Comunicado de la FSSPX sobre las próximas ordenaciones sacerdotales

Ofrecemos nuestra traducción del comunicado publicado por el Rector del Seminario de la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X donde se celebrarán las ordenaciones sacerdotales del próximo 27 de junio:

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El Seminario del Sagrado Corazón de Jesús de la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X, en lo concerniente a las ordenaciones al sacerdocio planificadas para el día 27 de junio de 2009, declara lo siguiente:


1. Estas ordenaciones se confieren con la intención de servir a la Iglesia Católica. Conferimos estas ordenaciones porque deseamos expresar nuestra unidad con la Iglesia de Roma. Esta unidad consiste de la misma doctrina, los mismos Sacramentos, y el Santo Sacrificio de la Misa de todos los tiempos. Los que serán ordenados sacerdotes, lo mismo que todos los miembros de la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X, reconocen el oficio del Papa y la autoridad de la Iglesia. Al igual que todos los clérigos de la Fraternidad, los candidatos para la ordenación rezarán tanto por el Papa reinante como por el Ordinario del lugar – una expresión de solidaridad que la Fraternidad ha practicado desde su fundación hace más de 30 años. No queremos una Iglesia paralela, sino que deseamos preservar el tesoro incalculable de la Tradición Católica dentro de la única y verdadera Iglesia Católica.


2. Cuando Roma, el 21 de enero de 2009, revocó el decreto de excomunión que había sido declarado contra los 4 obispos de la Fraternidad, seguramente el Santo Padre buscó con esto una disposición para la vida, y no para la muerte. El generoso gesto fue primariamente una medida para construir confianza, en vistas a las próximas discusiones teológicas con los representantes de la Santa Sede, en las que, a través de difíciles negociaciones, las dificultades que aún permanecen serán, presumiblemente, eliminadas.


3. Una emergencia requiere y justifica las correspondientes medidas de emergencia. ¿Existe una emergencia en la Iglesia hoy? Hacemos referencia a un apéndice adjunto a esta declaración, en el que están documentadas las declaraciones representativas de papas, cardenales, obispos y teólogos. El Papa Pablo VI, por ejemplo, habla de una “auto-destrucción de la Iglesia”. El Papa Juan Pablo II habla de una “apostasía silenciosa”. Adicionalmente, damos dos ejemplos numéricos: en 1950 en Alemania, 13 millones de católicos atendían regularmente a la Misa dominical. Hoy lo hacen menos de 2 millones – una reducción de más del 85 por ciento. El número de ordenaciones sacerdotales en las diócesis alemanas en 2008 alcanzó un record negativo de menos de 100.


Se trata de la existencia o disolución de la cristiandad en Europa. ¿Acaso debería posponerse la ordenación de estos nuevos sacerdotes, que han sido formados en los fundamentos sólidos de la Tradición Católica, y que son tan necesarios para la supervivencia de la Iglesia? En lugar de esto, y al tiempo en que las vocaciones verdaderas son cada vez menos comunes, ¿no deberíamos agradecer a Dios con gran devoción por la gracia de tales vocaciones? No se puede hablar de un insulto a la unidad de la Iglesia y, sin duda, menos aún de un rechazo a la mano extendida del Santo Padre, por el que rogamos diariamente.


4. Los obispos, en su furia, invocan continuamente al derecho canónico. Pero consideremos una analogía: un edificio valioso se está quemando, un grupo de jóvenes valientes se dirigen apresurados al incendio para extinguir el fuego, o al menos para contenerlo, y luego comenzar con la reconstrucción. Pero los detienen aplicando la ley, porque han excedido el límite de velocidad. ¿No es válido aún hoy el último canon del código de 1983, según el cual la más alta ley de la Iglesia es la salvación de las almas?


5. Dados que los actuales problemas no son de naturaleza disciplinaria, la discusión tiene que ser conducida a un nivel enteramente diferente; en particular, en el nivel de la fe. Cuando el Papa Benedicto XVI, en su carta a los obispos del 10 de marzo de 2009, hizo la dramática declaración según la cual la fe está en peligro de extinguirse en muchas partes del mundo, ¿no es urgente que juntos hagamos todo esfuerzo para establecer las causas de esta crisis de fe, y para utilizar los medios a nuestro disposición para remediar esta crisis? En este espíritu, renovamos nuestra prontitud de comprometernos en el diálogo con los obispos alemanes, en una atmósfera de paz y honestidad intelectual, alejada de toda polémica y acusación inútil.


Zaitzkofen, 13 de junio de 2009

Padre Stefan Frey, Rector del Seminario

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Fuente: Rorate Caeli

Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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4 comentarios

  
pedroles
Una pregunta, si reconocen el oficio del Papa y l aautoridad de la Iglesia, ¿por qué no reconocen que las ordenaciones "episcopales" oficiadas por Monseñor Lefevre no son válidas y que por tanto los por él nombrados "obispos" no tienen la potestad de ordenar sacerdotes?

Otra, si en verdad creen que es posible la solución a su situación, ¿por qué no retrasan las ordenaciones un tiempo, para una vez que el diálogo ha comenzado en esta nueva etapa,si Dios quiere reconciliadora y definitiva, obrar en cosecuencia según progrese el diálogo? Porque, claro, si el diálogo comienza, pero la FSSPX cree que no hay posibilidad de acuerdo,¿podrán seguir diciendo lo mismo o tendrían que declarar al actual Papa y sus seguidores como herejes, pues según ellos, hemos renunciado a la fe católica?

Finalmente, una malicia. Creo que no debemos olvidar la humanidad de los implicados. Los "obispos" de la FSSPX se arriesgan a perder elepiscopado si finalmente se reconciliaran con la Iglesia. ¿Están los cuatro dispuestos, sólo Fellay porque cree que estámejor situado para ser reconocido como obispo? Lo mismo se puede aplicar para rectores de seminario, etc. Por el otro lado, los obispos de los lugares en los que la FSSPX tiene más arraigo, temen que la reconciliación de la FSSPX ponga en tela de juicio su pastoral, que muchos fieles descontentos, pero que no quieren seguir en la Iglesia, acudan a la FSSPX. En fin, temen que la FSSPX se muestre un revusivo donde ellos fracasan. No olvidemos que la soberbia y el egoísmo son los pecados originales del hombre, y siempre stán ahi.
17/06/09 11:10 PM
  
Antonio
Pedroles:
En primer lugar, los cuatro obispos ordenados por Monseñor Lefebvre fueron ordenados ilícita pero válidamente. Son obispos, de eso no hay duda.
En cuanto a la posibilidad de que retrasaran las ordenaciones, sinceramente no creo que sea eso lo que la Santa Sede buscó con el levantamiento de las excomuniones. La FSSPX, como lo dice su nombre, es una Fraternidad Sacerdotal. El centro de su misma existencia es la formación de sacerdotes. Hoy la Santa Sede recordó que las ordenaciones que ellos realizan son ilegítimas, pero ya lo eran antes de que Monseñor Lefebvre ordenara obispos. Con el levantamiento de las excomuniones, la situación de la Fraternidad quedó en el mismo lugar en que se encontraba antes de las ordenaciones episcopales.
18/06/09 1:14 AM
  
Bruno
Antonio:

Creo que hay que hacer un par de matizaciones a lo que dices:

- Dices que la Santa Sede no buscaba que se retrasaran las ordenaciones, pero si la Santa Sede hace un comunicado público diciendo que son ilegítimas es, claramente, porque desea que esas ordenaciones no tengan lugar. Creo que es evidente.

- Dices que "Con el levantamiento de las excomuniones, la situación de la Fraternidad quedó en el mismo lugar en que se encontraba antes de las ordenaciones episcopales". Creo que eso no es cierto. Ése sería el caso si la Santa Sede hubiera anulado las excomuniones o hubiera dicho que nunca se habían producido, como quería la FSSPX. La revocación es una medida de gracia, para intentar reconciliar con la Iglesia a la FSSPX, pero persiste el hecho de que es una organización que ha realizado el acto cismático de ordenar obispos contra el mandato papal y que su fundador murió excomulgado.

Sé que son palabras duras, pero es la realidad y hay que tenerla en cuenta si queremos que la Fraternidad vuelva al seno de la Iglesia. Dios lo quiera.

Un saludo.

19/06/09 10:21 AM
  
Antonio
Bruno, entiendo lo que dices, pero:
- Me parece que la Santa Sede, al hablar de la ilegitimidad de las ordenaciones, está contestando a las repetidas consultas hechas por los obispos de Alemania: les está aclarando una vez más qué significó (y qué no) el levantamiento de las excomuniones. No me parece que con esto se esté afirmando la voluntad de que las ordenaciones no se realicen. Sabemos que lo óptimo sería la regularización, pero dado que esta no ha sucedido, una interrupción en las ordenaciones significaría una interrupción en la vida y existencia misma de la Fraternidad. Repito que es sólo mi opinión, pero no me parece que sea esto lo que la Santa Sede quiere, siendo que ahora sí parece abierta la puerta del diálogo teológico.
- En cuanto al segundo punto, al decir que la situación de la Fraternidad es la misma que previo a la ordenación de obispos, me refería a la situación "canónica" de la Fraternidad. Desde el punto de vista canónico, las ordenaciones son tan "ilícitas" como lo eran antes de las excomuniones.
20/06/09 3:36 AM

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