Carta pastoral de los obispos del País Vasco y Navarra

«El mercado, dejado a sí mismo, puede generar un desastre global»

Se ha hecho pública este lunes la carta pastoral elaborada por los obispos del Pais Vasco y Navarra con ocasión de la Cuaresma 2011 sobre el tema de la actual crisis económica. Los prelados sostienen que la actual crisis económica ha demostrado que el mercado, «dejado a sí mismo, puede acabar promoviendo prácticas inmorales y generar un desastre global».

(Sic/InfoCatólica) La carta lleva por título «Una economía al servicio de las personas. Ante la crisis, conversión y solidaridad». La principal preocupación de los obispos son las personas que más sufren la crisis; por ello, hacen un llamamiento a sus diócesis y “a todas las personas de buena voluntad, agentes e instituciones sociales y administraciones públicas para que busquen de manera conjunta y solidaria una salida a la crisis; construyan unas bases éticas firmes para el desarrollo de nuestra sociedad; promuevan el empleo digno; y se esfuercen por defender a los más débiles y golpeados por la crisis, como exigencia y prueba de la justicia social.”

El enfoque de la carta es esencialmente humano, ético y cultural. A este respecto, los obispos afirman: “No pretendemos realizar ningún análisis científico ni aportar soluciones técnicas o políticas. No es nuestra misión. Nuestro deseo es comprender los hechos de manera adecuada, leerlos a la luz de la fe, con especial hincapié en las dimensiones ética y cultural de la crisis, y sacar las debidas consecuencias de conversión y compromiso”.

El mercado debe ser regulado

Los obispos exponen que lo que comenzó como una crisis financiera en Estados Unidos se convirtió rápidamente en una crisis global de múltiples dimensiones y consecuencias. Al analizar sus causas, afirman: “La crisis ha demostrado que el mercado, dejado a sí mismo, no solamente puede resultar ineficiente, sino acabar promoviendo prácticas inmorales y generar un desastre global”.

A su entender, existe un amplio consenso en torno a “que esta crisis se ha producido por una combinación de desenfoques teóricos, errores técnicos y faltas éticas.” En la misma línea, señalan la existencia de tres carencias básicas que es preciso subsanar: “la de reglas adecuadas para regir el mercado global, especialmente el financiero, la de instituciones con capacidad suficiente para garantizar su buen funcionamiento y, finalmente, la carencia ética, sin la que esta crisis no se habría producido”. La crisis puede ser también vivida como llamada y oportunidad para cambiar actitudes y comportamientos y subsanar las carencias apuntadas.

Autoridad mundial

Tomando como base la doctrina social de la Iglesia, la carta afirma que la corrección de estas carencias debe tener como centro la dignidad inviolable de la persona y la igualdad radical entre todas las personas. Dicha corrección debe estar guiada por los principios del bien común, del destino universal de los bienes y de la solidaridad. Sin ello, no sería posible la construcción de una sociedad justa y libre, en la que personas y países convivan y colaboren pacíficamente en pie de igualdad.

Por ello, en un mundo globalizado, los obispos se suman al llamamiento de los últimos papas para “establecer un tipo de autoridad mundial que, sin menoscabo de la subsidiariedad, promueva y garantice el bien común de todas las personas, sean del país que sean”.

La carta señala que la crisis tiene raíces culturales; entre ellas, la misma concepción de desarrollo, que es preciso reorientar. Para ser auténtico, debe tener en cuenta y abarcar todas las dimensiones de la persona; debe alcanzar a todas las personas; ha de ser sostenible y capaz de fundar y promover la fraternidad sobre la base de la caridad. Aunque tiene como “medida mínima” la justicia, la caridad va mucho más allá de ella y es imprescindible para crear una sociedad realmente humana. Esta perspectiva evangélica es también necesaria para superar otros males de nuestra cultura: el individualismo insolidario, la “cultura de la satisfacción” y del consumo, y la pérdida de valores y virtudes como la responsabilidad, el compromiso y la honestidad.

Los prelados invitan a vivir este tiempo como una llamada a la conversión, a la compasión y a la solidaridad; consideran que responder a esta llamada es imprescindible para anunciar el Evangelio como “buena noticia”, misión de toda comunidad cristiana.

13 comentarios

antonio grande
Esto es muy importante. Y toda España debe comentar este hecho episcopal que les honra como Pastores: Los que Enseñan la verdad al mundo y por eso a España.
8/03/11 11:22 AM
Oscar de Caracas
No estoy de acuerdo con el analísis y creo que, al revés, tenemos que abrir más la sociedad para evitar la concentración de poder que padecemos en España de un estado que decide como tiene que funcionar todo y como debemos vivir y pensar.
El mercado lo hacen las personas de acuerdo a sus necesidades y como estas cambian tambien cambia el mercado y no debe de ser interferido por el estado salvo la legislación pertinente que de mutuo acuerdo se dan los individuos.
8/03/11 12:32 PM
Anti-socialista
Personalmente coincido con Oscar de Caracas.

España está sumamente socializada ideológicamente, incluso en el PP (en el PSOE es obvio y esperado). El intervencionismo es muy alto y va en aumento. El mercado y la sociedad están amordazados por el gobierno y los políticos (Cajas de Ahorro, privatizaciones a amigos políticos, sindicatos, leyes educativas, control de la familia, la sexualidad, los medios de comunicación, los créditos, el sector de las pymes por las leyes reguladoras, etc).

Los obispos españoles, escorados en el pensamiento económico hacia la izquierda no han hecho con este comunicado más que poner nuevas piedras en el camino y losas sobre los ciudadanos que de esta forma ven como la libertad, el comercio más libre, las transacciones y el desarrollo que les pudiera ayudar se alejan de ellos, y la Iglesia también les da la espalda.
8/03/11 2:42 PM
Jordi
"...autoridad mundial..."

El principal pecado original (no redimible) de una economía intervenida por el Estado es la mala asignación o distribución de recursos.

es.wikipedia.org/wiki/Asignaci%C3%B3n_de_recursos

El Estado implica corrupción, ineficiencia, injerencia, falta de libertad, restricción de derechos, distorsión del libre mercado, obstaculización a las inversiones, trabas a la innovación, investigación, diseño y desarrollo, funcionarización y burocratización, aumento de impuestos y gastos asimilados, retraso tecnológico, empobrecimiento general...

Si esto pasa con un Estado nacional, más aún con un Estado mundial, imposibilitado de proveer de cientos de miles de productos, bienes y servicios a 7.000 millones de habitantes del planeta.

Manifiesto mi más sincero escepticismo frente a un programa meramente teórico, prointervencionista estatal internacional (¿qué aportan los funcionarios y los políticos mundiales a la economía sino impedimentos?) y sin análisis científicos ni soluciones técnicas o políticas.

Política y mercado, cuanto más lejos, mejor.
8/03/11 2:59 PM
InfoCatólica
Rucio, no entra su comentario por haber dejado muchos espacios entre sus dos últimas líneas.
8/03/11 8:53 PM
Vasilisko
Ahí les recomiendo un libro sobre "doctrina social de la iglesia" (de la iglesia romana): PEDRO VILA CREUS, S. I., 1945, Manual de orientaciones sociales, Editorial Poblet, Argentina, para que se les caiga su mundito mis estimados facistas de derechas pues ese libro muestra que alguna vez predominó en el catolicismo, religión que dicen defender los facistas de derechas, la idea de una economía social-demócrata, como la que defiende la encíclica Rerum Novarum, seguramente se les va caer la cara de vergüenza cuando sepan que alguna vez los de derechas estuvieron en cuanto economía más orientados hacia la izquierda, hacia el socialismo, "populismo" que tanto les da asco ¿no?.
8/03/11 10:02 PM
Waldo Smith
Los mercados tienen que estar liberalizados no intervenidos como proponen los obispos. La intervención ya vemos a donde nos ha llevado, 5 millones de parados, 5 millones de viviendas en venta sin compradores, las hipoteca "subprime", las quiebras de la banca internacional y de las cajas en España. Liberalizar es lo que hace falta. Hay que evitar el control por parte de los poderosos, eso es lo que ha pasado para que se desencadene la crisis que padecemos. Entre los poderosos se reparten el dinero del contribuyente y cada día somos más pobres. Estos obispos parece que practican la Teología de la Liberación.
8/03/11 10:15 PM
Gerónimo
Y quién quieren que ejerza esa "autoridad mundial": ¿no será que quieren que el papa vuelva a ser "padre de príncipes y reyes, gobernador del mundo y vicario de Cristo" como en el "Sacro imperio romano-germánico"?, dignidad que se simbolizaba en su tiara con 3 coronas.
8/03/11 10:17 PM
Juan Manuel Rubio González
"La crisis ha demostrado que el mercado, dejado a sí mismo, no solamente puede resultar ineficiente, sino acabar promoviendo prácticas inmorales y generar un desastre global"

Estos obispos ni se han enterado de que el mercado financiero es precisamente el más regulado de todos en los países occidentales ni se han enterado de que la crisis fue causada por políticos demagogos que utilizaron a los bancos centrales (organismos gubernamentales, no codiciosos banqueros privados) para crear prosperidades artificiales y no tener que pedir sacrificios a la población.

"la carencia ética, sin la que esta crisis no se habría producido"

Antes de la crisis hubo más de diez años de prosperidad ¿acaso durante esos años la ética fue maravillosa? Si las crisis económicas se deben a la falta de ética los periodos de prosperidad también.

"establecer un tipo de autoridad mundial que, sin menoscabo de la subsidiariedad, promueva y garantice el bien común de todas las personas, sean del país que sean"

¡Hay que ser iluso para pensar que una autoridad mundial, en un mundo poblado por dictadores y demagogos, sería justa y benéfica! Además si esas autoridades tan sabias y planificadoras son tan beneficiosas ¿porqué todos los países comunistas tenían una economía tan lamentable con sus planificaciones centralizadas?

Todo mi católico respeto a los obispos, pero me parece que en cuanto se salen de los principios morales de la Iglesia empiezan a hilvanar eslóganes izquierdistas creyendo q
8/03/11 11:36 PM
Cudberto
Más bien el liberalismo económico tuvo la culpa de la crísis última, por no intervenir el Estado norteamericano en la economía algunos en Wall Street hicieron malos manejos y provocaron esa crísis, y curiosamente el Estado finalmente tuvo que intervenir para salvar la economía de USA y la economía mundial de mercado. Está viéndose más bien que la social-democracia es mejor opción para mejorar la economía de los pueblos, en América está el caso del Brasil como ejemplo.
9/03/11 3:49 AM
Nidixi
Lo que han dicho los Obispos no es ni más ni menos que lo que dijo ya el Papa reciéntemente en su encíclica Caritas in Veritate:

"El mercado está sujeto a los principios de la llamada justicia conmutativa, que regula precisamente la relación entre dar y recibir entre iguales. Pero la doctrina social de la Iglesia no ha dejado nunca de subrayar la importancia de la justicia distributiva y de la justicia social para la economía de mercado, no sólo porque está dentro de un contexto social y político más amplio, sino también por la trama de relaciones en que se desenvuelve. En efecto, si el mercado se rige únicamente por el principio de la equivalencia del valor de los bienes que se intercambian, no llega a producir la cohesión social que necesita para su buen funcionamiento. Sin formas internas de solidaridad y de confianza recíproca, el mercado no puede cumplir plenamente su propia función económica. Hoy, precisamente esta confianza ha fallado, y esta pérdida de confianza es algo realmente grave."

"El sector económico no es ni éticamente neutro ni inhumano o antisocial por naturaleza. Es una actividad del hombre y, precisamente porque es humana, debe ser articulada e institucionalizada éticamente."
12/03/11 10:51 AM
Yanka
Me ha extrañado que no se haya hecho ninguna mención ni una palabra sobre la corrupción y sobre la democracia. Ya que no hay mayor injusticia que el despilfarro corrupto que mata enfermos y gente por falta de medicina y por tardanza quirúrgica.

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La Iglesia no puede callar ante esas injusticias
del orden económico,
del orden político, del orden social.
Si callara, la Iglesia sería cómplice
con el que se margina
y duerme un conformismo enfermizo,
pecaminoso, o con el que se aprovecha
de ese adormecimiento del pueblo
para abusar y acaparar económicamente,
políticamente, y marginar
una inmensa mayoría del pueblo.
Esta es la voz de la Iglesia, hermanos.
Y mientras no se le deje libertad
de clamar estas verdades
de su Evangelio, hay persecución.
Y se trata de cosas sustanciales,
no de cosas de poca importancia.
Es cuestión de vida o muerte
para el reino de Dios en esta tierra.

Monseñor Oscar Arnulfo Romero,
Arzobispo de San Salvador y mártir
Homilía del 24/07/1977
26/03/11 9:06 AM
Luis Fernando
Yanka, en el País Vasco y Navarra esas cosas no pasan.
26/03/11 9:35 AM

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