condenas indirectas parisinas y oxonienses (1277) de algunas proposiciones suyas. Aunque la orden dominica nunca dejó de profesar y defender las doctrinas tomasianas, sus obras siguieron circulando en la facultad de artes de París y la Sede Apostólica jamás refrendó esas censuras, la canonización del Doctor Communis fue una reivindicación plena, no solo de su sistema filosófico y teológico, sino de los fueros de la razón y de su armonía con la fe y, por tanto, un rechazo permanente a todo irracionalismo.

¿Por qué esto es así?

Para comprender mejor este punto basta comparar la trayectoria de las escolásticas no cristianas, que carecieron de una figura como el Aquinate.

Recordemos que, en el mundo musulmán, el pensador que acabaría prevaleciendo sería el «destructor de los filósofos», el escéptico Algazel (s. XI), contra el todavía socrático Avicena (s. X) y contra la incoherente doctrina de la «doble verdad» de Averroes (s. XI). Algazel cree demostrar que la razón es fuente de contradicciones y solo cabe atenerse a la verdad revelada en los textos sagrados, que incluso acaba reducida a mera voluntas ordinata interpretada por juristas y otras figuras de poder. Las consecuencias de ese giro las experimentamos hoy de manera directa: basta revisar cualquier noticiero.

En el caso del pensamiento judío, Maimónides (s. XII-XIII) sostiene que, aun si la razón puede demostrar la existencia de Dios, no puede demostrar nada sobre su esencia. Así, estamos ante un semiagnosticismo perjudicial para la metafísica, que no será ya apta para refutar con eficacia las derivas panteístas con sus peligrosos correlatos prácticos, sea mágico-cabalísticos, sea revolucionarios en política, pero siempre antropolátricos.

En cambio, el pensamiento del Aquinatense preserva a la fe cristiana y a la civilización nacida de ella de estas derivas, recogiendo la herencia esencial del mundo clásico, y armonizándola con las verdades reveladas de la religión del Logos encarnado, así como con las doctrinas de los doctores y padres de la Iglesia previos (pues «los contiene a todos», como diría en feliz expresión Juan XXII). Dios, al ser el Logos y elSumo Bien, no puede mandar nada irracional ni maligno y esta verdad no solo nos viene por fe sino por comprobación racional. Además, santo Tomás defiende también la existencia de una ley natural, que puede ser conocida y cuyo origen se encuentra en Dios, y al hombre como poseedor de dignidad y de derechos. No es casual, por tanto, que fueran la Santa Sede y la Orden de Predicadores, bastiones tomistas aun en medio de las borrascas nominalistas, humanistas y protestantes, quienes, durante la época de los descubrimientos, hayan sentado las bases del derecho internacional.

En conclusión, santo Tomás de Aquino es el gran antídoto contra la «deshelenización» denunciada por el recordado Benedicto XVI en el discurso de Ratisbona (2006). De haber prevalecido sus detractores, quizás la gran crisis de irracionalidad que envuelve ahora a Occidente y a la cultura humana en general se habría precipitado antes. De ahí que san Pío X haya advertido en Pascendi (1907) que abandonar al Aquinate en metafísica redundaría en «grave daño». Lástima que a partir de las últimas cuatro décadas del siglo XX no se le hiciera más caso.

¿Cómo podríamos sintetizar el pensamiento de santo Tomás?

En lo filosófico, ante todo, como un socratismo, como la culminación del intento de Sócrates, Aristóteles y Platón de entender la realidad y conocer la virtud contra el escepticismo y el relativismo moral de los sofistas de todas las épocas.

Es, como diría el padre Santiago Ramírez O. P., una filosofía del orden: de la distinción entre orden natural y sobrenatural, entre naturaleza y gracia, entre fe y razón; del orden de las cosas (físico y metafísico), del orden del pensamiento (lógica), del orden de los actos humanos (moral), etc. Pero en santo Tomás, parafraseando a Maritain, se distingue para unir. No como una simple yuxtaposición retórica o un eclecticismo amorfo, sino desde la profundización orgánica, necesaria, coherente y, en ocasiones, correctiva del viejo verso del poema parmineideo: el ser es y el no ser no es. Todo su pensamiento se fundamenta en una metafísica del ser.

¿En qué consiste la metafísica del ser?

Tanto la comprobación de las cosas sensibles, sujetas al cambio constante, pero siempre exigiendo un fundamento invariable, como la enseñanza bíblica de Éxodo 3, 14 («Yo soy el que Soy») nos hablan de la primacía del Ser, de aquello que es, sobre el Devenir, lo que se está haciendo, lo que cambia. Un error en este punto puede acabar siendo catastrófico, como veremos después.

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12.01.23

Joaquín Echeverría: «La generosidad en la muerte de mi hijo espero que sea útil, nos haga bien e ilumine»

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Entrevista escrita

Como publicamos en InfoCatólica Joaquín Echeverría ha anunciado recientemente que se está iniciando ya el proceso para la posible causa de canonización de su hijo, Ignacio, asesinado en Londres en junio de 2017 cuando se enfrentó a los terroristas para salvar a una mujer. Al año siguiente, la Reina Isabel II condecoró con la «George Medal» al «héroe del monopatín», como fue y es conocido en el Reino Unido.

Nos hemos puesto en contacto con él para conocer sus impresiones.

¿Por qué decidieron abrir el proceso de canonización de su hijo?

Monseñor Martínez Camino, responsable de “Las Causas de los Santos” de la Archidiócesis de Madrid nos preguntó si teníamos interés en iniciar la causa de canonización. Entonces pensamos que aunque a Ignacio no se le podía haber ocurrido, tal posibilidad, lo hubiera llenado de emoción.

¿Hasta qué punto le haría ilusión ver a su hijo canonizado en esta vida?

Yo quiero que la muerte de Ignacio sea útil, dadas las circunstancias en las que se produjo, pensar en ellas ilumina a ciertas personas, les inspira buenos sentimientos. Esto ya ocurre sin necesidad de la causa de canonización y por tanto creemos que fue una muerte fue útil, que valió la pena.

Poco tiempo después de la muerte de Ignacio, me escribió una señora diciendo que tenía devoción por Ignacio y le había pedido un favor para una persona de su familia, meses después me dijo que se lo había concedido.

Pero el mero hecho de entrar en el proceso de canonización, hace que muchos valoren su vida de otro modo, y quizás su forma de vida y su generosidad en la muerte haga mucho más bien todavía.

¿Es consciente de que la Iglesia es muy prudente y puede ser un proceso largo y dificultoso?

Sí, sé que es un proceso largo, y no me preocupa, quiero que el proceso tenga una oportunidad, después será lo que Dios quiera. Yo creo que Dios lo escogió para darnos un ejemplo, pero si no es así y estoy equivocado, aceptaré la voluntad de Dios, como acepté su muerte.

Sin embargo tiene esperanza de que Dios vaya facilitando el camino…

Como decía, yo estoy convencido de que Ignacio fue elegido porque representa un modelo muy bueno porque es fácil de imitar, al no haber nacido con habilidades especiales, era una persona muy corriente, los modelos deben ser imitables e Ignacio lo era. Pero dicho lo anterior, tengo que decir que en lo que era especial es en su capacidad de esforzarse, de aceptar los fracasos y esforzarse para superarlos.

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