Mons. Oliveri: “El ofuscamiento de la fe genera devastación litúrgica”

“Presentamos nuestra traducción de la interesante carta que Mons. Mario Oliveri, obispo de Albenga-Imperia y miembro de la Congregación para el Culto Divino, envió al organizador del III Congreso sobre el Motu Proprio Summorum Pontificum, en la cual destaca la extraordinaria importancia de este documento pontificio.

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Albenga, 8 de febrero de 2011


Reverendo y querido Padre Nuara,


Su calurosa propuesta, que me ha presentado por escrito, de una intervención mía en el III Congreso sobre el Motu Proprio Summorum Pontificum de Benedicto XVI, que tuviese como tema los contenidos teológicos de la Liturgia antigua, no me ha dejado indiferente pero – con gran pesar – no he podido superar una gran dificultad que proviene de las condiciones de salud de un hermano mío, inválido, al cual me vincula un primario deber de asistencia fraterna.


Ya que estaré lejos de mi hermano desde el 23 al 27 de mayo, para participar esta vez necesariamente en la Asamblea General de la Conferencia Episcopal Italiana (por las razones familiares mencionadas, ya estuve ausente en la Asamblea General Extraordinaria del pasado noviembre), crearía graves e insuperables dificultades mi ausencia de casa también en los días 13-15 de mayo.


Con toda sinceridad, puedo decir que habría participado con mucho gusto en el III Congreso sobre el “Motu Proprio”, ya que habría sido para mí la feliz – y, creo, fecunda – ocasión para expresar a un público calificado, y teniendo una “audiencia” muy amplia, las profundas convicciones de mi ánimo de Obispo sobre la extraordinaria importancia para la vida de la Iglesia del acto magisterial y de supremo gobierno realizado por el Papa Benedicto XVI con dicho Motu Proprio. Habría podido expresar las razones que han generado y generan en mí esa convicción. Permítame, querido Padre, formularlas brevemente con este escrito y luego – si lo considera oportuno – hacerlas resonar en algún momento del Congreso.


En todo lo que se refiere a la verdadera esencia de la Iglesia, es de vital importancia mostrar en todo tiempo, pero aún más en los momentos históricos en que se ha extendido la idea de que todo está en perenne cambio, que no son posibles cambios radicales que afecten la sustancia de los elementos constitutivos de la Iglesia misma, es decir, su fe, su realidad sobrenatural y, por lo tanto, sus sacramentos y su liturgia, su sagrado ministerio de gobierno (es decir, su capacidad sobrenatural de transmitir todos los dones dados por Cristo a su Iglesia por medio de sus Apóstoles y perpetuados mediante la sucesión apostólica).


El Motu Proprio Summorum Pontificum, declarando que la Liturgia puede ser celebrada en su forma antigua, es decir, en la forma en que ha sido celebrada por siglos hasta la “reforma” realizada después del Concilio Vaticano II, ha sancionado de manera solemne:


a) La inmutabilidad del contenido de la Divina Liturgia, y que por lo tanto los cambios que en su elemento o forma exterior pueden introducirse no pueden nunca ser tales que cambien la fe de la Iglesia que la Liturgia expresa, o que cambien su contenido divino-sacramental, su contenido de gracia sobrenatural. Por poner un ejemplo: las variaciones exteriores en el Rito de la Santa Misa, o de la Divina Eucaristía, no pueden inducir o impulsar a tener otra concepción de fe sobre el contenido de la misma, ni pueden legítimamente inducir a pensar que en su celebración se vuelve superfluo o no necesario el rol celebrativo, que compete sólo a quien ha recibido sacramentalmente la capacidad sobrenatural de actuar in persona Christi; no pueden, sobre todo, ofuscar el carácter sacrificial de la Santa Misa;


b) Que la “reforma” post-conciliar no puede legítimamente interpretarse como una mutación in substantialibus: si así ha sido considerada, si aquí o allá se celebra en la forma que el Motu Proprio llama “ordinaria” de tal modo que pueda inducir a error sobre el verdadero contenido de la Divina Liturgia, de modo que ofusque incluso mínimamente la auténtica fe en el verdadero contenido de la Santa Misa o de otros Sacramentos, es necesario que haya correcciones, es más urgente que nunca llegar a una “reforma de la reforma”, estudiando cuidadosamente cuáles elementos de la “reforma” post-conciliar son tales que pueden interpretarse en discontinuidad con la Liturgia antigua, cuáles pueden facilitar – si no inducir – celebraciones no correctas; en lo inmediato, es necesaria una catequesis litúrgica que disipe toda sombra; es necesario que todos los abusos en la celebración no sean tolerados sino claramente corregidos.


c) Se ha convertido en algo particularmente imperativo el respetar clarísimamente el vínculo inseparable entre Fe y Liturgia, entre Liturgia y Fe; el ofuscamiento de la fe genera devastación litúrgica, devastación en la “lex orandi”, y esta devastación corrompe la fe, o al menos la ofusca, la vuelve incierta.


Estas consideraciones podrían ser mostradas en concreto por un estudio comparativo entre la antigua y la nueva forma de otorgamiento del Orden Sagrado, del Sacramento del Orden, pero estoy seguro de que serán bien expuestas y desarrolladas con sabiduría y competencia por los eminentísimos y excelentísimos relatores del Congreso. A ellos me uno de todo corazón y a ellos manifiesto mi profunda comunión espiritual.


Invoco la asistencia del Espíritu Santo sobre el desarrollo del Congreso y auspicio que aporte mucho bien a la Iglesia, a nosotros los Obispos, y a todos sus ministros que deben obrar teniendo bien presente que culmen y fuente de toda la vida y misión de la Iglesia es la Divina Liturgia, la Celebración de los Divinos Misterios.


A Usted, querido Padre, mi distinguida y devota estima,


Suyo afectísimo en el Señor,


+ Mario Oliveri


Obispos de Albenga-Imperia


Miembro de la Congregación para el Culto Divino

y la Disciplina de los Sacramentos


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Fuente: Diócesis de Albenga - Imperia


Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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10 comentarios

  
luis
"EL OFUSCAMIENTO DE LA LITURGIA GENERA DEVASTACION DE LA FE"
31/03/11 5:29 PM
  
Simpson
Este verano asistí a una conferencia de un escultor irlandés católico afincado en Florencia y especializado en arte sacro (Dony McManus).

Se quejaba amargamente de la evolución del arte en la Iglesia Católica, con un razonamiento absolutamente paralelo: el enfriamiento en la fe de los clérigos lleva al bodrio artístico en los templos, lo que a su vez enfría la fe de los fieles dificultando la contemplación de la belleza divina.

Indudablemente va unido al tema litúrgico.
31/03/11 6:54 PM
  
benjamin
Creo sinceramente que sería mucho más noble y honrado que este sr. obispo (por cierto, muy conocido en su casa a la hora de comer y de extraordinaria relevancia eclesial), dijera abiertamente que detesta la reforma litúrgica del Concilio Ecuménico Vaticano II (nada me extrañaría que detestara todo el Concilio), y se ampara en los reales -aunque minoritarios- abusos en su aplicación para crear un clima enrarecido dentro de la iglesia que lleve a las autoridades a implementar eso que él y otros llaman "reforma de la reforma".
No tengo nada en contra de las formas rituales antiguas y me parece un acierto permitir su utilización a los nostálgicos; pero considero una infamia las constantes insinuaciones de algunos personajes tan nostálgicos como reaccionarios con las que quieren hacernos creer que las celebraciones litúrgicas anteriores al Concilio eran un dechado de espiritualidad, y las post-conciliares una bazofia llena de superficialidades y hasta de ofensas a la verdadera fe. ¡A otro perro con ese hueso! Más respeto a Pablo VI y a los padres conciliares de un Concilio Ecuménico inspirados y conducidos por el Espíritu santo. ¿O no? Saludos.

En realidad, en el mensaje del obispo no hay falta de respeto ni se acerca a aquellas exageraciones a las que usted se refiere. Tal vez una lectura menos ideologizada le abriría las puertas a una mejor comprensión de lo expresado por el obispo.

Francesco
31/03/11 7:14 PM
  
Tulkas
Pues ya va siendo hora de que se diga con MERIDIANA CLARIDAD, como hace este obispo, que el Novus Ordo puede contener elementos que inducen a lo que todos denostamos como "praxis habitual del Novus Ordo".

La fiebre está en la praxis, sí, pero el virus está en el texto. Que el Novus Ordo contenga miasmas no es algo nuevo, pero sí es nuevo que un obispo lo diga así de claro.

El futuro de la Iglesia va a depender, desde lo que a la Iglesia militante compete, de la abolición del Novus Ordo:

a.-por abandono masivo

b.-por reforma o bien tácita o bien impositiva

Me parece que pasar de las palabras de Mons. Oliveri a la abolición del Novus Ordo es también una exageración, como la del comentario anterior pero de signo contrario. El obispo ha dicho lo que dijo. Nada más ni nada menos. Una cosa es decir que se necesita una reforma de la reforma (de hecho, el primero en decirlo fue el cardenal Joseph RAtzinger) y otra es afirmar que el futuro de la Iglesia depende de la abolición del Novus Ordo. Como ha dicho Joseph Ratzinger en su artículo "¿Bajo qué aspecto se presentará la Iglesia en el año 2000?", "el futuro de la Iglesia puede venir y vendrá también hoy sólo de la fuerza de quienes tienen raíces profundas y viven de la plenitud pura de su fe". Sería interesante una lectura completa de ese texto que, en muchos puntos, se ha revelado profético.

Francesco
31/03/11 9:07 PM
  
Ricardo de Argentina
Pero Luis, me parece que tanto histórica como ontológicamente es la Fe la que genera la liturgia y no al revés.
La liturgia presupone la fe, si no es cáscara vacía, no es verdadera liturgia. A a inversa, es posible que haya verdadera fe y no liturgia todavía.
31/03/11 9:49 PM
  
Marco Antonio Echeverría Díaz
En efecto, Luis.
Es una consecuencia lógica del Axioma Fundamental de la Liturgia: "Lex Orandi, Lex Credendi".
Si aminoramos la Lex Orandi, necesariamente, el efecto negativo subsecuente se puede visualizar en la Lex Credendi (en el creer mismo del individuo), y en consecuencia, de la Lex Vivendi (que es el testimonio mismo de esa fe). De ahí lo importante del tema litúrgico, que no es solo un conjunto de ritos, sino una verdadera Teofanía, en cuanto la Liturgia Terrenal se asocia con la Liturgia Celestial, donde Cristo se presenta ante Dios Padre como Víctima y Sacerdote.

Saludos!
31/03/11 11:45 PM
  
Ricardo de Argentina
Marco, me parece que tu lógica es mejorable.
Si "Lo que se ora es lo que se cree", que tal cosa dice el axioma, cae de maduro que la liturgia es expresión de la fe, o sea que depende de la fe, y no al revés.
01/04/11 1:55 AM
  
benjamin
Muchas gracias por su respuesta, Francesco.
Creo sinceramente no exagerar con lo que digo: se está creando un clima de descalificación de la reforma litúrgica a partir de los ciertos -aunque minoritarios- abusos en su aplicación concreta, que es profundamente injusto y que hace sospechar que se trata (en muchos de los críticos) de la punta del iceberg bajo la que yace una descalificación -más o menos general- del mismo Concilio.
Es muy significativo que el cardenal Ratzinger que, efectivamente, fue el primero en hablar de una reforma de la reforma, ahora que es papa no la ha emprendido y se ha limitado a magníficas advertencias para mejorar la praxis y a pequeños signos orientadores. Saludos.
01/04/11 8:07 AM
  
Tulkas
Francesco:

Tienes razón, me expresé mal.

Debí decir: "la abolición de la puesta en práctica habitual del Novus Ordo mediante abandono masivo o reforma del texto en los puntos donde sea preciso".
02/04/11 1:35 AM
  
Tulkas
Benjamín:

La cuestión está en que el Novus Ordo y el Concilio tienen poco que ver. Nada que ver, de hecho.

Mi desafecto por esta Forma del Rito procede simplemente de cotejar el texto de la Sacrosanctum Concilium, aderezado con las opiniones de los cardenales Siri. Ottaviani, Bacci y Stinker, así como las no menos acertadas de Romano Amerio y de Nicola Bux, con la praxis habitual del Novus Ordo.

Los abusos no son "minoritarios". Son la norma. No verlo es un fuerte acto de voluntad. Los abusos más extendidos (todos los Domingos en tu parroquia):

a.-sustituir las antífonas prescritas de Entrada y Comunión por cantos extraños a las mismas
b.-glosar los textos del Ordinario con canciones más o menos ad hoc, glosar el Padrenuestro
c.-uso exclusivo de la Plegaria Eucarística II
d.-que el sacerdote no cante las partes de la Plegaria Eucarística que la Ordenación General del Misal Romano prescribe que sean cantadas
e.-uso innecesario de "ministros extraordinarios" de la Comunión
f.-abolición fáctica de la inclinación al "Et incarnatus est" así como el ponerse de rodillas en el Canon

¿Acaso es tan difícil de entender el que el desafecto al artefacto redacatado por Bugnini y Cia. no implica desafecto hacia el Concilio Vaticano II????

Y sí, el futuro de la Iglesia depende, en lo que a la Iglesia militante compete, de la Liturgia. Y esto también lo decía Ratzinger al reconocer que la crisis actual de la Iglesia es ante todo una crisis de índole litúrgica.
02/04/11 10:16 AM

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