(ProtestanteDigital/InfoCatólica) La congregación ´Herencia de Yeshúa´ planeó un servicio especial de bautismos para la Navidad y el Hanukka de 2005. Pero la celebración fracasó antes de comenzar por la intervención de casi mil atacantes violentos opuestos a la fe en Jesús. «La noche de navidad, mi esposa, mis hijos y yo vinimos a la congregación y vimos a muchos judíos ultra-ortodoxos afuera y había muchos más de ellos adentro y ya habían tomado todo el edificio», dijo Michael Cederburg, uno de los testigos.
Los alborotadores tiraron sillas y golpearon gente mientras cantaban, y gritaban consignas violentas. Pese a una fuerte presencia policial el ataque se prolongó por tres horas.
En medio del caos, el hijo del administrador del edificio captó lo sucedido con su cámara. «La gente trataba de arrebatar la cámara de sus manos. Fue un momento violento... yo estaba parado atrás junto a la puerta aquí y a la par de mi hijo cuando alguien salió de la turba, un tipo grande que dijo ´los odio, los odio, váyanse a Gaza´ y me golpeó en la cara y me dejó aturdido. Cosas así ocurrieron ese día», explicó Cederburg.
El pastor Howard Bass intentó calmar y proteger a los asistentes, pero él mismo fue atacado. «Estaba parado junto al bautisterio rodeado por estos atacantes y ellos me alzaron y me tiraron al agua; y gracias a Dios caí de pie y pude evitar todas las cosas que habían tirado antes», dijo Bass.
Lo que molestó más al pastor Bass fue que el jefe rabino de Beersheba llegó al lugar y la policía le entregó a dos de los atacantes que habían sido esposados sin siquiera preguntar a Bass si presentaría cargos en su contra. «Sólo dijeron que era un asunto de policía. Pero esto es parte del sentimiento que tenemos como creyentes aquí en el país, no tenemos voz al tratarse del sistema legal», dijo Bass.
Cuando el jefe rabino trató de minimizar el incidente en una entrevista de radio, Bass dijo sentir que algo se debía hacer. Luego de mucho orar y consultar con otros líderes mesiánicos de todo Israel, Bass decidió acudir a la corte. «Teníamos derecho de hacer lo que hacíamos, que era reunirnos para adorar a nuestro Dios y lo que ellos hicieron fue ilegal, incluso la policía admitió que el ataque fue ilegal y que hicieron otros actos ilegales… y por supuesto esto es lo que tratamos de probar en la corte», determinó Bass.
El segundo día de juicio tuvo lugar en junio. Una segunda audiencia está programada para noviembre y el veredicto deberá dictarse a fin de año.
«No es contra Israel. No es contra el pueblo judío. No es para que nadie lo tome en ese sentido, lo que queremos es que la verdad de Yeshúa salga a la luz. No nos avergonzamos y esperamos que la justicia de Dios haga lo que se deba en el veredicto para cumplir su propósito aún más de lo que podemos comprender, ya sea a favor nuestro o en contra nuestra. No sabemos pero queremos que el propósito de Dios se cumpla», dijo Bass.