(EP/InfoCatólica) Wirathu ha atacado directamente en su discurso a Naciones Unidas y a su enviado especial a Birmania, Yanghee Lee, que está concluyendo una visita de 10 días al país.
La Asamblea General de la ONU aprobó en noviembre de 2014 una resolución en la que pedía al Gobierno de Birmania que protegiera y concediera la ciudadanía a los rohingyas. El llamamiento de la ONU fue rechazado y causó una gran indignación en el país de mayoría budista, donde muchos rechazan a los rohingya por considerarlos inmigrantes ilegales procedentes Bangladesh.
Actos como esta manifestación ponen de relieve el aumento del nacionalismo budista en Birmania, donde los monjes han ostentado una influencia considerable y han sido reverenciados por su integridad moral durante cinco décadas, mientras que el país estaba bajo un régimen militar.
De hecho, los manifestantes han portado pancartas que rezaban: «Permanecer unidos contra el Islam», junto a una cruz que tachaba el logotipo de la ONU. Además, en sus camisetas se podía leer: «No utilizar nombres falsos para los inmigrantes ilegales de Bangladesh».
Aumentan las revueltas budistas contra musulmanes
Hasta 2011, cuando un Gobierno civil asumió el control del país, las manifestaciones o cualquier acto de protesta estaban prohibidas. Permitir de nuevo estas actuaciones ha desembocado en el aumento de las revueltas budistas contra los musulmanes, que representan el 5 por ciento de los 53 millones de personas que forman el país.
En este ambiente, han muerto desde junio de 2012 unas 240 personas, en su mayoría musulmanes y los rohingyas son los más afectados. De hechos, al menos 140.000 han sido expulsados de sus hogares en el estado de Rakhine Occidental, donde la semana pasada se registraron protestas similares.