Mons. Suetta: «Un pastor nunca debe eludir el grave deber de decir la verdad en su integridad»
Mons. Antonio Suetta, obispo de San Remo-Ventimiglia (Italia)

«Aun a costa de sufrir oposición y persecución»

Mons. Suetta: «Un pastor nunca debe eludir el grave deber de decir la verdad en su integridad»

Mons. Antonio Suetta, obispo de San Remo-Ventimiglia (Italia) ha concedido una entrevista a La Nuova Bussola en la que reconoce que los obispos hablan hoy mucho menos que en tiempos pasados sobre cuestiones doctrinales y morales, sobre todo cuando toca enfrentarse a tendencias que imperan en el mundo de la política, la cultura, los medios de comunicación e incluso en la escuela. El prelado advierte que lo que se conoce como «pastoralismo» es ajeno a la fe católica.

(LNB/InfoCatólica) La Nuova Bussola ha entrevistado a Mons. Suetta, uno de los obispos italianos que más se caracteriza por defender la fe y la cosmovisión católica en Italia.

Excelencia, ¿le parece realista la observación de que los obispos, tanto juntos como a título individual, salvo contadas excepciones, guardan silencio incluso cuando deberían hablar?

Sin duda se nota cómo, en comparación con hace algunas décadas, las intervenciones sobre cuestiones doctrinales y morales tienden a disminuir y a producirse, cuando sucede, de forma más tenue, tanto por lo que se refiere al episcopado en sus estructuras nacionales como a los obispos a título individual. Con excepción de algunos temas, principalmente cuestiones sociales contingentes, es raro oír pronunciamientos que se refieran a opciones político-institucionales o a tendencias de costumbres incuestionablemente preconizadas por el mundo de la comunicación social, de la cultura y de la escuela.

En su opinión, ¿depende esto de factores contingentes o personales o de una nueva forma de entender la función del obispo en la Iglesia? En este último caso, su silencio sería más preocupante .

No se puede negar que un estilo pastoral queda invalidado por la imagen «de puntillas», deseosa de situarse «al lado» de las personas en una perspectiva más dialogante y «tolerante» en nombre de una esperada y mayor inclusión y respeto del papel de la conciencia y de la gradualidad de los itinerarios existenciales individuales.

Tal sensibilidad, estimulada constantemente por la promoción generalizada de actitudes homologadoras y por una antipatía cada vez mayor hacia propuestas veraces que a menudo degeneran en posturas persecutorias y marginadoras, puede conducir, por desgracia, a la atrofia de funciones esenciales en el ministerio de un obispo. Esto debe ser motivo de preocupación y de reflexión adecuada.

Lo primero que dice un obispo recién elegido cuando entra en la (nueva) diócesis es que ha venido a escuchar y a aprender. Es una actitud comprensible, pero que a menudo pasa a un segundo plano frente a la enseñanza de la verdadera doctrina, que es el principal objetivo del obispo. ¿Se olvidan un poco los obispos de que tienen esta tarea de enseñar?

En efecto, nos exponemos al riesgo de adoptar acríticamente una jerga derivada de lugares comunes, tan extendida y omnipresente como vacía y a veces engañosa, o al menos reductora. Huelga decir que toda experiencia de vida y de fe constituye para las personas y las comunidades una preciosa oportunidad de crecimiento, conocimiento y aprendizaje. Y, desde este punto de vista, es verdaderamente hermoso que un pastor se reconozca en un camino y en una historia de personas marcadas por la gracia del Señor y por el don de la fraternidad. San Agustín lo expresó sucintamente en una frase, que ha permanecido famosa: «para vosotros soy obispo, con vosotros soy cristiano».

El hecho de ser plena y principalmente miembro del Pueblo de Dios no puede hacer olvidar al obispo la tarea nativa de enseñar la doctrina, como nos recuerda el Decreto conciliar Christus Dominus: «En el ejercicio de su ministerio de enseñar anuncian a los hombres el Evangelio de Cristo, que es uno de los principales deberes de los obispos, y lo hacen, con la fuerza del Espíritu, invitando a los hombres a la fe o confirmándolos en la fe viva. Que les propongan el misterio íntegro de Cristo, es decir, aquellas verdades que no se pueden ignorar sin ignorar a Cristo mismo; y que, al mismo tiempo, señalen a las almas el camino revelado por Dios, que conduce a los hombres a la glorificación del Señor y, por tanto, a su felicidad eterna» (n. 12).

El «pastoralismo» es una enfermedad de la Iglesia actual. La pastoral es fruto de la caridad en la verdad y de la verdad en la caridad, mientras que el pastoralismo asigna a la pastoral una primacía que no tiene ni puede tener. ¿Qué piensa usted? Este «pastoralismo», muy presente en la teología contemporánea, ¿daña la conciencia episcopal de su carisma eclesial?

Para entender bien el concepto de «actividad pastoral», hay que remontarse a un componente del «triple munus de Cristo», que es el gobierno. Esta triple configuración con la persona y la misión de Jesús –don bautismal para todos los hijos de Dios– es objeto de una conformación específica con Cristo Cabeza y Pastor, que connota el sacramento del Orden y, en su plenitud, el Obispo, que es, en virtud de la sagrada ordenación, Maestro, Sacerdote y Pastor. El gobierno, como bien ha demostrado la doctrina conciliar, no es una cuestión meramente jurídica, sino que deriva de la gracia sacramental y está profundamente conectado con los demás aspectos del munus. De aquí se deduce que la actividad pastoral no puede ser una mera «estrategia» organizativa, ligada a los cambios de los tiempos, sino que está llamada a traducir el tesoro doctrinal de la revelación divina y la gracia fecunda de la liturgia en opciones para la guía de la Iglesia.

La idea, típica del llamado pastoralismo, de que de las exigencias de una praxis «al paso con los tiempos» surgen los prerrequisitos para los cambios doctrinales es muy peligrosa y completamente ajena a la fe católica.

En la Iglesia se está debilitando la convicción de que los obispos tienen la tarea de enseñar no sólo en cuestiones de fe, sino también en cuestiones de moral. Esto puede deberse al continuo alejamiento de la teología católica del derecho natural y, como señaló Benedicto XVI hasta el final de su vida, del naturalismo católico. ¿Podría ser que los obispos piensen ahora que intervenir en las leyes desde un punto de vista moral es un acto ideológico y no un acto de fe?

Espero que no, pero el riesgo del relativismo omnipresente e imperante siempre está al acecho. Estoy de acuerdo en que la aversión y el rechazo de la doctrina filosófica de la ley natural tienden a socavar la viabilidad de un diálogo adecuado y fructífero con la cultura y los órganos institucionales y legislativos. El texto de la Constitución pastoral Gaudium et spes aclara eficazmente:

«Si por autonomía de la realidad se quiere decir que las cosas creadas y la sociedad misma gozan de propias leyes y valores, que el hombre ha de descubrir, emplear y ordenar poco a poco, es absolutamente legítima esta exigencia de autonomía. No es sólo que la reclamen imperiosamente los hombres de nuestro tiempo. Es que además responde a la voluntad del Creador. Pues, por la propia naturaleza de la creación, todas las cosas están dotadas de consistencia, verdad y bondad propias y de un propio orden regulado, que el hombre debe respetar con el reconocimiento de la metodología particular de cada ciencia o arte. Por ello, la investigación metódica en todos los campos del saber, si está realizada de una forma auténticamente científica y conforme a las normas morales, nunca será en realidad contraria a la fe, porque las realidades profanas y las de la fe tienen su origen en un mismo Dios. Más aún, quien con perseverancia y humildad se esfuerza por penetrar en los secretos de la realidad, está llevado, aun sin saberlo, como por la mano de Dios, quien, sosteniendo todas las cosas, da a todas ellas el ser. Son, a este respecto, de deplorar ciertas actitudes que, por no comprender bien el sentido de la legítima autonomía de la ciencia, se han dado algunas veces entre los propios cristianos; actitudes que, seguidas de agrias polémicas, indujeron a muchos a establecer una oposición entre la ciencia y la fe.
Pero si autonomía de lo temporal quiere decir que la realidad creada es independiente de Dios y que los hombres pueden usarla sin referencia al Creador, no hay creyente alguno a quien se le oculte la falsedad envuelta en tales palabras. La criatura sin el Creador desaparece. Por lo demás, cuantos creen en Dios, sea cual fuere su religión, escucharon siempre la manifestación de la voz de Dios en el lenguaje de la creación. Más aún, por el olvido de Dios la propia criatura queda oscurecida.» (n. 36).

Estoy profundamente convencido de que, aun a costa de sufrir oposición y persecución, un pastor nunca debe eludir el grave deber de decir la verdad en su integridad, tanto proponiendo la auténtica doctrina de la fe como refutando con valentía los errores y las situaciones –a veces aún más peligrosas– de confusión.

Las palabras del difunto Card. Giacomo Biffi: «El primer y más grande acto de caridad que se puede hacer con el hombre es decirle las cosas como son».

18 comentarios

Vladimir
Efectivamente, ya he escuchado a muchos obispos que, el día en que toman posesión de su sede, lo primero que dicen es: "vengo, para aprender junto a ustedes y con ustedes". En realidad, QUEREMOS OBISPOS QUE VENGAN A ENSEÑAR, ... para eso son.
18/04/23 6:53 PM
Marisol
Estoy de acuerdo con usted, Vladimir. Y añado: a pastorear y presidir la diócesis, en el nombre del Señor. Ésas son sus funciones, de las que tendrá que dar cuentas.
18/04/23 7:38 PM
Lucía Victoria
"Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz»".

Tenemos obligación de decir la verdad siempre, por más pequeña, incómoda o difícil que sea de expresar. Como cristianos, cada uno de nosotros tiene esa obligación individual, pues cada mentira o verdad adulterada nos aleja de Cristo, que es la Verdad con mayúsculas. Como padres, tenemos la obligación de educar a nuestros hijos en la verdad, contándoles la verdad de las cosas, sin intentar componendas que les ayuden a "salvarse" de la ferocidad del mundo. También los obispos tienen la obligación de predicar la Verdad, como apóstoles de Cristo, pues son ellos quienes tienen conferido el "carisma de la verdad" (CIC nº 94, final), para reunir en un sólo rebaño a "todo el que es de la Verdad" (es decir, a cuantos pertenecen a Cristo tras haber pagado el precio del rescate).

A todos, el día del juicio particular se nos pedirá cuentas en primer lugar de qué hicimos con quienes el Señor nos encomendó. Ojalá podamos decir al Padre, como Jesús: "no he perdido a ninguno de los que me diste" (Jn. 17, 12)
18/04/23 8:20 PM
Generalife
Claro ,el pastor tiene que hablar del Evangelio y el magisterio..Sus opiniones personales son solo eso y es mdjor que se las callen y que no traicionen la palabra
18/04/23 10:04 PM
ana
El obispo es el sucesor de los apostoles.Viene a pastorear su grey y como tal se acerca a ella,la escucha.le enseña la Palabra y es cercano.El obispo de Neuquen(pcia. de Argentina)a caballo recorria los pueblos y los hogares mas alejados visitando las familias,llevando los sacramentos,bautisando,legalizando matrimonios...eso es un obispo.Al mismo tiempo es un hombre que conoce la teologia,defiende la verdad y confirma a los hombres en la fe.
Dios nos de santos obispos,responsables .La tradicion,el evangelio y el magisterio es su plataforma,Cristo,Dios y hombre verdadero,es su guia a quien predica y Maria Santisima, madre de la Iglesia.lo asiste.
18/04/23 11:41 PM
gustavo perez
La dejadez del deber pastoral de los obispos de "enseñar" se ha hecho ya una costumbre cómoda, facilista y acomodada al tolerantismo que impera en el mundo y a ello se han conformado los obispos, desgraciadamente. Ellos han invertido la advertencia de san Pablo del "nolite conformari huic mundo" = no os acomodéis a este mundo, es decir, a su espíritu, a sus modas. Ahora hacen precisamente lo contrario del dicho del apóstol: se acomodan perfectamente a este mundo, lo que llaman en la praxis política: "lo políticamente correcto", que no choque con lo que dice y piensa el mundo...Otra causa de esto es la impreparación filosófica y teológica de los pastores formados en los últimos tiempos. Benedicto XVI sería "el último Papa teólogo..."
18/04/23 11:57 PM
gustavo perez
Valiente y preparado el obispo SUETTA. Es verdaderamente satisfactorio saber que quedan todavía pastores de este cuño. Hablan y se manifiestan con conocimiento de causa y, además, no temen que los tachen de "carcas", conservadores, tridentinos o de antediluvianos por nombrar la ley natural y por hacer memoria de lo que Benedicto XVI llamó con tanta propiedad: la "dictadura del relativismo" que ha invadido al mundo en su pensamiento, lo que no sería extraño en el aquí y en el ahora, pero sí muy preocupante si esta dictadura domina en doctrina y en la moral de la Iglesia. Pero lamentablemente eso es lo que tenemos...
19/04/23 12:04 AM
hidaspes
Sabias palabras las de Monseñor Suetta. Así, por ejemplo, un pastor no ha de guardar silencio cuando delante suya se pretende sostener una mentira con fines diabólicos como es la existencia de "personas no binarias". Ni tampoco debe quedar silente cuando a quienes defienden la cosmovisión cristiana de la sexualidad humana se les acusa de "odio". Por descontado, si no procede el silencio, menos aún calumniarlos como "infiltrados".
19/04/23 12:21 AM
Fernando
Saluden a este obispo que será pronto misericordiado.
19/04/23 2:41 AM
Diogo
Excepcional entrevista!

Deveria ser nomeado Cardeal.
19/04/23 3:14 AM
Fernando Martin Lopez Avalos
Una vozz sensata en medio del marasmo de necedades; alguien que sí sw dedica a su sagrado oficio.
19/04/23 3:44 AM
Pedro de Torrejón
Es extraordinariamente difícil y arriesgado decir la Verdad en su integridad para un obispo. Si no fuera así ; no sería noticia . Y así es .

El Espíritu Santo es cómo el viento ,que sopla cuando quiere y en la dirección que le conviene. Y nadie puede contenerlo .

Nadie puede negar la realidad y veracidad del viento. No conoce fronteras ,ni nacionalidad ,ni religión , ni lenguaje,ni raza y condición. La Iglesia está compuesta de personas de toda tribu, lengua ,raza ,nación y condición humana. Lo despreciable del mundo ,lo que no es ,ni está dotado para ser y adquirir cultura y prestigio social ; muchas veces recibe Revelación de Dios para confundir a los que son ,y han adquirido conocimiento cultural y teológico; y han llegado a escalar los puestos más relevantes en la sociedad y en la Iglesia.

Los obispos tienen el conocimiento teológico , y al Espíritu Santo de Dios ; pero muchas veces no pueden decir en púbico ,lo que Dios les revela en privado . Éste es el gran inconveniente ; ahí tenemos el caso de algunos obispos , cómo por ejemplo , al ex obispo de mi Diócesis de Alcalá de Henares , Monseñor Juan Antonio Reig Pla. ......
19/04/23 8:44 AM
Quico
El Señor obispo tiene mucha razón cuando dice que "La idea, típica del llamado pastoralismo, de que de las exigencias de una praxis «al paso con los tiempos» surgen los prerrequisitos para los cambios doctrinales es muy peligrosa y completamente ajena a la fe católica."

Como ejemplo vale un botón: Hace poco supe de una chica que se había convertido y fue a pedirle la confirmación a un sacerdote. Éste, ni corto ni perezoso, le dijo que eso de la confirmación está anticuado y "ya no se lleva". Al parecer, ser un apóstata que simula hipócritamente tener la fe católica y no abandona el sacerdocio si que "se lleva" en esta temporada primavera-verano (a la espera de lo que "se lleve" el próximo año).
19/04/23 10:41 AM
María de las Nieves
Monseñor Sueta gracias; todos estamos aquí para ser testigos de la Verdad y Jesucristo no guardo silencio Yo Soy la Verdad.
El cristiano fue sumergido en la Muerte y Resurrección de Jesús ;estamos aquí para caminar a la Santidad; al Reino Celestial y debemos construirlo en esta Tierra.
Saquemos a la luz el Evangelio en toda su profundidad ;alejemonos de ideologías mundanas cargadas de mentira y que morirán en si mismas arrastrando a laa criaturas no formadas en el Evangelio que es la fuente de Vida Eterna.
Los primeros cristianos murieron mártires y nosotros seguimos; proclamamos ;amamos y adoramos a Jesucristo Rey de Reyes Señor de Señores.
Hemos venido al mundo para ser sus testigos y discípulos y formar el Cuerpo Mistico ;la Iglesia Santa de Dios en su Santo Espíritu .
Que brille eternamente en cada uno de sus fieles y la Jerarquía por su misión es impulsar el camino sobrenatural.
No perdamos hacia donde Jesucristo nos lleva su morada celestial; hecha vida aquí y ahora; al ser transformados por su Palabra Divina.
19/04/23 11:25 AM
maru
Este obispo tiene razón. Hay que ver la dejadez de muchos obispos en el campo de enseñar y pastorear a su grey y no digamos los que se alinean con las modas del mundo. En verdad, no se parecen en nada a Cristo.
19/04/23 3:26 PM
Maria M.
Pues si lo que dice este obispo es así, me temo que la Iglesia Católica está en continuo peligro....Ave María!!!
19/04/23 8:46 PM
Miguel
El Papa Francisco se ha pasado todo su pontificado aprendiendo y escuchando, al menos eso es lo que dice. Asi tambien termina el documental - entrevista de Disney.
Pregunto : Jesucristo tambien escuchaba y aprendia de sus discipulos?
20/04/23 12:48 AM
Juan Mariner
Deberíamos preguntar a sus fieles si saben la verdad, porque el papel lo aguanta todo.
20/04/23 10:09 AM

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