(LaNación) La presidenta Cristina Kirchner dejó trascender ayer que el Gobierno en pleno participará del tedeum del 25 de Mayo próximo en la Catedral de la Ciudad de Buenos Aires, que será celebrado por el arzobispo porteño, monseñor Mario Poli, que hoy fue creado cardenal en Roma por el mismo Santo Padre.
Se interpreta como un gesto de reconciliación de la presidenta hacia el papa Francisco y los católicos: el tedeum porteño es considerado por Su Santidad una celebración entrañable para su propia historia porque él mismo la encabezaba cuando era hasta 2013 el arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de la Argentina.
El gesto político de Cristina sucede a una historia de desencuentros: desde 2007, el ex presidente Néstor Kirchner decidió no asistir más al tedeum para evitar las incisivas homilías del entonces cardenal Jorge Bergoglio. Aquellas homilías eran consideradas expresiones «opositoras» por Kirchner.
Desde entonces, el distanciamiento entre los Kirchner y el cardenal arzobispo de Buenos Aires fue un dato político asumido por la Casa Rosada y la Iglesia. Y una política que continuó tenazmente bajo la gestión de la actual Presidenta. Sin embargo, desde que el cardenal Bergoglio fue elegido Papa, la mandataria dio un giro y se situó del lado del papa Francisco.
Sin embargo, la mandataria no volvió de inmediato a la Catedral metropolitana y así el 25 de mayo del pasado año asistió al tedeum en la Basílica de Luján que celebró monseñor Agustín Radrizzani. En los anteriores años Cristina elegía ir a provincias como Santiago del Estero, Salta o Río Negro (Bariloche) para celebrar los días patrios.
Gestiones que procuraron un cese de hostilidades
La noticia de que Cristina irá al tedeum del 25 de Mayo fue publicada ayer por el diario ultrakirchnerista Tiempo Argentino. «Esto es parte de la creciente relación del Gobierno con la Iglesia argentina y con el Papa», señalaron ayer fuentes eclesiásticas.
«La Presidenta se siente contenida por el papa Francisco», suelen decir en la Casa Rosada. En Balcarce 50 tomaron como una señal de respaldo al Gobierno la decisión del papa Francisco de tramitar su pasaporte argentino en Roma para viajar con él y no con un pasaporte diplomático.
En medios oficialistas también se supo que la Presidenta llamó a monseñor Poli cuando éste fue designado cardenal, hace un mes, para felicitarlo calurosamente. En medios eclesiásticos no descartaban que el regreso de Cristina al tedeum porteño haya sido conversado con el Papa el 18 de marzo último, cuando la Presidenta lo visitó en el Vaticano.
En la Casa Rosada también le asignan fuerte incidencia en el acercamiento a la Iglesia al secretario de Culto, Guillermo Oliveri, el embajador argentino ante el Vaticano, Juan Pablo Cafiero y el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich.
