La verdad por sobre el prestigio

Hace algunos días, nos enterábamos por De Lapsis que la Universidad Católica de Notre Dame, en Estados Unidos, había decidido conceder al presidente Barack Obama el doctorado "honoris causa" en leyes. La Cardinal Newman Society ha lanzado una iniciativa para pedir la cancelación del acto. A esto se han sumado varios obispos norteamericanos que expresaron su repudio a la decisión de la universidad. Ofrecemos la traducción de las intervenciones de cuatro de ellos.

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El 24 de marzo, el obispo local Mons. John D’Arcy publicó el siguiente comunicado en la página web de la diócesis:


El viernes 21 de marzo, el Padre John Jenkins, CSC, me llamó por teléfono para informarme que el presidente Obama había aceptado su invitación para hablar a los graduados en Notre Dame y recibir un grado honorífico. Hablamos poco antes de que el anuncio se hiciera público en la conferencia de prensa de la Casa Blanca. Este fue el primer momento en que fui informado que Notre Dame había realizado esta invitación.


El presidente Obama ha afirmado recientemente, y ahora ha hecho política pública, su largamente establecida falta de disposición para considerar la vida humana como sagrada. Mientras que afirma separar la política de la ciencia, de hecho ha separado la ciencia de la ética, y ha puesto al gobierno americano, por primera vez en la historia, en apoyo de la destrucción directa de la vida humana inocente.


Ésta será la decimoquinta graduación en Notre Dame durante mi tiempo como obispo. Después de mucha oración, he decidido no participar en la graduación. No intento faltarle el respeto a nuestro presidente, ruego por él y le deseo bien. Siempre he reverenciado el oficio de la Presidencia. Pero un obispo debe enseñar la fe católica “a tiempo y a destiempo”, y el obispo enseña no sólo con sus palabras, sino también con sus acciones.


Mi decisión no es un ataque a nadie, sino que es en defensa de la verdad sobre la vida humana.


Tengo también en mente la declaración de los Obispos Católicos de los Estados Unidos: “La comunidad católica y las instituciones católicas no deben honrar a aquellos que actúan en oposición a nuestros principios morales fundamentales. No se les debe dar reconocimientos, honores o plataformas que sugieran apoyo a sus acciones”. En verdad, la medida de una institución católica no está dada sólo por aquello que representa, sino también por aquello que no representa.


He hablado con la profesara Mary Ann Glendon, quien va a recibir la Medalla “Laetare”. La conozco desde hace muchos años, y la tengo en alta estima. Ambos somos docentes, pero de forma diferente. La he animado a aceptar este reconocimiento, y aprovechar la oportunidad que el mismo le da para enseñar.


En oración, continúo ponderando estos asuntos – que muchos han hallado escandalosos –, y también debe hacerlo Notre Dame. Como Universidad católica, Notre Dame debe preguntarse a sí misma si, por esta decisión, no ha elegido el prestigio por sobre la verdad.


Mañana, celebramos como católicos el momento en que nuestro Señor y Salvador, Jesucristo, Se hizo un Niño en el vientre de Su Santísima Madre. Pidamos a nuestra Señora que interceda por la Universidad nombrada en su honor, para que retome su compromiso por la primacía de la verdad sobre el prestigio.

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El Obispo de Phoenix, Mons. Thomas Olmsted, envió el siguiente mensaje al Padre Jenkins, presidente de la Universidad:


Querido P. Jenkins,


Me entristece y me pesa en el corazón que haya decidido invitar al presidente Obama para que hable en la Universidad de Notre Dame, e incluso reciba un grado honorífico.


Es un acto público de desobediencia a los Obispos de los Estados Unidos. Nuestra declaración de junio del 2004, “Los católicos en la vida política”, sostiene: “La comunidad católica y las instituciones católicas no deben honrar a aquellos que actúan en oposición a nuestros principios morales fundamentales. No se les debe dar reconocimientos, honores o plataformas que sugieran apoyo a sus acciones”. Nadie puede no saber acerca de las posiciones y acciones públicas del presidente en asuntos claves, opuestas a los más vulnerables de los seres humanos.


Juan Pablo II dijo: “Se ha hecho habitual hablar, y con razón, sobre los derechos humanos; como por ejemplo sobre el derecho a la salud, a la casa, al trabajo, a la familia y a la cultura. De todos modos, esa preocupación resulta falsa e ilusoria si no se defiende con la máxima determinación el derecho a la vida como el derecho primero y fontal, condición de todos los otros derechos de la persona”.


Ruego para que pueda ver el grave error de su decisión, y la forma en que ésta rebaja la proclamación que la Iglesia hace del Evangelio de la Vida en nuestro tiempo.

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Monseñor Gregory Aymond, obispo de Austin, también hizo público un comunicado:


Como fue anunciado recientemente, la Universidad de Notre Dame en South Bend, Ind., otorgará al presidente Barack Obama un grado honorífico, y le ha pedido que diera el discurso de la ceremonia de graduación.


Junto con muchos otros católicos, expreso mi gran decepción y tristeza de que una Universidad católica honre a alguien que es “pro-choice” y que sostiene muchos valores contrarios a nuestra fe católica.


Ante una situación tan triste, como católicos debemos continuar siendo pro-vida y proclamando con mayor fuerza todavía los valores de Cristo y las enseñanzas de la Iglesia Católica.


En mi opinión, es muy claro que en este caso, la Universidad de Notre Dame no está a la altura de su identidad católica al conceder este reconocimiento, y sus líderes necesitan nuestra oración.

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El Cardenal Daniel DiNardo, Arzobispo de Galveston-Houston, en la última parte de un mensaje pastoral (aún no publicado en el sitio web de la arquidiócesis, aparece en el Texas Catholic Herald), expresó también su decepción:


Quiero atreverme a comentar acerca de la declaración de la Universidad de Notre Dame, recientemente publicada; declaración que indicaba que el presidente ha aceptado una invitación a dar el discurso de la ceremonia de graduación de este año, y a recibir un grado honorífico en leyes. La noticia publicada también explica el hecho de que otros presidentes han dado el discurso de la ceremonia de graduación en Notre Dame, y han puesto así de relieve la importancia de la universidad. Encuentro muy decepcionante la invitación. Aunque puedo comprender el deseo de una universidad de tener el prestigio de contar con el presidente de los Estados Unidos para el discurso de graduación, el tema moral fundamental del inestimable valor de la persona humana desde la concepción hasta su muerte natural es un principio que penetra todas nuestras vidas como católicos, y todos nuestros esfuerzos en la formación, especialmente en la educación de los lugares católicos de altos estudios. El presidente ha dejado en claro, con la palabra y las obras, que promoverá el aborto y que removerá incluso aquellas limitadas sanciones que controlan este acto de violencia contra la persona humana. Los Obispos de los Estados Unidos publicaron un documento unos años atrás, pidiendo a todas las universidades católicas que eviten dar una plataforma o un reconocimiento a aquellos políticos o figuras públicas que promuevan el quitar la vida a los no nacidos. No obstante la dignidad del oficio del presidente, esta oferta está proveyendo una plataforma y un reconocimiento a una figura pública que ha sido clara en su visión pro-aborto. Particularmente problemático es el grado honorífico en leyes, dado que éste reconoce que la persona es un “maestro”, en este caso en Leyes. Creo que esta decisión requiere una crítica caritativa pero vigorosa.

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Traducciones: La Buhardilla de Jerónimo

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3 comentarios

  
Juanjo Romero
Buhardilleros, muchas gracias por los textos.

Supongo que uno se centra en un tema y cree que es importante. Pero aquí en España no aparece, mientras que en USA es incluso motivo de los editoriales y artículos de opinión de los principales diarios.

Lo dicho, muchas gracias.
28/03/09 8:39 AM
  
Pedro
Afortunadamente para la Iglesia, quedan obispos coherentes que no anteponen el lucimiento a la verdad y coherencia de su fe y su vida. Que una Universidad Católica premie a un paladín del aborto como B. Hussein Obama es como si al conde drácula le nombran Presidente de la Cruz Roja.
28/03/09 9:30 PM
  
Foix
Hace tiempo que las Universidades homenajean a quien en modo alguno no lo merece. Un dictador brutal como Erik Honecker fue distinguido con el honoris causa de la Complutense. Ahora Notre Dame va a condecorar a un individuo que está decididamente al lado de la cultura de la muerte y sólo por el mero hecho de ser quien es. Así no se puede arreglar nada. Estas cosas [honores, bagalelas, falsos brillos] enceguecen; como si fueran trampantojos: parecen lo que no son. Es como si Jesús en vez de alojarse en casa de Marta y María se hubiera instalado tan ricamente en el palacio de Antipas. Qué cosas.
29/03/09 9:08 PM

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