Australia 2011: una Iglesia en crecimiento

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Presentamos la traducción de un interesante artículo publicado en “The Australian” acerca de los desarrollos más importantes de la Iglesia Católica en Australia para el año que estamos comenzando y luego de tres años de haber recibido la visita del Papa Benedicto XVI.

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El arzobispo de Sydney, George Pell, ha enviado un equipo de personas a Chicago para conocer y luego replicar el programa que dice a los católicos no practicantes: “Existe una gran familia que te ama y te extraña. Se trata de una maravillosa aventura – no tienes nada que perder y todo por ganar – y te decimos: bienvenido a casa”.


Los avisos en televisión, las entradas en Facebook y los tweets, también discuten el rol de la Iglesia en las escuelas, universidades, centros de salud y obras de caridad. “Han realizado progresos en la participación en las Misas, por eso enviaré un pequeño equipo para ver lo que puede hacerse para la Iglesia en Australia”, ha dicho Pell.


“Católicos, venid a casa” (“Catholics come home” - www.catholicscomehome.org) es el nombre del programa lanzado en Phoenix, Arizona, en el 2008, y se utiliza en Texas y Chicago. Los avisos y los esfuerzos que los acompañaron son considerados la causa por la que 200.000 norteamericanos han regresado a la Iglesia. El relevamiento más reciente sobre la participación en la Misa realizado en Australia en el 2006 muestra que el número de católicos que participan semanalmente ha caído al 13,8 %.


El tablero episcopal se prepara para grandes cambios este año, ya que tres arzobispos - John Bathersby de Brisbane, Adrian Doyle de Hobart, y Barry Hickey de Perth – cumplirán 75 años, la edad de retiro para los obispos. También se nombrará obispo para Sandhurst, debido a que Mons. Joseph Grech, de 62 años de edad, falleció en diciembre.


Otro evento importante se desarrollará en Roma, cuando la Domus Australia, un centro de peregrinación y hospedaje para australianos - de cualquier credo o de ninguno -, comience a aceptar visitas para mediados de año.


Fundada por los católicos australianos, principalmente de las arquidiócesis de Sydney, Melbourne y Perth y de la diócesis de Lismore, la Domus Australia tendrá autonomía económica.


Su rector, el padre Anthony Denton, sacerdote de 39 años perteneciente a la diócesis de Melbourne que está realizando su doctorado en Roma, promete a los peregrinos “Misa diaria en inglés, confesiones, cuidado pastoral, chocolates ‘Tim Tan’, Vegemite, y una fascinante introducción a Roma”.


Los jóvenes católicos australianos también estarán en movimiento este año, en el que se espera que, para agosto, miles viajen a España para la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid.


El acontecimiento eclesial más importante de 2011 será, con todo, la introducción de la nueva traducción de la Misa a partir del domingo de Pentecostés, el 12 de junio.


Mientras que la Iglesia está adoptando las nuevas tecnologías para anunciar su mensaje, sus ritos litúrgicos están retornando a la tradición: la nueva traducción, teocéntrica, vuelve a enfocarse en el culto de Dios y en el Sacrificio de Cristo en el Calvario, en lugar de hacerlo en la celebración comunitaria.


La traducción restaura un fuerte sentido de lo sagrado, reemplazando el lenguaje coloquial usado desde el Concilio Vaticano II por un leguaje más formal y reverente, que es también más cercano al de la versión latina oficial.


Palabras tales como “feliz” [happy] son reemplazadas por “bienaventurado” [blessed], reviviendo un lenguaje litúrgico raramente escuchado en los últimos cuarenta años, con términos como “oblación” [oblation], “implorar” [implore], “semblante” [countenance], “Víctima sin mancha” [spotless Victim], “Divina Majestad” [Divine Majesty], “santo” [holy] y “venerable” [venerable].


Pell confía que los laicos abrazarán sin problemas la nueva traducción. “Les sorprenderá ver que es muy poco lo que ha cambiado de lo que ellos dicen en la Misa. La mayoría de los cambios se dan en las palabras que pronuncia el sacerdote”.


El cardenal, que está preparando una recensión del nuevo libro del Papa Benedicto XVI - “Luz del mundo” - para una revista religiosa, dice que le ha sorprendido el modo firme en el que el Papa cree que la liturgia coloquial y de pobre calidad que se ha dado en los últimos cuarenta años es una de las causas del descenso en la participación en las Misas después del Concilio.


“Para el Papa, se trata de la cuestión central, y es ciertamente importante”, dice Pell.


Algunos párrocos, ansiosos por comenzar, han puesto la nueva traducción en sus páginas web, de modo que los fieles puedan irse familiarizando con ella. Pero no todos están contentos. En “The Swag”, la revista del Consejo Nacional de Sacerdotes de Australia, el padre Eric Hodges escribió un artículo con ocasión del 50º aniversario de su ordenación. En él, el sacerdote de Melbourne afirma que la nueva traducción “puede fracasar porque muchos sacerdotes no van a implementarla”.


Hodgens también se queja del Papa Benedicto por sus “icónicos insultos” a “los sacerdotes que abrazaron el Vaticano II”, tales como la reintroducción de la comunión de rodillas y en la lengua en sus Misas públicas.


Pell espera que la resistencia a la nueva traducción, prevista por Hodgens, sea mínima. “Continuar con la traducción actual no es una opción, se trata de una sustitución”.


Un grupo que sí está feliz con la nueva traducción es la Traditional Anglican Communion, que pasará a formar parte de la Iglesia Católica en Australia a partir de Pascua o Pentecostés, a través del nuevo Ordinariato Anglicano. Pero si bien la traducción es más cercana a la utilizada en las liturgias anglicanas tradicionales que la TAC favorece, las parroquias anglicanas que se unan al Ordinariato conservarán sus propias tradiciones litúrgicas y pastorales.


El primado de la TAC, el arzobispo John Hepworth, es uno de los cuatro obispos australianos que se unirán al ordinariato, junto con alrededor de 20 sacerdotes. Hepworth dijo que después de años en los que la TAC trabajó como un “hospital de campamento para los heridos en las guerras anglicanas” en asuntos tales como la ordenación de mujeres y la doctrina, era irónico que “el nuevo protector del anglicanismo clásico fuera el Papa”, que ha permitido el establecimiento de ordinariatos dentro de la Iglesia Católica.


“Su visión, después de casi 500 años de separación, es extraordinaria. El Ordinariato cambiará el curso de la historia de la Iglesia”.


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Fuente: The Australian


Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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2 comentarios

  
Hermenegildo
Palabras tales como “feliz” [happy] son reemplazadas por “bienaventurado” [blessed], reviviendo un lenguaje litúrgico raramente escuchado en los últimos cuarenta años, con términos como “oblación” [oblation], “implorar” [implore], “semblante” [countenance], “Víctima sin mancha” [spotless Victim], “Divina Majestad” [Divine Majesty], “santo” [holy] y “venerable” [venerable].

Afortunadamente, estas palabras siempre han estado presentes en la traducción española del Misal Romano.
11/01/11 11:26 PM
  
Freider Florián
Y es que el parentesco del latín en español no dá para varias opciones de traducción, lo que se ha respetado en nuestra lengua. Desafortunadamente con el inglés no siempre he leído bondades de la traducción. Corríjanme si me equivoco, pero creo que fue (o es) en Estados Unidos donde se encontraban aberraciones tales como traducir "Cáliz de salvación" en "Spiritual Drink"

Me alegro mucho por Australia.
13/01/11 3:34 AM

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