(Zenit) Lord Patten reconoció que la preparación de la visita del Papa ha sido más compleja de lo que pensaba al principio, sobre todo porque los organizadores han subestimado la dificultad de “conciliar las características típicas de una visita de Estado y las de una visita pastoral”.
Explicó, por ejemplo, que en cierta medida, es casi más fácil organizar una visita de Barack Obama que un viaje del Papa, porque el presidente de EE.UU. no trataría de dirigirse a las multitudes.
Lord Patten cree que los problemas se han superado totalmente superadas, sin embargo, y que el programa de la visita del Papa es “verdaderamente interesante”.
Espera que la visita “no sólo permitirá a la comunidad católica sentirse muy cerca del Papa en los acontecimientos de tipo pastoral”, sino que “también proporcionará una oportunidad para demostrar que el Gobierno de un país mayoritariamente no católico tiene una agenda muy amplia de posibilidades de colaboración con la Iglesia católica. Lord Patten cita temas de interés común, como el desarrollo sostenible, el cambio climático, el desarme y las relaciones interreligiosas.
“Cuando mostremos la importancia de estos vínculos, sorprenderemos a los que inicialmente fueron críticos en relación a esta visita”, afirmó.
Críticas a la visita
Lord Patten reconoció que la visita del Papa ha sido muy criticada, pero dijo que no le preocupa. “Vivimos en una sociedad libre”, “si la gente quiere protestar pacíficamente, tiene el derecho de hacerlo”, dijo. Sin embargo, cree que los que critican “representan una pequeña minoría.”
También advierte una cierta intolerancia religiosa, que, según él, “se dirige principalmente a la Iglesia Católica debido a la importancia de la misma, su longevidad y la seguridad con la que afirma algunas verdades fundamentales (que consideramos como verdades fundamentales)”.
“Pero eso no me preocupa demasiado. Creo que tenemos que ser coherentes y cuando hacemos ciertas declaraciones, reconocer que a menudo hemos sido intolerantes por nuestra parte en el pasado”, añadió.
Lord Patten explicó también que algunas críticas se deben a los costes de la visita del Papa, que, según él, debería costar entre 10 y 12 millones a los contribuyentes. Agregó sin embargo que “la cumbre del G-20 que tuvo lugar el año pasado y duró sólo un día, costó entre 19 y 20 millones”, sabiendo que “ningún responsable del G-20 fue a participar en una reunión con 80 o 100.000 personas”. Dijo que las dificultades fiscales de Gran Bretaña no justifican el cierre del país al resto del mundo.
Describiendo la situación actual en Gran Bretaña, en el plano espiritual, citó al escritor Julian Barnes, quien afirmó: “¡Yo no creo en Dios, pero le echo de menos!”
Transmisión del mensaje de la fe
Preguntado sobre la dificultad de transmitir el mensaje del Papa a través de los medios de comunicación, a veces más interesados en los detalles superficiales, Lord Patten afirmó que podría ser efectivamente difícil “transmitir el mensaje de que la fe no es un problema, que la fe la mejor manera como enfrentarse a los desafíos de la vida en el siglo XXI “.
En cambio, debería ser, según él, más fácil transmitir mensajes sobre la justicia social, por ejemplo, dado “el interés de las generaciones más jóvenes sobre los aspectos de la justicia social en todo el mundo”. “No se sabe, probablemente, que el 25% de la educación escolar en África subsahariana lo proporciona la Iglesia, o que el 25% de la asistencia médica en el África subsahariana es responsabilidad de la Iglesia y grupos vinculados a ella”, dijo.
“Estos mensajes pasarán claramente, precisamente gracias a la presencia del Santo Padre en el Reino Unido y en las muchas reuniones importantes que tendrán lugar”, concluyó. “No soy pesimista”.