El Papa bromeó sobre el estado de su mano tras serle retirada la escayola

Benedicto XVI: «También hoy son muchos los que se escandalizan ante la paradoja de la fe cristiana»

Benedicto XVI fue acogido ayer por numerosos fieles y peregrinos presentes en Castelgandolfo que se unieron al Santo Padre en el rezo del Ángelus. El Papa, haciendo ver su mano sin escayola, bromeó con los presentes señalando que todavía tiene que tener paciencia porque «la mano está un poco vaga». Benedicto XVI se refirió al evangelio dominical, el el que Jesús pregunta a sus discípulos: «¿Queréis iros también vosotros?» (Jn 6,67). Esta pregunta provocadora no se dirige sólo a quienes le escuchaban por aquel entonces, sino que va dirigida, señaló el Papa, a los creyentes de todos los tiempos.

 (RV/InfoCatólica) En su alocución previa a este rezo mariano, el Papa prosiguió analizando un domingo más el capítulo sexto del Evangelio de Juan en el que Jesús se presenta como «pan vivo bajado del cielo» (Jn 6,51), refiriéndose a la reacción de la gente y de los propios discípulos, escandalizados por las palabras del Señor. También hoy –dijo Benedicto XVI- son muchos los que se escandalizan ante la paradoja de la fe cristiana”, por la dureza de sus palabras difíciles de acoger y poner en práctica.

En este sentido el Santo Padre recordó que Jesús no se contenta con una pertenencia superficial y formal a la fe, sino que pide que ésta forme parte de la forma de pensar durante toda la vida. “Seguirle llena el corazón de gozo y de sentido pleno a nuestra existencia, pero conlleva también, dificultades y renuncias porque muy a menudo se debe ir contracorriente”.

A la pregunta de si se quieren ir, Pedro responde en nombre de los Apóstoles y de los creyentes de todos los siglos diciendo: “Señor, ¿dónde vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios” (Jn 6,68-69). “Queridos hermanos y hermanas, también nosotros podemos, y queremos, repetir en este momento la respuesta de Pedro, conscientes de nuestra fragilidad humana, y de nuestros problemas y dificultades, pero confiados en la potencia del Espíritu Santo, que se expresa y se manifiesta en la comunión con Jesús”.

Benedicto XVI explicó que la fe es un don de Dios al hombre, y es al mismo tiempo, libre y total confianza del hombre en Dios; la fe es dócil escucha de la palabra del Señor, que es “lámpara” para nuestros pasos y “luz” en nuestro camino. “Si abrimos con confianza el corazón a Cristo, si nos dejamos conquistar por Él –aseguró el Papa- podemos experimentar también nosotros, junto al santo Cura de Ars, que ‘nuestra felicidad en esta tierra es amar a Dios y saber que Él nos ama’”.

Este mensaje es el que el Papa repitió en diferentes idiomas a los peregrinos de todo el mundo. Sus palabras en español fueron las siguientes: “Saludo con afecto a los fieles de lengua española, y de modo particular a las religiosas Mercedarias del Santísimo Sacramento, así como a los que siguen esta oración mariana a través de la radio y la televisión. El Evangelio de hoy nos trae las palabras de Simón Pedro a Jesús: "Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna". A todos os invito a renovar vuestra entrega a Cristo para que, encontrando en Él la fuente de la verdadera vida, deis testimonio de su amor ante el mundo. Gracias por vuestra visita y feliz domingo“.

Por último el Pontífice dirigió un saludo especial a los participantes en el “Encuentro para la amistad entre los pueblos” que esta mañana se ha abierto en Rímini (Italia) bajo el tema “El conocimiento es siempre un acontecimiento”. A todos los que asistirán a esta trigésima edición del encuentro, el Papa ha deseado que comprendan que “conocer no es un acto sólo material, porque en cada conocimiento y en cada acto de amor, el alma del hombre experimenta un ‘algo más’ que asemeja mucho a un don recibido, a una altura a la que nos sentimos elevados”. (Enc. Caritas in Veritate, n. 77).

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