La grieta en la Iglesia

La grieta en la Iglesia

No es arbitrario considerar que la grieta actual de la Iglesia está íntimamente relacionada con las proyecciones del Concilio Vaticano II. Leyendo las discusiones de los Padres en el aula se advierte la contraposición de dos tendencias.

En la Argentina actual suele usarse el nombre de grieta para caracterizar la situación política, las divergencias ideológicas entre partidos o sectores de la sociedad, y la discordia, que torna imposible, o muy difícil de lograr, cualquier acuerdo o entendimiento. En realidad, son males ancestrales en nuestra historia. El nombre empleado, asumido por los comentaristas como un término técnico es por demás elocuente. La grieta es, por definición, la «quiebra o abertura que se hace naturalmente en cualquier cuerpo sólido»; es una rotura o hendidura que, aunque no llega a dividir del todo, implica pérdida o menoscabo. Así ocurre en el cuerpo social; por eso principalmente el país se empantana en el subdesarrollo. La grieta es todo lo contrario de la solidaridad, de la amistad social.

El fenómeno señalado se verifica también en la Iglesia, en las comunidades cristianas, y asimismo en este ámbito sucede desde los inicios. Me permito unas pocas referencias bíblicas. El menoscabo es doble, del orden de la fe y del de la caridad. Un caso bien notorio es el de la Iglesia de Corinto, tal como aparece en las dos cartas del Apóstol Pablo. Este reprueba severamente las discordias, por ejemplo: «En el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo, yo los exhorto a que se pongan de acuerdo»; es decir, que digan todos lo mismo (tò autò légete pántes, que digan y piensen lo mismo); «que no haya divisiones (sjísmata, cismas) entre ustedes y vivan en perfecta armonía», con el mismo pensamiento, manera de ver, sentimiento (nóos) y el mismo juicio o convicción (gnōmē), 1 Cor 1, 10.

Pablo registra la gravedad de los hechos: «Cada uno afirma: yo soy de Pablo, yo de Apolo, yo de Cefas, yo de Cristo» (1 Cor 1, 12). Dios ha dispuesto otra cosa para la Iglesia: «Que no haya división -sjísma- y que todos los miembros del cuerpo sean mutuamente solidarios», literalmente: que se preocupen, tengan la misma solicitud -merimnōsin- los unos por los otros. La vida cristiana descarta los arrebatos, la agitación interior que infla el alma, la irritación, el resentimiento y la cólera (1 Tim 2, 8: joris orges kài dialogismoû); el ideal es vivir en paz unos con otros (1 Tes 5, 13: eirenéute en heautôi); ser pacientes con todos (ib. 14: makrothyméite pròs pántas), ayudarse mutuamente a llevar las cargas (Gál 6, 1-2: allelon tà báre bastádzete), y corregir con dulzura (ib. en pnéumati praÿtetos, con espíritu de suavidad).

 Todas estas actitudes son posibles, y se hacen necesarias, como aplicación y vivencia de una fe que se comparte unánimemente; los pastores de la Iglesia deben cuidar esa identidad de la fe, como servidores de Cristo, que alimentan con las enseñanzas de la fe y de la buena doctrina (1 Tim 4, 6: tes kalés didaskalías), rechazando los mitos ridículos, cuentos de viejas (ib. 7: graodeis mýthous). La exhortación del Apóstol a su discípulo Timoteo vale para todos los tiempos: «... arguye, reprende, exhorta, con paciencia incansable y afán de enseñar» (2 Tim 4, 2: en páse makrothymía kái didajé). Sigue una profecía, cumplida reiteradamente en la historia de la Iglesia: «Llegará el tiempo en que los hombres no soportarán más la sana doctrina -tes hyglainoúses didaskalías-, por el contrario, llevados por sus inclinaciones, se procurarán una multitud de maestros que les halaguen los oídos, y se apartarán de la verdad para escuchar cosas fantasiosas» -mýthous- (2 Tim 4, 2-4). ¡Una excelente descripción de las herejías y, en general, de los errores que dan la espalda a la gran tradición eclesial!. San Vicente de Lerins señalaba que los herejes no sólo no veneran la antigüedad, sino que se apegan a la novedad con todas sus fuerzas; con espíritu de disensión pretenden dar a la Iglesia un aspecto nuevo. Por eso concluía: «Evita las novedades profanas de lenguaje».

No es arbitrario considerar que la grieta actual de la Iglesia está íntimamente relacionada con las proyecciones del Concilio Vaticano II. Leyendo las discusiones de los Padres en el aula se advierte la contraposición de dos tendencias. Sin embargo, los documentos conciliares fueron aprobados por una casi unanimidad. En la votación final de cada uno de ellos, los votos negativos fueron, según los casos, 2, 3, 4, 5, 6, 10, 11, 14, 19, 35, 39, 70, 75, 164. El día de la conclusión de la Asamblea, cuando se aprobaron los últimos cuatro documentos, se desencadenó un momento de alegría en el que todos se abrazaban emocionados. Sin embargo, las divergencias que se notaron claramente en el aula conciliar, reaparecieron en el posconcilio. La invocación de un supuesto «espíritu del Concilio» inspiró toda clase de arbitrariedades en materia dogmática, moral, espiritual y de doctrina social. Pablo VI señaló que se trataba de una crisis de fe, y procuró hacerle frente en su magisterio de los años 1968 - 1978. Un caso digno de especial mención fue la oposición de vastos sectores eclesiales a la encíclica Humanae vitae. El largo pontificado de Juan Pablo II permitió hacer un balance y ubicar en su sitio las reformas realizadas. Lo mismo puede decirse del magisterio de Benedicto XVI, quien insistió recordando que los textos del Vaticano II deben ser leídos «a la luz de la gran tradición de la Iglesia». Este Papa dio un paso fundamental para superar la grieta litúrgica al autorizar el empleo de la forma extraordinaria del rito romano. El disenso tenía causas más profundas, que se revelan en la extensión de la grieta actual.

Algunos autores que ejercen un influjo importante, consideran que el Concilio ha revolucionado la manera del hacer y del pensar creyente. Se propone entonces la construcción de un «humanismo nuevo», basado en un cambio radical de paradigmas en diálogo con otras religiones y culturas; la Iglesia tendría que hacerse levadura de la fraternidad universal. Llama la atención el empleo de términos clásicos del vocabulario masónico; la finalidad de la acción eclesial sería hallar, en contacto con otras tradiciones religiosas y renovando el proceso de deshelenización del cristianismo, pistas de resolución de los problemas que afectan a la humanidad de hoy.

La misión evangelizadora de la Iglesia es así alterada en sus elementos esenciales; se la desea incorporar a un proyecto mayor que la supera: una verdadera gnosis, análoga a la que San ireneo refutaba en el siglo II, en su obra «Contra las herejías». Se fomenta de este modo la grieta al reconocer un valor positivo al conflicto, con la convicción insólita de que conduciría a una unidad plena y a la creación de nueva vida; en este planteo asoma la inspiración hegeliana. La misión que el Señor encomendó a los Apóstoles con las palabras inconfundibles del mandato registrado al final de los Evangelios de Mateo y de Marcos, queda secularizada completamente: se trataría de concebir el planeta como patria, y la humanidad como pueblo, para empeñarse en un proyecto común, que ya no es procurar expresamente que todos los hombres crean en Jesucristo, asuman su enseñanza y cumplan todo lo que Él nos ha mandado.

Para emplear los símbolos del Apocalipsis podríamos decir: la Bestia de la tierra, el falso profeta, induce a adorar a la Bestia del mar, la potencia secular divinizada (cf. Apoc. 13). Los nuevos paradigmas de pensamiento y acción tendrían así cabida en el contexto del pluralismo ético-religioso que caracteriza al mundo contemporáneo, y diseñarían en él un modo de hacer la historia para alcanzar una unidad pluriforme que engendre nueva vida. En estos términos se habla. La finalidad es el cuidado de la naturaleza, la defensa de los pobres, la construcción de redes de respeto y fraternidad.

Con toda razón, el Cardenal Robert Sarah ha escrito que en comparación con la situación de la Iglesia actual, la crisis modernista, descrita y condenada por San Pío X, fue «un simple catarro». Obviamente, quienes permanecen fieles a la gran tradición eclesial, a la que conocen muy bien y a la que adhieren con amor, no pueden aceptar una transformación de la misión eclesial contraria a su identidad. La grieta afecta a los dos órdenes, el de la fe y el de la caridad; verdad y amor -alētheia y agápēson inseparables; una especie de «concordia ecumenista» es incompatible con la integridad de la Verdad católica. La alteración de la conciencia teologal y teológica, con la pretensión de diseñar y realizar nuevos sistemas de presentación de la verdad cristiana, solo puede llevar a la ruina de la fe y el más estruendoso fracaso pastoral.

Los principales responsables de la grieta eclesial somos los hombres de Iglesia, con nuestros errores y pasiones (epithymíai, un término frecuente en la Escritura). Pero se debe incluir también un factor preternatural: aquel que es mentiroso -pséustes- y padre del pséudos, mentira, falsedad, acción disfrazada (cf. Jn 8, 44); el diablo, cuyo nombre -diábolos- designa a quien desune, separa, inspira odio o envidia (del verbo diabállo: entrometerse, apartar de algo, disuadir, calumniar, atacar, acusar). La etimología incluye la acción de mezclar y confundir, una especialidad suya; en el caso que nos ocupa importa recordar que la concordia en la Iglesia no puede asegurarse sino en la común aceptación de la Verdad, sin mezclas. La alteración del modo de hablar es en realidad consecuencia de un cambio de pensamiento. San Vicente de Lerins, un Padre del siglo V, como dijimos anteriormente, señalaba como característica de los herejes que no solo no veneran la antigüedad, sino que se apegan con todas sus fuerzas a la novedad; «dan una forma nueva al aspecto exterior de la Iglesia», decía, de allí su recomendación: «Evita las novedades profanas de lenguaje».

Una pregunta clave: ¿Qué papel se le reserva a Jesucristo en esos proyectos de nuevos paradigmas?. Me he referido especialmente a este problema fundamental para la misión de la Iglesia en mi artículo «Predicar a Jesucristo», publicado oportunamente en «InfoCatólica». Jesús afirma ser «la luz del mundo»; o se vive en la luz (phōs) siguiéndolo a Él, o se permanece en las tinieblas (skotía), Jn 8, 12. En la Última Cena le responde a Tomás, que busca orientación: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida» (Jn 14, 6). Son estos términos absolutos que revelan la identidad del Señor, están por encima de cualquier otra gnosis porque constituyen la única gnosis auténtica: Jesús es el Camino (hodós) que por la Verdad (alētheia) conduce a la Vida (zōḗ); así interpreta el pasaje la mayoría de los Padres de la Iglesia. Él es el camino, y la meta en su unión con el Padre (Jn 14, 10: «Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí»). Pedro afirmó ante el Sanedrín: «No existe bajo el cielo otro Nombre (ónoma) dado a los hombres, por el cual podamos alcanzar la salvación» (Hech 4, 12). Se trata, entonces, de la salvación; es interesante señalar que este término, sôtèría, ya en el griego clásico significaba la liberación, salud o conservación plenaria de la persona, seguridad para alguien tan inseguro como el ser humano. No puede reducirse a un beneficio provisorio, ni mezclarse con él. La Iglesia no puede dejar de proclamar esta realidad, de presentarla con el máximo respeto y amor por todos; es el servicio que les debe, ejercido con una prudencia que jamás se identifica con el acomodo o el relativismo, porque es sabiduría en el Espíritu Santo.

Por último: podríamos decir que existe una única grieta (si cabe ese nombre) necesaria, imprescindible, evangélica. Los Sinópticos, al presentar la predicación de Jesús muestran que ella, que Él es signo de contradicción; así lo anunció el anciano Simeón a María: Jesús sería sêmeion antilegómenon, y a la Madre una espada le atravesaría el corazón; entonces quedarían al descubierto los íntimos pensamientos de los hombres (Lc 2, 34s.). Jesús mismo declara que no vino a traer la paz (eirene) sino la espada (májaira), y expone los términos de esa grieta: «He venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre y a la nuera con su suegra» (Mt 8, 34 s.). Vino a separar (dijásai); este verbo, dijádzo, significa dividir en dos. Es la división contraria a la que provoca el Enemigo; de su influjo perverso precisamente separa, en función de la Verdad, del Amor, de la salvación. Suscita la libertad, para que esa elección, lejos de menoscabar, solidifique el Cuerpo de la Iglesia, para que reine en él -entonces sí- la paz, la armonía de la fraternidad. ¿Paradojal?. Es el misterio mismo de Cristo y de su Evangelio. La grieta es una salida, un éxodo. Cito a Joseph Ratzinger: «No podemos encontrar a Dios sino en este éxodo, en este salir de la comodidad de nuestro presente para entrar en el ocultamiento de la luminosidad proveniente de Dios».

El cristianismo no es irenista. Quien prefiera otra cosa a Cristo no es digno de Él. San Benito expresó bellamente, en su Regla, instrumento fundamental de la edificación de Europa, el absoluto del cristianismo: «No anteponer absolutamente nada a Cristo» (Nihil omnino Christo praeponere). Omnino: entera, absolutamente, totalmente.

+ Héctor Aguer, Arzobispo emérito de La Plata

Académico de Número de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas.

Académico Honorario de la Pontificia Academia de Santo Tomás de Aquino (Roma).

 

29 comentarios

Vicente
la misión de la Iglesia es salir y hacer discípulos de Cristo y bautizarlos.
14/07/20 3:00 PM
millan
Pero Aguer usted se pasa todo el tiempo defendiendo el VATICANO II sabiendo lo dañino y perjudicial que fue , es complice lamentablemente de haber mantenido a muchos fieles el la "comodidad" de la Iglesia oficial liderada por MODERNISTAS , creo debe hacer un MEA CULPA en publico...
14/07/20 3:07 PM
Pedro Pablo Curotto
Excelente!!! Gracias Monseñor.
14/07/20 5:18 PM
Horacio Castro
Monseñor Aguer. Ya se pasa de rosca hablando, escribiendo y difundiendo sobre supuestos males de Argentina, probablemente el país más generosos del mundo, donde mis hijos son descendientes de siete nacionalidades europeas. Y donde se convive finalmente como argentinos con cualquier persona venga de donde venga y sea del color de piel o religión que le haya correspondido por gracia de Dios.
14/07/20 6:39 PM
Federico
Horacio, ¿de qué país va a hablar don Héctor? ¿de Swazinlandia?

Habla de lo que conoce bien.
14/07/20 8:54 PM
Alberto Ramón Althaus
Sí, el CVII divide y requiere de Aguer tomar una decisión entre defender el CVII o no y señalar si el CVII tiene que ver o no con la crisis de la Iglesia y de qué modo y qué hacer con el CVII y con la crisis de la Iglesia, sólo así se cumple con Cristo y con la Verdad, hay que ir al centro del problema y contestarlo por un sí o un no y lo demás no viene de Dios. Saludos en la Santa Virgen María y en Cristo Rey
14/07/20 9:01 PM
María-Ar
Cómo siempre...sabías palabras, Monseñor!
+
14/07/20 10:13 PM
Estela
Leemos muchos artículos que analizan el CVII y, es común, que en los comentarios se diga que tal problema es a causa del CVII. Parece muy desgraciado. Propuesto como manual pastoral, y que por tanto «no precisaba» la exactitud en las declaraciones de un documento dogmático; frente a las críticas por el lenguaje ambiguo. Luego lo quisieron hacer pasar como piedra angular e incuestionable. Como dijeron se lo puede tirar a la basura entero. Puesto que confuso y origen de desviaciones doctrinales es un mal ejemplo de acción disfrazada, y eso es obra del padre de la mentira. Excelente artículo Monseñor.
15/07/20 2:38 PM
Diego II
El C.V.II fue convocado por el Papa, presidido por el Papa (dos), sus documentos fueron aprobados por la gran mayoría de los obispos participantes (sentido de la fe) y sus documentos fueron aprobados y promulgados por el Papa. Todos los Papas desde su convocatoria apoyaron el C.V.II. Después, todos los Papas buscaron su puesta en práctica y defendieron su auténtica interpretación. Tres de los Papas son santos canonizados por la Iglesia. ¿Cómo Aguer no va a defender el C.V.II?
15/07/20 9:36 PM
Jorge Cantu
A los que atacan a Mons. Aguer por no deslindarse del Concilio Vaticano II:

Por favor, entiendan, el problema no fue el Concilio, sino la perversa 'hermenéutica' rupturista y neomodernista que muchos en el seno de la Iglesia le aplicaron (y siguen aplicando), lo cual en su momento denunció con meridiana claridad el Papa Benedicto XVI. El Concilio Vaticano II fue esencialmente pastoral y los aspectos doctrinales que aborda lo hace de manera ortodoxa. Si esto no fuera cierto, ni el cardenal Ottaviani ni Mons. Lefebvre hubieran firmado los documentos conciliares.

Cierto que los peligros derivados de esta interpretación tendenciosa del Concilio, denunciados por Mons. Lefebvre, son reales y vigentes: la libertad religiosa, la colegialidad y el ecumenismo mal entendidos. Por desgracia, Mons. Lefebvre abandonó el seno de la Iglesia, se brincó las trancas con su desobediencia cismática al Papa, generando una ruptura y herida más al Cuerpo Místico de Cristo, en lugar de ser fermento de sanación al interior del mismo.
15/07/20 10:20 PM
dylanbob
Castro no habló del principal mal de Peronia (Argentina) la falta de educación, el populismo atroz, los subsidios que mantienen a la clase más necesitada bien pobre (para que los voten) y otras yerbas... Y los hombres de la Iglesia que antepusieron la ideología a Cristo. Y así nos va....
16/07/20 1:23 AM
Horacio Castro
Al que se atreve a mal utilizar como *nickname* un noble nombre. De toda Hispanoamérica seguramente vienen a estudiar a Argentina porque no tenemos educación (gratuita además). Nuestro ¿populismo? nos hace recibir inmigrantes de todo el mundo. Tenemos ideologías tan raras que mantenemos a la gente más necesitada y pobre. Y nos va cada vez mejor a medida que desenmascaramos a resentidos sociales que van perdiendo injustas prebendas como tú (seguramente) y Monseñor Aguer quien ya cansa también hablando mal de la Iglesia.
16/07/20 1:53 PM
Luis Fernando
Horacio, si Monseñor Aguer le cansa, lo tiene facilísimo. No le lea.

Asunto solucionado.

Además, hablar de lo que está mal en la Iglesia no es hablar mal de la Iglesia. Es ayudar a la Iglesia para que deje lo que está mal en ella.
16/07/20 1:55 PM
Horacio Castro
Luis Fernando. Ya en oportunidades anteriores le dije que leo todo en este portal porque es uno de los pocos que me interesan.
16/07/20 2:01 PM
Alberto Ramón Althaus
El tema es sencillo o se trata de vender los documentos del CVII como si fueran las sagradas escrituras que han sido mal interpretadas y sobre el cuál hay absoluta inerrancia, lo que es herético, mentiroso e hipócrita y se inventa una entidad que no tiene cuerpo que es el espíritu del concilio para echarle la culpa o se acepta que se pueden haber cometido errores en el CVII en ambigüedad o de otra manera y se comporta como un hombre y como un católico. Aguer puede estar preocupado por las críticas de personas que no tienen ningún valor moral nosotros los católicos valoramos al clero que como Viganó reconoce sus culpas y trata de corregirlas, seremos pocos pero es el juicio de Dios el que cuenta y Aguer decide.
16/07/20 5:28 PM
hornero (Argentina)
Estimo que Mons. Aguer entiende la “grieta de la Iglesia” como una fisura que tiene su origen en la aparición del llamado “pensamiento moderno”, esto es, la dislocación progresiva de la verdad a partir de la rebelión irracional del racionalismo. Tal rebelión ha FRACTURADO la relación de identidad del hombre con la REALIDAD, dudando de la objetividad de ésta, finalmente, negándola (nihilismo). Grieta inédita en su magnitud. La caterva racionalista se ha sucedido con apariencias de renovaciones hasta entrar en un proceso final de descomposición. Los Papas han advertido y condenado los errores del modernismo; verdadera olla de un guisado al que las brujas han condimentado con mejunjes diversos.
La raíz del mal es de orden teológico-filosófico; una oposición al SER CREADOR y a su obra, la CREACIÓN. El “príncipe de este mundo” combate contra el Reino de Cristo; sabe que ha usurpado vastos dominios, de los que será desalojado.
La EVANGELIZACIÓN languidece por carecer de la adhesión a lo REAL, a la TRASCENDENCIA de todo lo creado, en primer lugar del propio hombre, creado a imagen y semejanza del ABISMO DE DIOS. Una Iglesia donde se ha eclipsado la conciencia del MISTERIO, carece de la SABIDURÍA y PARRESÍA necesarias para anunciar a CRISTO y su REINO.
Es menester, que el REALISMO se constituya nuevamente como la roca sólida del PENSAMIENTO CRISTIANO y de la VOCACIÓN CRISTIANA. El mundo requiere hoy de un esfuerzo acorde a la dimensión del Reino, desde las honduras de la realidad
17/07/20 12:36 AM
hornero (Argentina)
continuo - El mundo requiere hoy de un esfuerzo acorde a la dimensión del Reino, desde las honduras de la realidad última de las cosas hasta los confines inconmensurables del universo. La restauración del SER como fundamento del pensamiento cristiano, permitirá “restablecer la armonía primitiva...en un mundo que debe ser re-edificado desde sus fundamentos” (Pío XII); establecer la “Civilización del Amor” (S. Pablo VI); “Cruzar el umbral de la Esperanza” (S.J.P. II).

17/07/20 2:47 AM
JSP
1. En NS Jesucristo no existe grieta alguna. Mantengámonos pues, firmes y fieles a Él y a Su Mensaje transmitido por la Iglesia Católica (IC) vigilado por el ESanto en la inerrancia de los Apóstoles y sucesores del Señor.
2. NS Jesucristo es grieta para el pecado. El pecado es grieta para la salvación del hombre.
3. El Cuerpo de NS Jesucristo une en la fe y en la razón, en el alma pura y en el cuerpo incorruptible, en el pensar y actuar cristiano.
4. Quien está en la división, quien niega que la IC es la Iglesia de NS Jesucristo y viceversa, niega su identidad católica del Cuerpo místico y genera grietas desde el pecado.
5. Quien relativiza el dogma de fe que sólo dentro de la Iglesia Católica está la salvación, afirma a los cristianos anónimos, que los pueblos indígenas y las demás religiones son "salvadoras" y niega la divinidad de Cristo como Único Salvador.
6. Quien cede su responsabilidad de evanvelizar en la IC al Estado por la dignidad humana fundamentada en los derechos humanos y libertades de expresión, conciencia, pensamiento y religión ante la verdad como verdad de Dios y la verdad objetiva está agrietado por el mundo y la carne.
7. El CVII requiere una revisión profunda no en la fraternidad universal y la actualización a los tiempos, sino en el anuncio de la misión única salvadora del Mesías, el Hijo de Dios vivo desde el Nombre de NS Jesucristo a que digan y piensen todos lo mismo, que no haya cismas ideológicos.teológicos y vivan en perfecta paz y armonía
17/07/20 11:31 AM
Alberto Carlos Pita
Excelente cono siempre la reflexión de Mons. Aguer sobre el tema de la famosa " grieta" y sobre su origen la que provoca el Señor como Camino, Verdad y Vida (que nos
aparta de la oscuridad del pecado con su Gracia salvífica y la que provoca el diábolos ( el mentiroso que confunde oscurece, aparta de la Luz, que aparta de la aletheia y del agapé, que agrieta la unidad del Cuerpo Místico de Cristo). La grieta en la Iglesia no la provocó o provoca el CVII sino como bien afirma Jorge Cantu lo fue y es " la hermenéutica perversa y neomodernista que muchos aplicaron y siguen aplicando" al momento actual. No es el Concilio el responsable de la grieta "dentro" de la Iglesia sino aquellos hombres que con sus errores y pasiones tratan de mundanizarla, volcarla a la inmanencia perdiendo el sentido de la trascendencia, de lo Sobrenatural, del Misterio.. ( como bien lo expresa Hornero. En definitiva, detrás de la grieta perversa se oculta el Maligno tratando de socavar el amor a la Verdad que es Cristo mediante la confusión que va sembrando en el campo de la Iglesia a través de surgimiento de herejías, cismas, enfriamiento de la caridad, ideologías materialistas, racionalismo y hedonismo, irenismo y falso ecumenismo, el modernimo en sus diversas expresiones filosóficas y políticas, el ateísmo teórico y práctico en definitiva el rechazo de la Verdad absoluta que nos haces plenamente libres. Felicito y adhiero a los comentarios a la brillante exposición de Mons. Aguer de Estela, Jorg
17/07/20 6:00 PM
hornero (Argentina)
Entendiendo la “grieta” en sentido positivo, como querida por Dios, “Jesús afirma ser «la luz del mundo»; o se vive en la luz (phōs) siguiéndolo a Él, o se permanece en las tinieblas (skotía), Jn 8, 12”, revela algo fundamental: Cristo, el Verbo del Padre, al asumir en Él todo lo creado (Col 1, 13-17), establece una OPOSICIÓN absoluta entre la VERDAD y el ERROR, entre el SER y la NADA, entre la CREACIÓN llamada a constituir el REINO DE DIOS, y el reino del príncipe de este mundo.
Ahora bien, este SIGNO DE CONTRADICCIÓN, anunciado por Simeón a María, encuentra en Ella su REPLICA perfecta, destinada a pisar la cabeza de la serpiente, y a compartir con Su Hijo la obra de la REDENCIÓN. María con su SÍ hace posible la Encarnación del Verbo, permitiendo así, que tome posesión como Hombre-Dios, de la Creación, que María le ofrece por medio de sus entrañas purísimas. Es el PRIMER ACTO que ejerce como MEDIANERA entre Su Hijo y el MUNDO CREADO, que Cristo sobre-eleva a una perfección mayor que la original. Es de hacer notar que Marìa COMPARTE como Medianera el acto por el cual Su Hijo RE-CREA el mundo; “He aquí que hago todo nuevo” (Apoc.21,5). María entrega la Creación al Verbo, y al hacerlo, entrega el Verbo a la Creación. Se constituye, así, MADRE DEL CREADOR, Y MADRE DE TODO LO CREADO.
De aquí, que la Virgen comparte con Cristo esta grieta que separa el Reino de Cristo del reino del mundo. Ella está designada desde la eternidad para aniquilar esta grieta, cuando aniquile a
17/07/20 6:18 PM
hornero (Argentina)
continúo - Ella está designada desde la eternidad para aniquilar esta grieta, cuando aniquile al dragón. Entonces, toda la CREACIÓN volverá a resplandecer en María, la Ciudad de Dios, la Nueva Jerusalén, que baja del Cielo, donde DIOS HABITARÁ con sus hijos, los hombres (cf Apoc 21,3).
17/07/20 8:37 PM
Víctor María
El Concilio fue una necesidad, en una época dónde la Iglesia veía claramente su pérdida de Poder relativo.
Pero quienes conocemos la Doctrina tradicional, vemos claramente los profundos cambios internos que sucedieron.
La cantidad de documentos, prédicas, explicaciones, interpretaciones, y supuestas correcciones que hay que hacerle, muestran que no es nada fácil asumirlo.
Con respecto a la Argentina, no parece destacarse especialmente por grietas o discordias. Las mismas o mayores tuvo Europa en su Historia, plagada de guerras, o Estados Unidos, con su brutal guerra civil y sus divisiones que siguen vigentes. Y hoy son Potencias de primer orden Mundial. Simplemente, uno de los bandos es aplastado por el otro, y ahí acaban las discusiones, pero no se genera la verdadera paz o armonía profunda del corazón y de la sociedad.
Aguer lo muestra muy bien cuando hace referencia en las admoniciones de San Pablo a los Corintios.
Que no eran Argentinos, ni actuales !
17/07/20 9:09 PM
Perplejo
Excelente artículo, que comparto plenamente. Gracias, Monseñor.
18/07/20 12:23 AM
hornero (Argentina)
"María es la excelente obra maestra del Altísimo" (S .L. de Montfort, Trat. de la Verd. Dev. 5). Ella, la Inmaculada Concepción, no conoció la grieta producida por el pecado original en la Creación. María es la esperanza de la futura restauración, Ella la comunica a todo lo creado. La Llena de Gracia mira el mundo caído con misericordia y esperanza en su reparación.
Luego del Anuncio del Ángel Gabriel, María da su SÍ, y surge un momento de espera que pertenece a la eternidad. La Virgen dirigiría una oración al Verbo Eterno, clamando por su Venida: “Hijo del Padre, Verbo Eterno, permíteme te llame Mi Hijo, porque antes que tomes posesión de mi seno purísimo y virginal, has tomado posesión de Mi Corazón Inmaculado,colmándolo de tu Amor, a fin de que antes de poseer mi Cuerpo, poseas mi Amor de Madre, y de tal modo te reciba, que exulten el Cielo y la tierra. ¡Ven, Hijo Mío!, no demores tu entrada en mi Seno admirable, vuelto infinito para acoger al que es Infinito. Te entrego la Creación que me fue dada por el Padre y por Vos al crearme Inmaculada, pues nunca fui privada de tu Obra de Creador. ¡Hijo Mío!, dí libremente mi Sí inaudito al Mensaje Inefable, en el cual comprendí el Misterio de tu Encarnación. Te ofrezco la Creación, sobre la que tengo el derecho de soberanía que perdieron nuestros primeros padres. Todo te pertenece por ser el Verbo Creador, las galaxias de los espacios siderales inconmensurables y los abismos de las interioridades de las cosas; tómalas de Mí, al
18/07/20 6:00 PM
hornero (Argentina)
continúo - las galaxias de los espacios siderales inconmensurables y los abismos de las interioridades de las cosas; tómalas de Mí, al hacerte Hombre-Dios; y “asume todo en Vos” (cf Col 1, 13-17), a fin de que lo Re-Crees, Redimas y Transfigures, y toda la Creación se constituya en el Nuevo Paraíso del Reino de Dios entre nosotros”.
Lo que el Señor respondió a Su Madre, nos excede: “Ni ojo vio, ni oído oyó, ni pasó por pensamiento de hombre alguno, lo que Dios tiene reservado para los que lo aman” (I Cor 2, 9).
18/07/20 7:17 PM
Pedro Amate de Torrejon
" La grieta en la Iglesia " ; es la grieta en la sociedad política: es la " lucha de clases ".......

La sacrosanta " lucha de clases " proclamada por las izquierdas del mundo entero ; no es otra cosa que una guerra espiritual entre el Espíritu dé Cristo y el espíritu de Baal.

Esta guerra es irreconciliable ; cómo pueden ser la Luz y las tinieblas ; el día y la noche ; el bien y el mal.

No puede haber dialogo ni entendimiento ; ni reconciliación. Esta situación nos llevará a la tan inevitable cómo necesaria Guerra de Dios: " El Armagedon ".

18/07/20 8:33 PM
hornero (Argentina)
Hay una GRIETA entre el trigo y la cizaña, que cruza al mundo de parte a parte. Los ángeles del Señor recogen el abundante trigo bueno que han producido los siglos y los milenios desde la Creación del mundo hasta hoy, para guardarlo en los graneros del Señor; a la cizaña la arrancan, atan en manojos y la arrojan al fuego. Lo que implica que el mundo es devastado de lo que no sirve; tarea ciclópea de sabiduría eminente, que no está al alcance de los hombres. Porque el saber y el hacer, es decir, la filosofía, las ciencias, la técnica, la política, el arte, las costumbres y demás creaciones humanas, son en extremo complejas, de las cuales es muy difícil dilucidar qué debe quedar y qué debe desecharse; le llamemos, la Babilonia moderna, la ciudad de la confusión, que debe ser derrumbada y aniquilada, siendo celebrada su caída por las voces celestiales, que proclaman: “Aleluya, porque ha establecido su reino el Señor” (Apoc 19). Entre la Babilonia que se derrumba ante protestas y lamentos, y el Reino que viene, hay una inmensa grieta. DOS MOMENTOS DE LA HISTORIA, uno que desaparece sin dejar recuerdo, otro que nos introduce de modo creciente en la eternidad. Dejemos, pues, la tarea de separar el trigo de la cizaña a los ángeles del Señor, no malgastemos nuestras fuerzas en avanzar por nuestra cuenta, es una tarea que nos excede; sí podemos y debemos colaborar con el plan de la Salvación: evangelicemos, oremos, contemplemos, sin desesperar, con gran solicitud por nuestros hermanos
19/07/20 5:07 PM
hornero (Argentina)
continúo - evangelicemos, oremos, contemplemos, sin desesperar, con gran solicitud por nuestros hermanos los hombres todos, en espera de los ACONTECIMIENTOS que Cristo provee, que en gran parte los ha confiado a María, la Señora Vestida de Sol, que ha de pisar la cabeza del dragón. Si a Jesús, lo resistían, igual nos ha de suceder a nosotros. No nos desanimemos, porque tenemos los medios eficaces para sumarnos al ejército de las milicias angélicas, estemos donde estemos, sin preocuparnos por los medios humanos. Desde lo profundo de nuestra mente y de nuestro corazón lancemos nuestra proclama de desafío a los secuaces del anti-cristo; los espantaremos, estén donde estén, sean los millones que sean; huirán a la desbandada, mientras los buenos acrecentarán sus trabajos por la edificación del Reino de Dios entre nosotros
19/07/20 7:01 PM
Jk
Antes del concilio el centro de la Iglesia era Cristo no el ser humano. Y para colmo se comenzó a proclamar como preferencia por "los pobres" o sea las personas desfavorecidas económicamente, como si lo mas importante para los Evangelios fuera la pobreza material. Ademas lo que oprime al ser humano desde el punto de vista teologico es EL PECADO no "los ricos" "los dueños de los medios de producción" o "los poderosos" como le encanta proclamar a los seguidores de la retorica marxista. Y como ya no se proclama al pecado como opresor si no que todo aquellas personas que históricamente han tenido el poder, los modernistas pasan a relativizar el pecado como algo que podría ser bueno y hasta querido por Dios. Y de ahi tenemos a tanto caso nefasto como pachamamas paseadas en procesión en el Vaticano, ecumenismos de vergüenza, tipejos vestidos de sacerdote como James Martin y otros centenares mas, conferencias episcopales como la alemana, miles de personas abandonando la fe, etc. Y de paso una Iglesia Católica que no quiere parecer "opresora" expulsando de una vez por todas a esta gente que tanto daño hace
19/07/20 10:19 PM

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