El famoso Cristo de Marcelino, pan y vino sigue obrando conversiones en el Carmelo de Don Benito
La película Marcelino, pan y vino, de la que se cumplen 70 años fue uno de los grandes fenómenos del cine religioso español. ¿Pero dónde fue a parar luego el famoso Cristo que hablaba con el niño? Nos cuenta la historia la priora de las Carmelitas de Don Benito (Badajoz), la Madre María Guadalupe de Santa Teresita.
¿Qué importancia tuvo en su tiempo la película de Marcelino pan y vino?
Para mí, en el ambiente que se vivía entre los jóvenes de nuestro tiempo, fue una película muy bonita, con muchos valores espirituales y morales, de la cual se podían destacar muchas cosas entre otras la bondad de los frailes, el interés y cariño con que acogieron a Marcelino. La amistad del niño con Jesús y la esperanza en la vida futura y eterna, en el cielo volveremos a encontrar a nuestros seres queridos y todo lo bueno que aquí no logramos alcanzar como Marcelino encontró a su mamá.
Pero al fin y al cabo tampoco sabía mucho el alcance o importancia que tenía la película fuera de nuestro entorno parroquial, acción católica o Hijas de María, etc. Los jóvenes de nuestro tiempo no teníamos tanto acceso a la comunicación y ni siquiera sabía que ese Cristo admirado y famoso se encontraba a tan poca distancia. Soy de un pueblo extremeño muy cerca de Don Benito.
¿Cómo surgió la idea de que el famoso Cristo viniera al convento de Don Benito?
Fue idea, intención y cariño de Don Miguel López Cabrera, ingeniero de sonido de la película y hermano de nuestra Hermana de comunidad Isabel de Jesús (Catalina López Cabrera) muy santa por cierto. Este señor era de la localidad extremeña de Guareña, muy cerca de Don Benito, y conocía bien las necesidades de la comunidad en aquel tiempo, cuya iglesia había sido devastada y destrozada durante la guerra civil.