Treviño, ex directora en Planned Parenthood: “Mi caso prueba que Dios existe y cambia los corazones”
Durante años, Ramona Treviño intentó conciliar su fe católica con su trabajo como directora de un centro de referencia para abortos en Planned Parenthood. Ramona, quien dice que “siempre fue provida”, carecía de una comprensión adecuada de las cuestiones relacionadas con la sexualidad y la vida humana y del papel líder de Planned Parenthood en la industria del aborto.
Todo empezó a cambiar en diciembre de 2010, cuando sintonizó su estación de radio católica local por primera vez y escuchó un programa sobre las experiencias de las mujeres después del aborto, en el que casi todas las personas que llamaban hablaban de haber tenido un aborto a través de Planned Parenthood. También aprendió sobre “el funcionamiento de la anticoncepción” y su capacidad para provocar un aborto. Ella dice que sintió la fuerza que Dios le dio a través de las oraciones de los voluntarios provida en una vigilia de 40 Días por la Vida celebrada en el exterior de la clínica y renunció a su puesto en Planned Parenthood. Ahora es portavoz de 40 Días por la Vida.
Aprovechando su visita a Barcelona hemos tenido la ocasión de entrevistarla personalmente sobre algunos matices de su testimonio.
¿Cómo fue el momento concreto en el que Dios le dio la fortaleza para dejar Planned Parenthood?
Fue el 1 de mayo de 2011 en el día de la Divina Misericordia y beatificación de Juan Pablo II, aunque en ese momento yo no lo sabía. Es algo que no se me olvida porque yo estaba batallando mucho interiormente para actuar en fe y dejar mi puesto de trabajo en Planned Parenthood. Era una decisión difícil pues era un buen puesto, pero mi conciencia me decía que no podía seguir más tiempo colaborando con la industria del aborto, aunque yo no los hiciese directamente.
Fue en el momento de la consagración de la Santa Misa en donde escuché claramente que Dios me decía: -Te perdono, confía y ten fe en Mí.
Era un mensaje muy claro para mí. Yo no conocía en ese momento intelectualmente el mensaje de la Divina Misericordia, pero lo experimenté en mi vida.